―Vamossss―Kendall me jalaba de mi brazo mientras intentaba ver una película.
―No, Kendall. Me encantaría ir pero no puedo... Ruggero no está y no los puedo dejar solos. ―lo miré suplicándole.
―Vamos Karol, no somos chiquitos―se quejó Bryan. Éramos nosotros tres nada más en la sala.
―No, pero son peligrosos―contesté.
―Yo los puedo cuidar, tampoco es la gran cosa. Total de aquí no me puedo mover―contestó refiriéndose a su trasero.
―No―dije firme.
―Por favor―Kendall hizo la carita del gato con botas.
―Hazle caso que no lo soporto más a este rubio―se quejó Bryan y Kendall lo miró "ofendido"―eres grandioso, pero cuando te propones algo lo tratas de hacer a muerte y molestas algo―le dijo como si nada y yo reí―además tienes derecho de salir, vamos... sino vas a decir cuando seas vieja "esa familia de locos, los Brinley, me arruinaron las vacaciones de aquel año"―rió
―¿Si voy a la maldita casa de nuestro amigo van a dejar de molestar? ―pregunté ya exhasperada.
―Sep―contestaron ambos al unísono.
―Okay, vamos... pero por favor, cuídense y no quemen la casa―me puse de pie.
―¡SII! ―saltó el rubio feliz y Bryan lo miró extrañado, luego él se recostó más en el sofá para ponerse más comodo.
Iríamos a la casa de James, un gran amigo de ambos pero más amigo de Kendall que mío. Aunque lo amaba demasiado (como amigos, obvio.)
Nos subimos a la moto de Kendall (sí, tiene una moto. Oh, me olvide de contarles...) y nos dirigimos a la casa de dicho chico. Era un chico de nuestra edad, con el pelo no tan largo, musculoso (demasiado), alto, y guapo... sexy. ¿Qué? Es como un hermano pero no quita que sea Sexy y las hormonas en mí.Al llegar nos bajamos de la moto y el la estaciono sobre la vereda. Me acomodé el cabello un poco ya que el viento me había despeinado y miré la casa. Era una casa grande, pero tampoco tan grande como la de los Brinley. Era una linda casa. Ya había venido antes, aclaro.
Abrimos una puerta de rejas para pasar y luego la cerramos tras nuestro, caminamos sobre un caminito corto de piedras y llegamos a la puerta, tocamos el timbre y esperamos a que nos abra.―¡Y VINO LA DESAPARECIDA! ―gritó James al verme parada allí.
―Que no nos veamos por dos semanas y esté trabajando no significa que desapareci, tambien me podrías haber visitado tú, engendro―le contesté. Oh, pequeño detalle. Aunque ambos nos queramos demasiado y tengamos mucho afecto... no parábamos de pelear, nos divertíamos peleando. ―Oh, trabajar significa esforzarse y ganar dinero... cosa que tu no conoces―contesté.
―¿Estás en tus días? ―preguntó él.
―¿Estás en tu etapa de idiotes? Oh cierto, toda tu vida lo haz estado―dije sarcástica.
―Ha aprendido cosas nuevas... me gusta―dijo él a Kendall y ambos rieron.
―¿Entramos? Hace calor y adentro hay aire acondicionado, y un televisor para no escucharlos―se quejó Kendall.
―Entremos―dijo James―por cierto, está mi primo... el que quería que conozcan algún día―sonrió de lado. Ambos asentimos y entramos.
Llegamos al living y... oh por dios.
―Ru Ru Ru―dije sorprendida.
―... ggero―completo divertido Kendall. Lo fulminé con la mirada.
―Buenas―hizo un saludo con su mano, algo sorprendido pero tranquilo.
―¿Se conocen? ―preguntó James sorpendido y confundido, sentandose en el sofá.
―Oh sí, se aman y ella lo cuida a él―contestó Kendall, simplemente. Con Ruggero lo miramos sorprendidos y enojados.
―Si no fuera porque estoy quebrado te correría y te pegaría―contestó el pelinegro.
―Pero como no puedes, no me das miedo―sonrió burlón Kendall.
―¿Entonces... se quieren? ―preguntó James emocionado.
―¡NO! ―gritamos ambos al unísono.
―Okay―murmuró él asustado.
―¿Qué haces aquí? ¿No tendrías que estar con los chicos? ―preguntó Ruggero a mí.
―Sí, pero Bryan y Kendall insistieron para que salga a dar alguna vuelta y distraerme, no me dejaban ver la película, me molestaban así que ya harta dejé a Bryan a cargo. ―contesté rápidamente.
―¿A Bryan? ―preguntó James sorprendido.
―Sí, ¿por? ―pregunté.
―¡Es mejor dejar a Kira a cargo que a Bryan! ―exclamó Ruggero.
"Regla #23: NUNCA de los NUNCA de los JAMASES dejes a Bryan a cargo."
Recordé en mi mente la regla que leí anoche en el libro.Oh oh.
―Este desgraciado hará una fiesta, vamos―dijo Ruggero y todos los seguimos. Todos caminamos hacia el auto de James.
―¿Y mi moto? ―preguntó Kendall.
―Más tarde la buscas―exclamé y nos metimos al auto de James.
Arrancó y nos dirigimos a la casa de los Brinley.
Llegamos a nuestra cuadra y vi varios autos, bicis, motos y escuche musica demasiado alta.
¡¿Quién PUEDE ORGANIZAR UNA FIESTA EN MEDIA HORA!?
Al parecer lo dije en voz alta, ya que James y Ruggero me contestaron "Bryan" al unísono.―él tiene muchos contactos, además de que esto lo tramaba desde antes...―murmuró Ruggero pensando.
―¿Y su trasero? ―preguntó el rubio de mi mejor amigo.
―De seguro está bien y finge―contestó James aparcando el auto donde pudo.
Nos bajamos del auto y entramos a la casa, no habían muchas personas dentro, estaban todos en el patio. Una fiesta en la piscina.
―¡BRYAAAAAAAAAN! ―gritamos al unisono con Ruggero. Él nos vió y se quedó en shock.
―Oh oh―dijo y salió corriendo. Yo lo perseguí y terminamos corriendo en la planta alta.
―¡TODOS FUERA! ―gritó James apagando la musica.
Y todos se fueron yendo...―AY, MI TRASERO―gritó cuando me caí sobre él, estaba mojado ya que salió corriendo de la piscina.
―¡NO TE DUELE TANTO TU TRASERO COMO PARA ORGANIZAR UNA FIESTA EN LA PISCINA! ―grité enojada poniéndome de pie. Miré por la ventana y vi el jardín destrozado. ―ahora tú acomodaras todo esto, tú solo―espeté y vi como se sorprendió.
―¿Yo? Obviamente no! ―exclamó.
―Sí, o llamo a tu madre y nunca mas veras la luz del día―contesté enfadada y salí de allí.
Fui a ver como estaba Kira, y ella lloraba por la musica, tenía hambre y el pañal cagado. Escuché unos gritos que provenían de la habitación de Kurt, eran Kurt y Lea que estaban encerrados.
―a ese maldito lo voy a matar―murmuró Lea.
Oh oh.
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Cuidando a los Brinley TERMINADA.
FanfictionQue tus padres se vayan de vacaciones dejándote sola en tu casa en el verano suena genial, ¿no? Puedes hacer lo que quieras, comer lo que quieras, despertarte cuando quieras, ¡libertad! El mejor verano en verdad. Pero toda esa felicidad y unicornios...