Capítulo 16

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Narra Karol.

―Ruggero ―no me respondía ―Ruggero.

―...
Ambos estábamos sentados enfrentados y casi tirados en el suelo, apoyados contra la pared. Aburridos, y sin nada que hacer.

―Ruggero. Ruggero. ―hice una pequeña pausa. Seguía sin contestarme―¡RUGGERO!.

―¡¿Qué!? ―preguntó ya harto.

―So―contesté riéndome y él me miró no sabiendo si reírse, enojarse o llorar. Ya era la tercera vez que se lo hacia en estos diez minutos.

―Gracias―contestó sarcástico y yo reí. Luego suspiré.

―Estoy aburrida―murmuré.

―Yo igual, mataré a esos pequeños demonios―murmuró.

―Tres de ellos no son tan pequeños―reí.

―Lo sé―enarcó una ceja.

―¿Nosotros dos tenemos algo de confianza? ―pregunté temerosa, luego de un par de minutos en silencio.

―Creo... no lo sé. Creo que sí. ¿Por? ―preguntó él confundido.

―¿Por qué utilizas el Pasquarelli en vez del Brinley? ―pregunté directa.

Sí, mala jugada.

Él se puso palido, demasiado. Se sentó más derecho por el nivel de la pared y tosió, tragando luego en seco. Yo solo me limité a observarlo atentamente.

―¿Cómo.como lo sabes? ―preguntó torpemente.

―Pues... ―vacilé por un momento―escuche a tu ex novia o lo que sea llamarte así, y tu madre me dejo un libro con sus nombres, y soluciones a los problemas, etc etc―mordí mi labio inferior nerviosa.

―Oh―se limitó a decir y yo bajé la vista, algo avengorzada.

―¿Sabes que? Son cosas tuyas, y no me tendría que entrometer. Además que luego de esto, yo no los volveré a ver seguramente, o no nos llevaremos más o algo de eso... olvida lo que te pregunté y ya―asentí.

Él suspiró cansado.

―Es... algo complicado. Que quiero que sepas, pero talvez no ahora―se acercó y levantó mi barbilla, para mirarme a los ojos. ―simplemente es algo que no me gustaría que haya pasado y es difícil para mi―sonrió de lado. Su sonrisa... siempre la voy a amar.

―Okay―asentí. Nos quedamos viendo fijamente, sin saber que hacer o decir, cuando él se comenzó a acercar pero luego se alejó y yo rápidamente me puse de pie.

―Umm... abriré esto―dije y saqué un invisible de los que traía en mi cabello.

―¿Cómo? ―preguntó el carraspeando.

―Las puertas del segundo piso no son buenas, y las cerraduras menos―contesté poniéndome a la altura de la cerradura de la puerta y metí el invisible haciendo algunos movimientos―es tan fácil abrirlas como abrir uno de esos diarios intimos medios falsos que se abren metiendo una lapicera en donde va a llave―agregué. La puerta se abrió―¿Cómo crees que abrí la puerta de mi habitación cuando Bryan me encerró hace dos días? ―pregunté y él rió negando con la cabeza.

Ambos salimos y bajamos a la planta baja, y estaba todo reluciente. Al igual que la planta alta, al parecer. Todos estaban sentados en los sofás de la sala. Al vernos se escondieron detrás del sofá mas grande y nos vieron temerosos.

―¿Ya seremos tíos? ―preguntó Lea.

―No. ―contesté seria y firme. ―¿Por qué se supone que nos encerraron y porque todo está tan limpio? ―pregunté colocándome mis manos en mis caderas.

―Porque pensamos que si limpiábamos todo, no nos iban a matar tan dolorosamente―sonrió Kendall, poniéndose de pie.

―Eso es inteligente―se encogió de hombros Ruggero.

―Además de que me mandaron un mensaje diciendo que los tíos llegan en 10 minutos―agregó Bryan.

―Así que... ¡VAYAN A BAÑARSE PAR DE SUCIOS! ―gritó Kurt y Kira rió. A James no lo veía por ningun lado.

―¿Y James? ―pregunté.

―Oh, está haciendo pipi―contestó Kendall y yo me estremecí, subiendo para bañarme.

Narra Ruggero.

Karol se fue hacia el baño para bañarse, no había problema porque yo tenía un baño en mi habitación.
Mientras Karol se iba, Bryan me hizo una seña pasando su dedo por medio de un circulo formado por dos dedos de su otra mano. Idiota. Me acerqué a él y con la única mano/brazo que tengo sano, le pegué en la cabeza.

―Auch―se sobó la cabeza adolorido.

―Idiota―murmuré y subí para bañarme.

Llegué a mi habitación y me comencé a devestir con cuidado y lentamente, me coloqué un plástico por sobre el yeso y me metí a la ducha.
El agua algo fría comenzó a caer sobre mí, para luego transformarse en una calida y relajante ducha.
El agua caía en mi nuca y yo no podía dejar de pensar en Karol y su pregunta. Bueno, estas ultimas semanas nunca pude dejar de pensar en Karol y su forma de hablar, de cocinar, de caminar, de vestir, de reir, de dormir... pero cuando me hizo esa pregunta mi mundo paró. No sabía que decir.
A decir verdad, Karol me atrae. Y mucho. Pero no sé como moverme. Además de que no soy su tipo a decir verdad, soy demasiado gruñón, demasiado amargo, etc etc.
De Kendall ya no estaba más celoso. Entendí que solo son mejores amigos, son hermanos... para Kendall Karol tiene pene, y para Karol Kendall tiene senos. Nunca se fijarían en el otro como otra cosa.
Me terminé de bañar y me vestí. Raramente tardé quince minutos, creo que me iba acostumbrando y encontrando formas más fáciles de hacer todo teniendo este yeso en mi brazo.
Salí de mi habitación ya vestido y me encontré a Karol saliendo de su cuarto con un vestido blanco, pero primaveral. Es demasiado hermosa, parece un ángel.

―¿Vamos? ―preguntó ella. Yo asentí.

Me sentía nervioso a su lado, me sentía como un chico de 14 años sin saber que hacer en su primera cita.
Bajamos y vimos que James entraba a la sala seguido por dos personas, mis tíos. Oh, y un beso rojo en su cachete. La tía Margarita es de maquillarse bastante.

―¡CIAO AMIGUIÑOS! ―gritaron los dos al mismo tiempo. En nuestro lenguaje, significa "Hola Amigos". Ciao es en italiano "Hola", y amiguiños es un intento de decir "amigos" en portugués.

Oh, que bien.

La tía Margarita y el tío Paul fueron a Italia y Brasil. (noten el sarcasmo)

Cuidando a los Brinley  TERMINADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora