Capítulo 31

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Narra Ruggero.

―Cállate.

  ―Cállame. ―dicho esto me besó. Así es. Me besó. Esperen... ¡ME BESÓ! ¡OH  POR DIOS! ¡ESTOY PEOR QUE UNA ADOLESCENTE CON HORMONAS ALBOROTADAS!  ¡KAROL ME ESTABA BESANDO! ¡Y ELLA A MÍ!
Sus labios son tan  suaves, como siempre supuse que eran. Y tenía un sabor a chocolate,  obviamente porque había comido anteriormente. Y a vainilla. Creo que es  por el brillo labial que llevaba puesto. Al separarnos ella mi vió  avergonzada y sorprendida de sí misma

―Y esto tampoco Justin Bieber lo  obtendrá―asentí embobado.

―No―negó ella también embobada.

Y  que mi madre haya llegado junto a Kira y se haya sentado al lado de  Karol, bastó para terminar el momento, el el cual ambos ahora  estábamos incómodos.

―Hola chicos, ¿me cuidan a Kira un momento?  Tengo que pagar unas cosas que rompió Lea y Kira está muy inquieta―rió  sosteniendo a la bebé.

―Claro―sonreí, ella me dio a Kira y yo la  coloqué sobre mi regazo, sosteniéndola con mi brazo sano. Mi linda madre  se puso de pie yéndose.

―Yo... ire a ...  buscar... eso―tartamudeó Karol, yéndose por la misma puerta por donde se había ido mi madre.

  ―Kira, la besé. ¡La besé! ―exclamé emocionado a la bebé y ella rió, yo  le di un beso en la mejilla―No te me vengas a poner celosa eh, tú siempre vas a ser mi princesita―ella me tomó del pelo y yo reí.

Narra Karol.

Pude escaparme fácilmente de aquella situación, luego no sé cómo pero  inmediatamente volví y ví a Ruggero diciéndole cosas tiernas a Kira. Aww,  es un amor. Sacudí mi cabeza y me fui de nuevo.
Subí a mi habitación  y miré por la ventana, Ruggero ya no estaba en la piscina. Me senté en la  cama mirando hacia el techo, dios mío. ¿Qué hice? ¡Si él fuera quien me  comenzó el beso no sentiría tanta culpa, pero fui yo! ¡Y me encanto!  ¡Si muchachos! ¡Me ENCANTO!

―¿Enamorada? ―preguntó una voz detrás de mí, yo me asusté completamente y pegué un respingo. Volteé y estaba Lea allí.

―Cállate―mascullé.

  ―Cállame. ―dijo burlona. Yo bufé―¿Qué? ¿No me besarás? ―preguntó y yo  alcé la vista sorprendida―Vi todo desde el balcón, también se escuchaba  todo... fueron el pequeño show de la piscina aunque no se hayan dado  cuenta―rió a carcajadas. Yo sentí mi cara realmente caliente y salí de  la habitación avergonzada. Entre al ascensor y luego de eso llegaron  como 3 chicos totalmente musculosos al ascensor, la puerta se cerró y  realmente estaba incómoda entre tanta testosterona... además de que estaba  en bikini, con un simple pareo en la cintura. Shit. ¿Suerte no, no?

Sentí como me recorrían con la mirada y murmuraban cosas. En este  momento me gustaría que esté Ruggero y le pegue a todos estos por mirarme,  como en las novelas. Ay dios, ¡KAROL! ¡CÁLLATE !
Cuando la puerta se abrió salí corriendo a recepción donde estaban mi madre y la madre de Ruggero.

―Hola―saludé agitada.

―¿Qué te sucede que estás agitada? ―preguntó mi mamá.

  ―No nada―reí nerviosa―es que camine rápido respirando mal y  eso―asentí―¿tienes de casualidad algo para vestirme? No se donde dejé mi  vestido―murmuré y ella me dio una remera suelta, la sacó de su bolso.  Las madres son geniales, dios mio. No son humanas, eso seguro. Me  coloqué la remera verde agua suelta y le dí un beso en la mejilla, la  madre de Ruggero rió.

―Serían tan linda pareja con Ruggero―murmuró la  madre de Ruggero, yo solamente la escuché ya que estaba entre medio de mi  madre y Pam.

Fingí que no había escuchado nada y ví como Pam pagaba  más de $500 por daños en el hotel. Al parecer cuando Bryan le fue a  refregar el chocolate que me había sacado a Lea, Lea y estaba enojada  por algo y comenzaron a pelear. Ella le tiró con unas armas, pero Bryan  es también rápidamente y se movía, así que Lea le tiró a toda la  habitación y uno a Bryan. Toda la habitación, destruida.

―Bueno, ya pagué―cerró su billetera Pam.

―¿Vamos a la piscina? ―preguntó con una sonrisa. Mi madre asintió.

―Luego las alcanzo―sonreí y llegó Kurt.

―Estaríamos necesitando tu ayuda―llegó corriendo Kurt.

―¿Qué hicieron? ―pregunté.

―Hay un cangrejo en el hotel―tragó en seco, susurrando.

―Ay dios―murmuré y él tiró de mi brazo, para ambos salir corriendo.

  Llegamos al pasillo por donde se llegaba al restaurante del hotel y  allí estaban Ruggero, Bryan y Lea. Ruggero ya tenía una remera puesta, era  de color negra. Le queda tan lindo el negro a él. Bah, a él le queda  todo lindo. Aunque eso no es novedad. Me tendría que callar.

―Deje a  Kira con el papá de Karol con la excusa de que tengo que ir al baño.  ¿Cómo se les escapó un cangrejo? Y más importante... ¡¿QUÉ HACIAN CON UN  CANCREJO?! ―dijo Ruggero. Lo último lo susurro/grito.

―Bueno, es una  interesante historia―vaciló Kurt. Todos los miramos con cara de "cuenta  ya o sacamos el intestino delgado". ―hoy a la mañana cuando fuimos a la  playa encontré un cangrejo y lo traje para examinarlo... lo tenía bien  guardado, pero alguien―recalcó la última palabra, mirando a Lea. Esta  última se reincorporó, ya que estaba apoyada contra la pared,  desganada―rompió todo en la habitación donde estaba el cangrejo, este  ultimo huyó. Asi que la conclusión que saco es... ―hizo una pausa―¡TODA LA  CULPA ES DE LEA! ―gritó.

―¡SHH! ―lo callé.

―¿Qué? ¡No! No es mi culpa haber traído un cangrejo―exclamo.

  ―Chicos, si bajaran un poco más la voz sería lo indicado... porque si  alguien se entera que hay un cangrejo suelto en el hotel y que es  nuestra culpa nos van a echar―murmuró Ruggero.

―Aunque... ¿tan peligroso es un cangrejo? ―pregunté incrédula.

―Pregúntale a mi trasero―dijo Bryan tragando en seco.

―Jodeme que te mordió. ―contuve la risa.

―Parece que mi trasero es muy apetitoso―dijo avergonzado, en voz alta.

―Okay, busquemos al cangrejo―dije decidida.

―Sí... son dos―explicó Kurt.

―Te mataré―dijo Lea.

  Y así fue como en estábamos divididos en dos "equipos". Uno buscaba  desde la planta baja hasta el piso 5, y el otro equipo buscaba desde el  piso 6 hasta el 11. El "equipo de los que tienen neuronas" estaba  constituido por Lea, y Kurt. El nombre fue designado por ellos. El  "equipo de los sin cerebro" estaba constituido por Ruggero, Bryan y yo.  Nombre también designado por Lea y Kurt. Y así fue como todos estábamos  fijándonos por todos lados. Masetas, algunas habitaciones que  encontrábamos abiertas, salas, armarios, etc etc.
Nos encontramos en el balcón de la habitación de Ruggero, en el piso 5, luego de buscar y no encontrar nada.

―No encontramos nada―espeté bufando.

―¿Qué haremos? ¿Buscamos en todos lados? ―preguntó Lea.

  ―Solo falta la cocina y la piscina... ―contestó Ruggero y escuchamos un  grito agudo. Miramos hacia abajo y habia una chica gritando y corriendo  de su silla, vimos algo cruzar y correr además de la chica.

―Oh oh.

Cuidando a los Brinley  TERMINADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora