Capítulo 36

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Al otro día...

―¡¿QUIEN SE ATREVE A TOCAR LA PUERTA TAN TEMPRANO?! ―grité enojada, tapándome los oídos con la almohada.

―Son las 11 am, pero igual... ¡SI NO ERES FRANCISCO LACHOWSKI VETE! ―gritó Lea. June murmuraba cosas. Ella se había quedado charlando con nosotras y terminó durmiendo en el suelo.

Los golpes no paraban y enojada me levanté, abrí la puerta de golpe y ví a un Ruggero con un ramo de flores.

―Perdón por despertarte tan temprano, pero tengo que hacerte una propuesta importante. ―dijo y yo miré confundida.

Pude sentir como Lea y June se sentaban con una cara expectativa y confundida.

―¿Qué... ―hice una pausa y tragué en seco―propuesta? ―concluí.

―Sólo no hables y déjame terminar. ―sonrió asintiendo, yo sonreí extrañada. ―Tal vez te preguntes... ¿y este qué viene a hacer? Lo que vengo a hacer lo tenía ganas de hacer hace ya como dos semanas pero si lo hacia antes, me pegarías y fuerte. Esperaba a que vea que al menos no me odies... nos conocemos hace poco, pero eso me basta para enamorarme de ti. Quiero vivir contigo, bailar contigo... tener una noche locaaa―lo último lo comenzó a cantar y yo reí, ya que también hizo un movimiento raro de caderas, el carraspeó y nuevamente se puso serio―Quiero todo. Y... me pregunte, ¿Cómo puedo hacer especial el momento en el que le pida ser mi novia? Y me di cuenta de que lo especial no lo pone la acción, sino el momento y nosotros dos. Además si me subo a un caballo me caería y me quebraría el otro brazo, si te hacia una cena era demasiado cliché aunque a las mujeres les guste eso... y sabía que todas las novelas que haz leído no tiene lo que voy a hacer, o al menos espero eso. En este simple acto quiero pedirte que seas mi novia, aunque este quebrado y no te pueda abrazar completamente y muuuuy fuertemente. Entonces... ―hizo una pausa, yo ya estaba que me mordía las uñas―¿Me haces el favor de sacar la cajita de mi bolsillo, abrirla y dejarla arriba del yeso? Es que no puedo―rió, yo asentí y saqué una cajita. Vi un separador de un libro cuando la abrí, y coloqué la cajita en el yeso―¿Quieres ser mi novia? ―extendió un poco las flores, y hacia equilibrio para que la cajita no se caiga.

―¡QUE DIGA QUE SÍ CARAJO! ―gritó Lea.

―¡SÍ! ―grite sin pensarlo y si no fuera porque tuve un poquito de autocontrol, no lo tiré al suelo. Pero si casi salto sobre él y lo besé. La cajita cayó al suelo, y las flores no sé como quedaron. ―Te amo―murmuré y él sonrió.

―Yo más―sonrió ampliamente. Créanme que si no fuera por el yeso, cada vez que me sonria así como me está sonriendo lo tiro al suelo.
―¿Leíste esto alguna vez?

―Creo que no―negué riendo.

―¡LE DIRÉ A MAMÁ! ―gritó Lea saltando de la cama, casi enredándose con las sabanas y cayéndose al suelo.

―¡NO! ¡MAMÁ YA PREGUNTARÁ COMO LE PONDREMOS AL SEXTO HIJO! ―gritó Ruggero.

―Si es nena, Filomena―le dije.

―Es feo―murmuró.

―Lo sé ―solté una carcajada. Hasta eso, Lea ya estaba empapelando el hotel con la noticia.

―Que linda familia―dijo June riendo, mientras entraba al baño.

Con Ruggero salimos corriendo. El problema era mi padre... ¿Qué dirá? Mi madre ya verá de que color serán las servilletas en la mesa del casamiento. Eso lo sé.
Llegamos al restaurante del hotel y todos estaban sentados. Todos, solo faltaba June que quedó arriba. Corrimos hacia la mesa (casi hicimos atragantar a un tipo, pobre hombre. Lo chocamos feo), es que también vimos a Lea contando algo muy animadamente, y sonreímos tratando de parecer inocentes cuando llegamos a la mesa.

―Buen día―dijo Ruggero.

―Hola... ¿Cómo amanecieron? ―preguntó mi padre.

―Muy bien, señor. Gracias―asintió Ruggero.

―Muy bien papi―pestañé repetidamente.

―¿June? ―preguntó Bryan.

―Se quedo arriba cuando salí corriendo a contarles lo que sucedió―contestó Lea.

―Queremos decirles que en verdadquieroaKarolyenverdadquieroestarconellaylaamomuchomuchoynuncaladejarénilastimaré. ―habló Ruggero, MUY rápidamente.

―¿Qué? ―preguntó la madre de Ruggero.
―Esquesomosnoviosyenverdadlapasamosbienjuntosynosamamos―dijimos al unísono.

―¿Son novios? ―dijeron emocionadas nuestras madres, al unísono. Mi papá levantó la vista rápidamente. Jeffrey... Jeffrey reía.

―¿Qué Lea no les había contado? ―pregunté incrédula.

―Yo les conté sobre que Zack Efron me siguió en twitter―se encogió de hombros la pequeña demonio, tenia una sonrisa en sus rostro. Kurt y Bryan ya estaban que no aguantaban la risa, y Kira... Kira comía y reía al mismo tiempo.

Que linda.

(...)

Al final de todo, mi papá aceptó a Ruggero. Dijo que ya lo conocía y que era un buen chico. Gracias a dios no lo sacó con la escoba de alambres. Se hizo una escoba de alambres super filosos para que cuando venga alguien que se quiera sobrepasar conmigo o salga conmigo lo eche con dicha arma.
Estaba buscando una bikini porque hoy iríamos a la playa y me encontré con el ramo de flores y la cajita con el separador para los libros sobre mi cama. Tomé las flores y aspiré el aroma. Dios, es delicioso. Luego tomé la caja dorada y la abrí, ví el separador y era de un papel my duro... tenía muchos colores y decía una frase:

"Cada historia cuenta otra historia. Por ahora ocupémonos de nuestra historia de amor. Te amo. –Ruggero"

Y en este momento es en el que quiero saltar por toda la habitación gritando de felicidad. Bueno, no quiero porque ya lo estoy haciendo.

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