―¿Qué haremos? ¿Buscamos en todos lados? ―preguntó Lea.
―Solo falta la cocina y la piscina... ―contestó Ruggero y escuchamos un grito agudo. Miramos hacia abajo y habia una chica gritando y corriendo de su silla, vimos algo cruzar y correr además de la chica.
―Oh oh.
Todos bajamos apurando al ascensor (tanto que casi le sacamos el botón de la planta baja) y salimos corriendo hacia la piscina.
―¡Ahí! ―señaló Bryan. Y así es como todos estábamos corriendo en fila a un cangrejo en una piscina.
Kurt se tiró tratando de caer sobre el cangrejo y atraparlo pero fue en vano, lo que menos atrapó es al cangrejo.
Tomé una maseta y tiré la tierra que tenía en ella, en un momento el cangrejo dejó de correr y sigilosamente puse la maseta sobre el cangrejo, atrapándolo.―Cangrejo uno, atrapado―sonreí aliviada.
―Sí, linda sonrisa y todo... pero falta uno―me contestó Ruggero.
―¿¡QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO!? ¿¡QUÉ HAN HECHO AHORA?! ―llegó la madre de los Brinley enojada, con sus manos en sus caderas y el ceño fruncido; a su lado el señor Brinley con los brazos cruzados; y detrás de ellos mis padres preguntándome con la mirada que sucedia, y sosteniendo a Kira.
―Nos enteramos que no sé como llegaron un par de cangrejos al hotel y queremos ser solidarios, así que estábamos tratando de atraparlos antes de que suceda algo malo, además de que ya le pellizcaron el trasero a Bryan. ―contesté con simpleza.
―Ohh, ¿viste Jeffrey? Yo sabía que son buenos chicos, son mis hijos. Nunca harían nada malo como traer un par de cangrejos a un hotel donde nos podrían llegar a echar―contestó Pam.
―Pero si tú...
―Cállate―interrumpió Pam a Jeffrey.
―Bueno, iremos a buscar el otro. Nos vemos luego―sonreí y empuje a todos fuera de aquel lugar. Ya estábamos en el lobby.
―Directamente eres la mejor niñera del mundo―dijo Bryan.
―Lo sé―le guiñé el ojo.
―Que modesta―masculló Lea.
―¿Qué? –fingí no haber escuchado.
―Que te amo―me abrazó riendo y yo reí.
―¡RENUNCIO! ¡ESTE LUGAR ES UNA TOTAL... ―llegó gritando un hombre con un gran bigote, tirando su gorro de chef al suelo.
―¡hey! ¡Ojo con lo que dice! ¡Hay niños! ―exclamé interrumpiéndolo. Me sacó la lengua.
―O él es el niño―dijo riendo Ruggero.
―Si no fuera porque un cangrejo me mordió la mano y no podré cocinar en un tiempo te pegaría, y fuerte. Niño―espetó el chef con bigote raro, enfrentando a Ruggero. Lo miró fijamente y se fue.
―Dios mio, alguien renunció por mi culpa―bajó la mirada Kurt.
―¿Por qué dices que fue tu culpa? ―llegó otro hombre que no conocíamos. Este tenía una barba corta, era más normal.
¿de dónde sale tanta gente desconocida?
―Porque yo traje a los cangrejos, solo quería examinarlos―contestó el niño.
―Niño, no te preocupes... nos hiciste un favor. Aunque no lo tienes que hacer mas a eso, al menos pide permiso la próxima vez―sonrió el hombre poniéndose a la altura de Kurt.
(...)
Y la suerte que tenemos es impresionante. Al parecer el hombre con el bigote era un malo chef, maltrataba a todos, y no lo podían echar porque sino tenían que pagarle una gran suma de dinero que no tenían. Al renunciar, todo se solucionaba. Así que solo por eso no nos echaban. ¿Ven? Nosotros siempre le hacemos un bien a la humanidad. No importa que sea rompiendo cosas, o echando a chefs raros.
Ahora nos dirigíamos a un restaurante cerca del mar, íbamos a cenar todos con todos.
Yo iba vestida con un lindo vestido color azul con algunos detalles en plateado. Unos zapatos negros y... nada más, no soy de ponerme tantos accesorios siempre.
Llegamos al restaurante, no era ni tan elegante ni un McDonalds. Aunque me gustaría haber ido a McDonalds eh.
Nos sentamos en una mesa y la cena fue normal. Nos las pasamos riendo y charlando.
Estabamos sobre mesa y me comencé a marear. No sé exactamente que me sucedia pero tenía la sensación de que me faltaba el aire.
Le avisé a mi madre que me levantaría para tomar aire ya que no me sentía bien y ella asintió.
Me apoyé sobre una baranda, mirando el mar, y la noche oscura. El viento también se hacia presente, y me estaba despeinando. Exhalaba e inhalaba profundamente y sentí como alguien se posicionaba a mi lado.―¿Te sientes bien? ―preguntó, podía sentir su perfume e identificarlo sin siquiera mirarlo.
―Sí, solo fue un mareo. ―asentí sin mirarlo.
―Que bueno que no sea nada más grave―sonrió al mirarlo.
―Gracias por preocuparte―sonreí de lado.
―Siempre me preocuparé por ti...
―¿Quieres ir a dar una vuelta? ―pregunté luego de un minuto de silencio.
―Me encantaría―contestó tomandome de la mano.
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Cuidando a los Brinley TERMINADA.
FanfictionQue tus padres se vayan de vacaciones dejándote sola en tu casa en el verano suena genial, ¿no? Puedes hacer lo que quieras, comer lo que quieras, despertarte cuando quieras, ¡libertad! El mejor verano en verdad. Pero toda esa felicidad y unicornios...