Dixie se acomodaba su elegante traje blanco, el cual hacía verlo aún más pálido. Su cabello como el oro destellaba en las luces de su habitación. La emoción de Dixie se reflejaba en su rostro, a pesar de que sólo debía permanecer en el área VIP de la discoteca, alejado de la chusma, sabía que ese era un paso importante para Granada, por eso debía ir presentable. Quizás al no hacer gran cosa en aquella discoteca, Aldo charlara con él sobre los proyectos a futuro de Granada. Dixie había pensado en varios proyectos que podrían desempeñar en su fraternidad para deshacerse de la gente de expediente mugriento. Los ojos claros de Dixie recorrían el reflejo de su espejo de cuerpo completo, evaluando cada uno de sus detalles. De repente, interrumpiendo su profunda evaluación, su madre entró a su habitación. Desconcertada por la brillante apariencia de su hijo, sonrió y preguntó con dulzura:
— ¿A dónde vas tan arreglado?
— A una reunión importante en mi trabajo.
— ¿En dónde será? ¿En las oficinas?
— Correcto.
Dixie intentó copiar la inexpresividad de Aldo, probando los efectos que su personalidad fría podrían causar con el objetivo que evitar al máximo las molestas preguntas de su madre.
— Entonces supongo que te va bien en el trabajo, llevas dos días y ya asistes a reuniones importantes.
— Sí. Te dije que el trabajo era importante mamá.
La madre de Dixie tragó saliva y miró hacia el suelo. Inquieta ante la seriedad de su hijo, miró alrededor de su habitación, todo se veía impecable, tal como le había enseñado.
— ¿A qué hora volverás?
— Tarde. No me esperes despierta.— dijo Dixie mirándola de reojo a través del reflejo de su espejo.
— ¿Por qué no?
— Por que ya soy un adulto. Puedo llegar sin recibimiento.
— Pero debo chequear que estés bien, es mi deber como madre.
Dixie tomó una corbata roja que se hallaba dentro de su clóset y se encogió de hombros.
— Has lo que quieras entonces.
— Déjame ayudarte a ponerte eso.
La madre de Dixie se acercó a él, pero Dixie levantó una mano hacia el aire para detenerla.
— Mamá, se supone que soy independiente.
Su madre apretó con ansiedad sus dientes, sentía el inminente impulso de ayudar en algo a su hijo. Pero su rechazo hacia ella era rotundo. En su cabeza no paraba su obsesivo instinto materno.
— ¿Vas a estudiar medicina en la universidad como querías?
— No me hará falta.
— ¡¿Qué?! Pero tu padre estaba entusiasmado por enviarte dinero para que pudieses estudiar.
— Mamá, deseo seguir con esta conversación luego.
Dixie ató a la perfección su corbata y caminó rápidamente derecho hacia la puerta.
— Escríbeme cuando llegues a la reunión.
Dixie sin responderle a su desesperada madre, cerró la puerta de su cuarto con fastidio. Él no iba a estudiar en la universidad, eso le consumiría demasiado tiempo y tiempo para formar Granada era lo que necesitaba, luego hablaría con su padre.
Se dirigió al asensor y sacó su teléfono, sólo faltaba una hora para que la fiesta empezara. Le escribió un mensaje a Aldo, diciéndole que iba en camino, Aldo inmediatamente le respondió diciéndole: "No entres hasta que Pedro te lo indique, a las 10:00 pm aproximadamente debe recibirnos a ambos.". Dixie se puso sus guantes negros y pasó su mano sobre su cabello. Estaba listo.
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GRANADA | LA FRATERNIDAD | #PGP2018
Teen FictionConstanza tiene una familia muy pobre, estudia en una escuela muy pobre y vive en la zona más pobre del estado. Ella odia todo lo que tenga que ver con pobreza, ya que desea tener una vida llena de lujos en la ciudad y ella haría lo que sea por obte...