Capítulo 7

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—¿Dónde estabas? hijo mío ¡No sabes lo preocupada que estaba!

—Estoy castigado, ¿verdad?

—No... Creo que será mejor no castigos por ahora. Me comporté mal contigo también

—Quería pedir perdón, ¿sí?

—Yo también, nunca debí hacer lo que hice. En verdad estoy muy arrepentida

—Descuida, tenías un por qué-de pronto me abrazó bien fuerte y sentí el suspiro que dio como alivio.

Justo cuando nos separamos escuchamos el timbre sonar y supe de quién se trataba. Mi padre salió por cosas del trabajo unos días y hoy se supone iba a llegar.

Lo recibimos con mucha emoción, aun que ya fuera costumbre que saliera unos cuantos días.

Como siempre, mi madre hizo una cena, invitó a mis abuelos y luego comimos un gran postre. Amaba hacer mucha parafernalia, aun que yo sólo estaba ahí para que luego no me echaran la bronca.

Luego de todo el recibimiento para nada exagerado de mi padre, pude subir a mi alcoba.

Me recosté y bostecé. No había sido un día como para ponerme exhausto, pero sí me habían hecho comer mucho.

Me sentía satisfecho y sentía sólo ganas de acostarme y contar muchas ovejas.

De pronto el celular empieza a vibrar bajo la gata, la cual estaba durmiendo. Saltó tan alto del susto que creí que chocaría con el techo.

—Tranquila, Princesa-dije entre risas. Sentí cómo me miró con enojo por haberme burlado de ella-perdón, perdón. Tranquila, ¿sí?-se volteó y volvió a recostarse.

Prendí la pantalla del celular y vi de quién era el mensaje. Me sorprendí ante el nombre, ya que no acostumbrabamos hablar mucho por celular.

Has recibido un mensaje de "Gata gritona"

Reí ante el nombre, ya que no recordaba haberle puesto así. La parte cómica es que el mismo Baek dijo que le pusiera así de broma, pero no se esperaba que en serio lo haría.

Recuerdo su cara cuando vio su nombre en la pantalla y luego empezó a sacar pasto para tirarlo en mi cara mientras Chan, SeHun y MinSeok reían.

También recuerdo la cara de enfado que puso cuando ChanYeol lo siguió molestando con el nombre.

Bueno, el perjudicado fue Chan, quien tuvo que seguir al prqueño Baek por toda la calle rogando perdón. No sé en qué terminaría luego, pero los dos estaban con grandes sonrisas.

—COnEjOoOo, ¿estás?

—Hola, Baek

—Tan reservado como siempre, amigo

—Lo siento mucho

—¿Qué dijimos de disculparnos por todo?

—Lo siento

Escribiendo...

—Conejito, te hablaba para saber si salías mañana en la noche con nosotros a una fiesta. Invité a un par de amigos también

ANEMIA//SeHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora