Capítulo 13

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Narra SeHun:

Desperté en el mismo sofá en donde estaba ubicado la noche anterior, pensando.

Dormí un par de horas, tal vez.

Quise ir a bañarme enseguida. No podía esperar a quitarme ese podrido aroma de encima.

Me levanté y tiré todas esas latas vacías a cualquier lado y vi a mi padre en el sofá de al frente aún sin despertar.

No sabía si sentirme arrepentido, o feliz porque no se hubiera despertado aún. Quería que me dejara en paz aun quesea hoy, y luego de la paliza que le di, he de suponer que tendrá un poco más de respeto.

Y luego pensé en Jun, a quien quería proteger de todo y que nadie se atreviera a tocarle un pelo.

Pero rompí la promesa que tenía conmigo mismo y me atreví a golpear una de sus blandas y brillantes mejillas.

Nunca me iba a perdonar eso.

Yo... Toqué a JunMyeon, le hice daño. Era mejor que él saliera de todo este lugar pútrido y tóxico.

En una circunstancia así... Tuve que levantarle la voz, y me sentía pésimo por eso, al igual que la última vez que le grité.

En el momento en que me iba a dirigir al baño, escuché unos cuantos ruidos al otro lado de mi puerta, como pequeños golpecitos a lo bajo de ella.

¿Sería un perro buscando basura?

Me volteé y caminé hacia la entrada, luego abrí la puerta.

Me encontré con alguien escondiendo la cabeza en sus rodillas, mientras las sujetaba con sus brazos cubiertos por prendas.

Pensé al principio en un vago que quizás creía que aquí no vivía nadie y quise pedirle que por favor se fuera.

Pero en el momento que empezó a moverse con desesperación y vi esa bufanda Gryffindor pasar por su cuello, quise darme un tiro.

Abrí la boca y los ojos de par en par en el momento que se movió bruscamente, casi cayendo de lado al duro suelo.

Me agaché enseguida sujetando su cuerpo antes de que se diera un golpe, y ahí es donde pude apreciar su rostro sin brillo alguno en las mejillas.

Él tenía facciones tan delicadas... Se veía como porcelana que tenía que cuidar de que nadie rompiera.

Sus labios estaban entreabiertos y aún tiritaba un poco. Acaricié sus manos para notar la temperatura.

Estaban muy... Frías.

¿Yo causé esto?

—JunMyeon...-susurré moviendo su cuerpo un poco. Su ceño estaba algo fruncido y parecía moverse con miedo o enojo—JunMyeon-hablé esta vez más fuerte. Sólo seguía moviéndose en rechazo.

No sabía a qué punto odiaba verlo así y me odiaba por no haberlo notado antes. Yo sabía que le daba miedo andar solo y ni siquiera pensé en eso por la rabia, la maldita e insignificante rabia.

No quería que estuviera en este entorno, le hacía muy mal.

—¡JunMyeon, despierta!-me desesperé un poco, pero me alivié al notar que estaba despertando.

Empezó a abrir sus ojitos y me empezó a mirar como un niño pequeño. Era tan jodidamente dulce que me daban ganas de comerlo... Pero se veía tan mal y frío. Necesitaba arroparlo lo antes posible.

—¿Eres real?-su voz parecía algo asustada, confundida y a la vez angelical. Era mi culpa, me sentía un idiota.

—¡¿Pero qué dices?! ¡creí que estabas muerto de hipotermia o algo así!-en mi mente quería hablarle de forma delicada, pero estaba cayendo en pánico total.

ANEMIA//SeHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora