Capítulo 11

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*Llamada telefónica*

Gata gritona:

—JunMyeon, ¿te pasas a la casa de SeHun?

—Esto... Tengo tarea

—¡Ven y la haces acá! Veremos películas de miedo y cosas así

—Baek, tú y yo sabemos que tú serás el afectado luego de eso

—¡Qué va!

—Pero tienes a ChanYeol, ¿no?

—Sabes que no me gusta sacar ese tema, Conejo

—Vale, perdón. Iré luego

—Bueno, monada. Te esperamos

Visto: 21:57

La verdad tenía planeado ver películas de Star Wars hoy en la noche, pero fui algo idiota al meterle a ChanYeol.

Él estaría ahí, sí, pero desde ese día en el hospital su relación cambió un poco, debido a que Chan se volvió más desapegado con Baek y él lo acepta. Es muy orgulloso.

No me había levantado en todo el día y estaba con la ropa interior desde la noche, así que fui a cambiarme y alistarme para luego partir a la casa de SeHun.

SeHun...

Tengo que admitir que luego de estos cinco meses conociéndolo, poco a poco se me hace más... No lo sé.

Estoy más pendiente de lo que hace o dice, siempre observando. Pero estoy bien, sólo es un amigo preocupándose por otro.

Me miré en el espejo del baño y luego me puse a pensar en ese día en el que... Bueno, ese día en el que casi caigo por la ventana. Estuvo para morirse, ¿no? Literal, creo.

Debía admitir que los dedos de SeHun eran muy suaves y bonitos. Tenía una severa obsesión con las manos.

Luego me di cuenta de qué estaba pensando y vi a un JunMyeon con mejillas ligeramente rosadas en un espejo. Automáticamente me eché agua a la cara y la palmeé esperando que se fuese el color... Y calor.

Una vez listo, fui y me despedí de mis padres para posteriormente encaminarme a su casa.

La verdad es que desde ese día en el que apareció ese hombre extraño con malas intenciones me daba miedo caminar solo por la calle estando oscura, pero poco a poco estaba superándolo y ahora creo que ya no necesitaba que me pasaran a recoger.

Me iba acercando, cada vez iba más cerca de su casa.

Hasta que llegué. Sí, lo había logrado sin quedarme parado en una esquina intentando marcar números aleatorios para que pasaran a por mí.

Antes de tocar la puerta de su casa, llegó alguien a mis espaldas y me tocó el hombro.

—¿Tú eres con quien se escapa mi hijo por las noches? Eh, basura

Enseguida supe quién era el que estaba al frente mío.

¿Qué? ¿En serio un hombre así era el padre de SeHun? De que SeHun se pasaba a mi casa, lo hacía, pero para no estar con esta clase de gente.

Esta vez no sentí temor, sólo enojo. Oh, sí, mucha rabia.

¿Acaso pensaba que nosotros?... Pero eso es imposible.

—¿SeHun?

—¿Estás guiando a mi hijo por un camino... Equivocado?

Era un hombre con bastante barba y un olor a alcohol que llegaba a metro de distancia. Se notaba ebrio, tomado hace poco y no quería discutir con alguien en esta situación. Pero me daba mucha rabia.

ANEMIA//SeHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora