Capítulo 12

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—Creo que es hora de que nos vayamos, ¿quieres que te llevemos a casa?-dijo ChanYeol.

—No, creo que esperaré a que SeHun se calme para hablar con él

—Entiendo, pero sabes que cualquier cosa, puedes llamarnos

—Lo sé

Vi cómo los chicos se empezaban a ir, los tres. No sé por qué un presentimiento me decía que Baek había traído a JongIn sólo para evadir a ChanYeol, pero bueno.

—Hasta pronto, Jun-dijo Baek despidiéndose con la mano y luego cerrando la puerta atrás suyo.

SeHun ya había entrado y yo había tomado algo para que se me pasara el dolor de cabeza. Se supone que haría efecto en una media hora, pero ya era algo soportable.

Una vez la casa estaba vacía, a excepción de un padre golpeado e inconsciente y un SeHun que no decía palabra alguna.

Decidí acercarme a SeHun.

El chico estaba sentado en un sillón individual con latas de cerveza alrededor. Parecía no importarle, por ende sólo seguía sentado sin reaccionar haciendo una fuerte presión en sus manos cerradas en puños.

Estaba tan callado que me daba miedo hablar a mí.

—SeHun...-dije casi en susurro acercándome a paso lendo a donde él estaba ubicado.

—Ándate de mi casa-preferí hacer como si su comentario anterior no me hubiera ofendido en lo más mínimo y decidí acercarme un poco más.

—SeHun...

—¿No me oíste?-su voz era casi inaudible, pero la escuchaba y aun así no quería detenerme.

—Escúchame-una vez llegué donde él y puse mi mano en su hombro para calmarlo un poco, enseguida se movió en rechazo y quitó mi mano de forma bruta.

—¡Te he dicho que te fueras de mi puta casa!

—Yo sólo, y-yo solo...

—Vete

Y así lo hice, preferí hacerle caso y caminar en dirección opuesta.

No era la primera vez que alguien me gritaba así, pero esta vez en especial, me dolió.

Sin decir nada más, mordí mi labio para no lanzarle un grito y pasé una mano rápida por mi ojo para que no saliera ninguna lágrima.

Me encaminé hacia la puerta y al abrirla volteé. Él miraba el piso confundido, muy confundido.

En cuanto se percató de que lo miraba, subió la cabeza y me frunció el ceño para luego apuntarme con su dedo anular la salida.

Le hice caso. Puse un pie fuera de la casa, miré una última vez su rostro y la cerré de un portazo.

Una vez fuera, deslicé mi cuerpo por la puerta fría de color café de su casa y me dejé caer en el suelo helado.

Sentí la humedad al instante tocando mi ropa y traspasándose a mi cuerpo, causándome un leve escalofrío para luego enrrollar mis piernas dobladas con mis brazos.

Mis labios se tornaban más azulados y mi nariz más roja de lo normal sintiendo mis manos frías al pasar el rato, las manos que le daban un poco de calor a mi rostro anteriormente.

No sé cuánto había pasado, quizás unos minutos, más minutos hasta cerca de una hora.

—SeHun... Eres un imbécil-susurré bajo mi bufanda de líneas rojas y amarillas que alcanzaba a tapar la mitad de mi rostro.

ANEMIA//SeHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora