Noah es un chico que no conoce su pasado, ni siquiera Noah es su verdadero nombre; Un día cualquiera, él apareció a media noche en la orilla de la playa, sin conocimiento alguno de lo que había sucedido con él.
Noah cada día de su vida se esforzará...
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Abro mi boca aún manteniéndome muy sorprendido por la situación, un millón de preguntas se me vienen a la mente y no puedo evitar pensar en que esto es una clase de broma solamente.
—Noah esto va a ser demasiado divertido —dice Cory a un lado de mí.
—Vas a aceptar supongo, ¿No? —pregunta Dustin.
—No —susurro —¿Cómo es que voy a aceptar algo así?
—Noah si no aceptas todo el grado va a ser descalificado.
—¿O sea que estoy obligado?
—Hey Noah —una chica de cabellera rubia me toca el hombro con sus dedos, me giro para verla y de inmediato la reconozco —Estoy en la lista contigo —dice.
—¿Cómo estás Lena? —le pregunta Dustin con una sonrisa.
—¿Ya no nos saludas acaso? —agrega Cory.
—Lo siento —dice ella riendo —Sigo entusiasmada por la lista y estoy algo nerviosa —Lena saluda de un beso en la mejilla a los gemelos, cuando llega frente a Eliah, ambos se quedan viendo, se paralizan un poco en cámara lenta pero luego Lena da el paso y se acerca para besarle la mejilla también —Eliah.
—Lena —dice él.
—Que incomodo —canta Dustin en voz baja pero de todos modos lo escuchamos, Cory le golpea el brazo y Lena vuelve a mirarme
—Noah ¿Vas a aceptar la candidatura?
—Claro que no —digo —No puedo.
—Pero... pero... —balbucea ella —Nos descalificaran.
—Lo siento pero no puedo —río nervioso mientras escapo del lugar, Eliah me sigue y me insiste en que al menos lo piense. Trato de hablar con claridad y darle a entender que no quiero esto, pero el timbre para la última clase suena y debo regresar al salón.
Cuando las miradas de todos se habían alejado de mí, sucede que llega esta lista que jamás pensé que llegaría y por estar mi nombre allí todos han vuelto a mirarme. Me planteo la idea de aceptar aquello por un par de segundos, la lista de los candidatos también está pegada a un lado del pizarrón del salón, enfoco mi mirada y busco los nombres de los otros candidatos por una de las redes sociales que tiene Eliah.
—No vayas a leer mis mensajes —dice él.
—¿Escondes alguna cosa? —pregunto aún con un tono de voz nervioso por lo sucedido.
—No pero mi Madre suele regañarme todo el tiempo en mensajes —dice él. Yo rodeo la mirada y caigo en depresión al ver que todos los otros chicos son demasiado guapos.
