Alex.
—Cariño... ¿Otro round?—me provocaba Mara traviesa desde su cama mientras me vestía.
—Debo irme, ya es demasiado tarde—miré el reloj y daba justo las 10:00 de la noche. Yo vivía a una hora de su casa y no podía darme el lujo de conducir hasta altas horas de la noche porque papá me lo tenia prohibido.
—¿Pensaste en lo que te dije?—preguntó levantándose desnuda de la cama sin el más mínimo pudor dejando ver su delgado y curvo cuerpo.
—No—ni siquiera lo había pensado. Ya dentro de unos meses iba a retomar mis estudios entrando a la universidad y no había pensado a cual iría.
—Cariño... la universidad de Stanford es una buena opción y así podremos pasar tiempo juntos, solo piénsalo. Allá puedes estudiar administración de empresas con mejores teorías y metodologías que las de acá—se acercó para rodearme con un abrazo pegando sus senos a mi espalda.
—Lo sé, pero aquí también hay buenas universidades, no hay necesidad de irme a otro país— le planté un beso en la boca y luego me zafe de su agarre y colocarme la camisa.
—Eso significa que... ¿no?—preguntó con ojos de cachorros—sabes que estaré ahí y no podremos estar juntos como ahora.
—Eso significa que lo pensaré, no puedo dejar solos a mis padres; Debo hablar con ellos sobre esto.
—Esta bien mi amor, dame respuesta pronto. Sabes que solo faltan unos meses—tenia razón; una relación a distancia no funcionaría, pero una de la razones más importante para no alejarme era Sophia; ella no tenia a más nadie que a mí, ella simplemente estaba sola con su tía y su hermana. Yo era todo lo que ella tenia, aunque ni siquiera se haya dignado a ir a verme hace días.
La extrañaba como un loco. Sabia que su desaparición era por el beso, pero ya se había tardado demasiado en buscarme. No se sentia lo mismo estar en el jardín solo o pasar el rato con Jeremy, ni siquiera pasar el rato con Mara se compara a esas horas de charlas genuinas y tontas que sosteniamos.
Fué un grave error lo del beso, lo sabía y aun así no me detuve. Ella lo quería tanto que se había enojado; pude ponerle un alto, pero no pude resistirme a que me evadiera esa mirada dulce y llena de cariño que siempre me daba por el siemple hecho de no enseñarla a besar.
Más de una vez Mara se había puesto celosa con ella, decía que ella estaba enamorada de mí, pero entonces Jeremy apareció y no tuve duda que solo era como su hermano mayor, ese que la protegía de todo y todos.
Lo agradecía ya que me hubiese dolido no corresponderle de la misma forma.—¿Amor?—preguntó una irritada Mara al notar mi falta de atención.
—Lo siento cielo, ya debo irme. Juro que lo pensaré—realmente no quería irme del país y si las cosas con Mara no funcionaban de lejos, entonces no valía la pena nuestra relación.
—Esta bien. Te amo, adiós—besó mis labios apasionadamente y apreté su trasero atrayendo su centro para que chocara con el mio. Gimió en mi boca y luego me fui rápidamente antes de sus padres me notarán.
Mi celular vibró y ya sabia de quien era el mensaje. sonreí y cuando subí al coche que tenia oculto en la parte de atrás de su casa lo miré.
Mara: estas me las vas a pagar... no puedes besarme y dejarme así. No tienes idea de lo que te espera...
Alex:sé lo que me espera,horas de reposición de sueño por dejarme agotado. Voy a conducir... te quiero.
Mara: Te amo, ve con cuidado.
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EL DESPERTAR DEL FENIX
RomanceSophia, una niña de bajos recursos que sufre violencia intrafamiliar es obligada a trabajar día tras día por su explotadora tia. Una prostituta con cero sentimientos y amor hacia la pequeña niña. Alejandro, un niño que la vida le ha dado de todo. Un...