Alex.Recordaba aquella chiquilla que me hacia ver como un tonto desde la primera vez, recordaba como la veía volar mientras practicaba su ballet, también recordaba las travesuras que juntos habíamos hecho a Lucy y Robert, recordaba cuántas veces la había consolado, y por cuánto tiempo había sido su protector, recordaba cada vez que dije que era como mi hermana tratando de mentirme cuando en realidad no quería aceptar que la amaba.
Pasaron muchas cosas que nos distanciaron, pero hubieron muchas más que nos unieron, estábamos destinados a ser uno desde el mismísimo momento que nos habíamos cruzados. verla entrar a la iglesia con esa gigantesca sonrisa y nerviosa de tener todas la miradas puestas en ella, me hacía sentir orgullo.
Se detuvo hecha un manojo de nervios justo a mi lado, papá me la entregó y me miró atontada.
-Hola bonito.
-Hola mi Fénix...
La boda fue bastante sencilla ambos lo habíamos querido así, la celebración se había hecho en nuestro hogar y la noche se veía mágica con la luna llena reflejada en el agua del lago, aún recuerdo como mi Fénix me había hecho un baile al quedar solos en la habitación, como le había hecho el amor por primera vez siendo mi esposa.
Tenía tantos recuerdos en mi cabeza, recordaba cómo habíamos saltado de felicidad cuando supimos que estaba embarazada de nuevo y como tuve que soportar de nuevo sus cambios de humor haciendo que durmiera de vez en cuanto en el sofá.
Cuando nació Hanna me sentí el hombre más dichoso sobre la faz de la tierra, ya éramos cuatro en nuestra hermosa familia y adoraba ver sonreír a mi Fenix, la amaba ver parlotear y amaba verla pintar.
Era interesante como se perdía entre colores, la veía entretenida, la veía pensar dando pinceladas con su cabello envuelto en una cola y su cara llena de pintura , cuando se daba cuenta que la observaba, me sonreía y sentía mi piel colocarse de gallina, esa mujer me tenía desequilibrado.
Hacíamos un vez al mes un picnic con nuestros hijo y los hijos de nuestros amigos.
Gabriela había tenido una hermosa niña que tenía cuatro años, Stefany. Mía no había querido tener hijos y su esposo estaba de acuerdo, Em ya no sostenía una relación con Jeremy quien ahora estaba felizmente casado con una española y Hellen amaba estar soltera.
Recordaba esos momentos en el que salía al cine con mi Fénix, salíamos a bailar disfrutando de nuestro noviazgo después de casados.
La veía emborracharse cuando teníamos el fin de semana sin los niños y luego intentaba violarme una vez llegabamos a casa.Recordaba cuantas veces la había consolado cuando derrepente tenía un mal sueño, recordaba como la hacía enojar con facilidad y la bondad de su corazón.
Recordé depronto a la niña que se acercaba en bikini y que ahora se acercaba tomando de la mano a dos niños y reí con lágrimas en los ojos, es que jamás crei que podía ser tan feliz, jamás creí enamorarme tanto de ellos. Eran toda mi vida, la razón de mi existir, estaban creciendo muy rápido y cuando quise darme cuenta ya mi Fénix no los traía de la mano si no que peleaba con ellos por la hora de llegada, entonces fueron a estudiar lejos de nosotros quedándonos como al principio de todo... Discutiendo, amándonos y comprendiendonos uno al otro, visitábamos ocasionalmente a mi padre y el y Mary también nos visitaban creando un vínculo mucho más poderoso.
Fue muy díficil para nosotros desprendernos un poco de nuestros hijo aún recordaba como Fénix lloraba cada noche porque los extrañaba, entonces ellos empezaron a sentirse mal por la decisión que habían tomado, pues ambos habían decidido irse a vivir en un piso solos porque la universidad y el trabajo les quedaba más cerca. Step había estudiado arquitectura y la estaba ejerciendo mientras Hanna estaba en último semestre de medicina, pero mi Fénix recapacitó y les dijo que estaríamos bien, éramos bastante unidos y comprendían su tristeza porque incluso a mí me hacían falta las discusiones sobre fútbol con mi hijo y la forma en la que Hanna nos abrazaba desprevenidos diciendo que nos amaba, habíamos hecho un buen trabajo cuidado de nuestros hijos, debíamos entender que ellos como nosotros empezarían a forjar su propio camino.
Luego Step tuvo una familia y Hanna vivía en otra ciudad siendo una gran doctora, nos habían invitado a vivir con algunos de ellos dos, pero casi al mismo tiempo nos negamos, era nuestro lugar tranquilo y lleno de paz, así que decidieron venir cada fin de semana con nuestros nietos alegrandonos aun más la vida.
Sí, recordaba cada detalle del pasado, lo hacía mientras la veía por la ventana cortar las hojas secas del jardín que habíamos creado afuera, alzó la mirada descubriendo que la espiaba, se puso de pie y coloco sus brazos en forma de jarra, teníamos cuarenta y cinco años de casados y aún así fénix me hacía sentir como un muchachito tonto.
Se veía hermosa como la primera vez que la había visto su cabello ondulado ya no era oscuro, pero su cabellera blanca trenzada la hacía lucir irreal, seguía teniendo esos ojos que me invitaban a admirarlos y esa tierna y dulce manía en la que inclinaba su cabeza.
Mi Fenix seguía ahí mucho más fuerte y testaruda que siempre, salí de la casa lo más rápido que mi vejez lo permitia y me puse justo a su lado, ella se agachó y tomo la regadera para luego empezar a regar las plantas.
-Ya no te gusta ayudarme- se quejó.
-Ya no puedo doblarme como antes querida.
-Eres un viejo perezoso.-sonrei.
-¡Ya cállate mujer...! - entrecerró los ojos y me echó un poco de agua en la cara
-¿Ahora ya estás mejor?- dijo juguetona.
La tomé del brazo y la jale con cuidado. La abracé como si mi vida dependiera de ello, me gustaba sentirla tan mía, sentir que apesar de tantos años seguía siendo su protector. Nos separamos después lentamente y me miró afligida.
-Ya habian pasados días en los que no me sentía como aquella andrajosa niña, gracias Andru, gracias.- dijo dándome un tierno beso en los labios.
Caminamos tomados de la mano a descansar debajo del árbol de mango como se había vuelto nuestra rutina, mirábamos hacia nuestro lago disfrutando del hermoso paisaje que teníamos en frente. No hubo una mejor decisión que quedarnos aquí, este lugar era perfecto.
Mi Fénix respiraba con tranquilidad mientras estaba abrazada a mi admirando el hermoso ocaso que se avecinaba.
Mi Fenix, pensar en todas las lágrimas que había derramado, en todas las noches que había rasgado su piel, en todo el hambre y frío que tuvo que soportar, en cuántas veces había perdido las esperanzas, cuántas veces habrá pensado que no sería nada ni nadie, pero no. Ella había resurgido de las cenizas, se había vuelto una mujer segura, resurgió con fuerza y voluntad de ser cada vez mejor, resurgió del fuego que al principio la devoró y se convierto en el fénix más hermoso y fuerte de todos aquellos descriptos en la mitología.
Era imposible no enamorarme de su sabiduría y su fortaleza, era imposible no volverme a enamorar de la hermosa niña que siempre tuvo un gigantesco corazón dispuesto a dar y recibir amor.
Porque así es ella, espléndida, fuerte, llorona y... Simplemente ella, ella detiene mi corazón con cada mirada y con sus besos me daba el aire que necesitaba para seguir respirando en este mundo.
-¿No es hermoso? - dijo mirando hacia el ocaso.
La miré a ella.
-Es increíblemente hermoso- se sonrojo al ver que se lo decía a ella y levantó su rostro para luego darme un casto beso en los labios.
-Yo tambien lo creo Andru, yo también lo creo. - suspiramos al mismo tiempo y la estreche en mis brazos.
-Te amo tanto mi Fenix...- dije mirando el cielo anaranjado.
-Andru...- la miré atento- te amo y amaré hasta el final de mis días- una lágrima de felicidad se deslizó por su mejilla y mis ojos picaron al instante.
-Ni en el final de nuestras vidas te dejare en paz mi Fénix...-dije acariciando su canoso cabello mientras ella volvía su mirada al ocaso acariciando la palma de mi mano.
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GRACIAS POR LEER MI HISTORIA 🥰 L@S ADORO.
NO OLVIDEN EN DARLE A LA ESTRELLITA EN CADA CAP.
🤩NOS VEMOS EN OTRA HISTORIA🤩
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EL DESPERTAR DEL FENIX
RomanceSophia, una niña de bajos recursos que sufre violencia intrafamiliar es obligada a trabajar día tras día por su explotadora tia. Una prostituta con cero sentimientos y amor hacia la pequeña niña. Alejandro, un niño que la vida le ha dado de todo. Un...