Alex.Justo se me ocurría aceptar la oferta de Kayla ¿En que carajos estaba pensado cuando lo hice? Ella solo era sexo, no mi novia. Me estaba costando no mandarla a la mierda en estos momentos. Había aceptado venir aquí y acompañarla por el simple hecho que quería ejercitarme igual. Ella lo sabía, sin embargo trajo a su pequeño hermano Bryan para que le enseñara a jugar fútbol, ya que el niño regordete no sabia de qué iba. En realidad el verdadero motivo era que quería despues de la rutina tener sexo, ya que Kayla era extremadamente sensual, pero en estos momentos solo quería arrancarle la cabeza con mis propias manos por su estúpida escenita.
Sophia soltó de un tirón mi mano de su piel y Kayla no dejaba de reclamar.
-Kayla, no empieces...- dije conteniendome, pero pareció un rugido.
-¿Porque estabas dándole tu número a esta chica?- miró a Sophia despectivamente, mientras ella mantenía una risitas burlona que solo me hacía tener más rabia. ¿Muy gracioso eh?
-Cierto ¿Porque me estabas dando tu número...?- preguntó con una sonrisita sardónica. Kayla me fusiló con la mirada y luego tomó a su hermano de las manos y se lo llevó dando grandes zancadas.-¿En serio dejaras que tu novia se vaya así sin más? Creo que te hacen falta mis consejos, porque de verdad que dejar ir a la persona que am
-¡Cállate!- exhale con contención para no estrangular a Sophia ahora mismo.-ella no es mi novia, es solo una chica con la que tengo sexo y creo que ha pensado que era algo más cuando en realidad nunca había pensado en más nada que tirarmela sudada cuando llegaramos a su departamento, pero desgraciadamente trajo a su hermanito y eso la jodió.- realmente no se lo quería decir, pero quería que borrará esa estúpida risita que tenia en la cara y al parecer había funcionado por que se notaba incomoda, enojada y ruborizada.
-No... no me importa que pase por tu cabeza sucia. Sólo déjame en paz que estoy mirando hacia algo interesante y tú los estas tapando, así que apartarte...- dió un paso para luego darme un empujón y ver al grupo de hombres que alzaban pesas con los pectorales desnudos y musculosos.
-¿En serio te atraen esa cantidad de esteroides?-pregunté incrédulo por su descaro.
-No sé si usan esteroides o no, pero lo que es un hecho es que están tan bueno que me los seguiré comiendo con la mirada- si digo que no me molesté con su comentario y que no me afecto lo que dijo estaría mintiendo.
-Vaya, vaya... te has vuelto un poco más descarada...- claro, como ahora era una diosa del sexo en ese traje lleno de plumas que simulaba el fuego.
Ella recuperó su estúpida sonrisita.
-Yo me he convertido en una descarada, mientras que tú te has convertido en un sucio y pervertido hombre que no puede controlar una erección cuando ve a una chica- estaba molesta aún por aquello, creo que sería divertido jugar un poco ya que ella creía que yo no sabia que se trataba de ella.
-¿De que hablas...?-pregunté haciéndome el loco.
-Pues... de...- pareció caer en cuenta que casi se delataba.-de que cuando éramos adolescentes no podías ver nada parecido a una falda porque enseguida pasabas a contarme tus depravaciones- la muy tramposa habia sabido cambiarla.
-Incluso cuando veía la tuya... -Vi como su rostro fue transformándose de blanco a rojo y tuve que reprimir una carcajada.
-¡Eres un imbecil!- me fulminó con sus ojos chispeantes.
-Pues es la verdad.- la empecé a mirar de arriba abajo solo para molestarla, pero me quede clavado en sus pechos voluptuosos y sus caderas anchas, quizás era un hombre que de verdad me excitaba con todo.
-Deja de mirarme pervertido.- dijo muy roja.
Me acerqué a ella con sigilo con sólo dos zancadas y cuando quiso reaccionar ya la tenia en mis brazos haciéndola vibrar. ¿Porqué temblaba? Era una deliciosa sensación la que tenía con ella en mis brazos, se veía vulnerable y parecía haber dejado de respirar con sólo acercar mis labios a los suyos. No sabia qué mierda se me pasó por la cabeza, pero recordé el pasado. No la había perdonado por mentirme, así que la solté serio y maldije en mi interior por dejarme llevar de esa bruja.
Ella quedó estupefacta, confundida y parecía dolida, bajó sus defensas y luego abrió la boca.
-Nunca dejaste que te explicara que era lo que había sucedido, pero incluso ahora estoy dispuesta a darte la explicación necesaria para que dejes de odiarme como lo haces, aunque eso no cambie nada.- no me interesaba seguir escuchándola.
-Llama a papá. - di la media vuelta y salí de allí trotando tratando de olvidar el sentimiento de culpa que me embargo cuando la dejé sola, quizás fue lo mejor que pude hacer porque queria un poco más de ella. Maldita sea Sophia. ¿Qué carajos me sucedía contigo?.
*****
-Ayer me dijistes que tenías una pista de Sophia- ese era papá con su ceño fruncido.
No podía decirle lo que Sophia estaba haciendo, sabía que sería una completa canallada.
-Asi es papá, iré a bañarme y luego iré a tu despacho.- papá sonrió orgulloso de mí.
-Sabia que lo lograrias, le debes una gran disculpa... Yo también necesito hablar de algo contigo, quizá algo que debí decirte hace mucho tiempo, pero mi promesa hacía Sophia no me dejó, ahora que la traeras de vuelta no quiero que sigas viviendo en la ignorancia...
-¿De qué hablas papá?- pregunté con curiosidad.
-Traela de vuelta y entonces los tres hablaremos ya que necesito su consentimiento.
Asentí confundido y luego subí a mi habitación.
Después de ducharme estaba buscando algo cómodo para firmar los papeles de compra del establecimiento con el papá de Jeremy y mientras buscaba una corbata cayó el libro que Sophia había hecho para mí, estaba ajado y lleno de polvo, no recordaba que estuviera ahí... Lo abrí con cuidado y al ver cada dibujo sentí un desazón, un sentimiento triste pasó por mi cabeza al recordar esos días lluviosos, me coloqué a ver los dibujos y recordé el momento en que estaba de payasita divirtiendo a mamá, una lágrima se deslizó por mi mejilla y de pronto sin saber porque me sentí culpable y cobarde ¿y si todo lo que me había dicho su tía era mentira y si mi Fenix no habia fingido todo esto? pero el día que Rubi se me acercó con esas pruebas había matado toda confianza, yo solo juzgué... ¿Y si no había sido verdad? Varias veces ella quiso hablar sobre el tema y yo lo evité porque no quería escuchar los motivos que la llevaron a eso y yo sentirme culpable por lo que la había convertido después, porque yo era uno de los mayores responsables de que estuviera estuviera estas circunstancias abandonando así la academia.
Ver qué se dañaba me dolió tanto que cada noche la pensaba, creía que le había pasado algo, el remordimiento no me dejaba dormir pyes recordaba pensaba cuando la vi en casa y cuando me hice el indiferente en su graduación cuando lo único que quería era levantarla en mis brazos y girar con ella en círculos... Eso era lo que realmente quería y me largue en ese instante porque no podía soportarlo.
Cuando estaba en la universidad no dejaba de pensar en ella, había planeado muchas cosas con Sophia al terminar la secundaria, entre esas habíamos planeado y jurado estar ahi siempre que el otro lo necesitará sin importar qué.
Observé el siguiente papel y estaban muchas otras imágenes que se movian por si solas en mi cabeza Tantas cosas que habíamos vivido que ya no sabía en que punto me encontraba.No dejaba de pensar en lo que quería decirme mi padre, tenía que ver con Sophiq eso era seguro y tenía un mal presentimiento sobre aquello. ¿Y si todos sus actos fueron justificados? Ahora ers un adulto y no pensaba como antes... ¿Y que pasaría si a ella la habían obligado a hacerlo así como seguramente la obligaron a vender dulces? ella siempre decía que la castigarían, pero en ese entonces nunca me dijo ni como ni quién, quizás sus castigos no eran tan benévolos como los míos, me daba miedo haberme equivocado tanto que preferiría no saber.
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EL DESPERTAR DEL FENIX
RomanceSophia, una niña de bajos recursos que sufre violencia intrafamiliar es obligada a trabajar día tras día por su explotadora tia. Una prostituta con cero sentimientos y amor hacia la pequeña niña. Alejandro, un niño que la vida le ha dado de todo. Un...