Sophia.
-Llegamos- anunció Gabriela.
Gabriela era muy bonita, tenía unos ojos verde que la hacían lucir exótica, era alta y delgada, no llevaba ni una gota de maquillaje y aún así resaltaba, ella era ese tipo de mujer que todo le favorecía.
-¿En serio? ¿Solo es aseo verdad?- cuestioné dudosa al ver el edificio elegante con luces incandescentes de más de cuatro piso.
-Sí, no te preocupes.-sonrió.
Estaba dudando en bajar del taxi.
-Entonces... ¿Prefieres morir de hambre?- dijo volteando los ojos hacia arriba, bajé de inmediato.
No se podía ver nada por las ventanas grandes que daban a la calle, estaban polarizadas, pero sus detalles eran muy elegantes por fuera, no quería imaginár como era por dentro, siquiera le había preguntado a Gabriela que tipo de negocio era.
Al entrar me fijé en las mesas del sitio doradas y sus sillones rojos; Tenían cortinas rojas, sus paredes doradas y candelabros hermosos... una decoración al estilo persa.
Me puse la capucha de la sudadera tratando de no ser tomada en cuenta, pero era imposible ya que todos los hombres estaban de etiqueta y yo era el bicho raro con mala vestimenta. ¿Porqué no hay ni una sola mujer?, ¿Será acaso un sitio caro para homosexuales? pero entonces vi a una mujer delgada, alta, con unos tacones de quince centímetros, un tapa rabo rojo y unos "accesorios" que le tapaban solo el pico de los senos.
-¿Qué es este lugar?-le pregunté a Gabriela cuando vi que la chica llevaba una bandeja con platos afrodisíacos.
-Un restaurante erótico, bueno todo el edificio es un club erótico.- abrí la boca sorprendida.
-Vaya no lo había podido notar, gracias por aclararme el panorama- siempre con mi sarcasmo.
-Entonces no hagas preguntas estúpidas. Busquemos a mi jefe y te voy explicando.
Atravesamos el restaurante hasta llegar a un ascensor que nos llevó al segundo piso.
Al abrirse las puertas el ambiente era distinto al primer piso, había un bar y en la barra un experimentado barman que hacía cócteles con malabares, sin embargo este piso no era tan elegante y estrafalario como el primero, pero sí muy moderno, había una pista de baile en el centro. Y aquí también habían hombres bebiendo siendo seducidos por las meseras disfrazadas de conejas.
-Hola Jordy ¿Has visto al jefe?.- le preguntó Gabriela al barman.
-Estuvo por aquí hace unos minutos, debe estar supervisando los otros pisos- respondió ensimismado en unos cócteles que mezclaba rápidamente.
-Vamos...- subimos de nuevo al ascensor.
-El negocio está dividido en seis partes como puedes ir notando.
El restaurante, la discoteca play boy, las bailarinas eróticas, Cuartos de "Ajam" y dormitorios y oficinas.-¿Como así que "ajam"?-pregunté con una ceja alzada. Ella movió sus
cejas hacia arriba repetidas veces sonriendo malévola y entonces entendí.-¡Oooh, ajam...! ¡Qué sucia!- hice mueca de asco.
-¡Oh, vamos! tienes cara de angel, pero no creo que seas una santa...
-No lo soy, pero nunca había estado en un lugar así.- le dije sorprendida.
-Siempre hay una primera vez para todo. - se abrieron las puertas dejando ver un salón parecido al primero, pero esta vez las mujeres bailaban en tubos semi desnudas. los hombres aplaudían y dejaban dinero en las caderas de las mujeres, quienes los recibían gustosas
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EL DESPERTAR DEL FENIX
RomansaSophia, una niña de bajos recursos que sufre violencia intrafamiliar es obligada a trabajar día tras día por su explotadora tia. Una prostituta con cero sentimientos y amor hacia la pequeña niña. Alejandro, un niño que la vida le ha dado de todo. Un...