Alex.
-Hola, jeremy ¡Tanto tiempo, mi amigo!- le di un abrazo emocionado y golpee su espalda con energía.
Hace tantos años que no lo veía, éramos ya dos hombres hechos y derechos ¿Quién diría que pasábamos las tardes comiendo gomitas y nadando en la piscina junto a... ella? "Sacala de una vez por toda de tu cabeza", me regañé.
-No puedes negar que te trató muy bien Norteamérica.
-Qué puedo decir...- dije alzando los hombres con suficiencia.
Una vez nos pusimos al día, Jeremy me invitó a tomar unas copas. Llegamos al lujoso restaurante decorado al estilo persa y me percaté que habian solo hombres.
-Jeremy, no me salgas con que eres gay. -le advertí divertido.
-Es un secreto que solo saben los más allegados- bromeó tocándome las manos de forma insinuante y la retire intimidado. ¿Sería cierto?
El restaurante empezó a cerrar con los comensales dentro y solo pude fruncir mi rostro tras las extraña política del restaurante, de verdad estaba empezando a creer que era un lugar para parejas del mismo sexo; hasta que llegó a mi mesa una mujer alta, rubia, con un atuendo que apenas la cubría y miré a Jeremy atónito.
-Bienvenido de vuelta amigo.- Jeremy alzó la copa en mi dirección y no tuve mas que sonreír por su desfachatez.
El establecimiento era lo suficientemente grande y exclusivo, Jeremy me explicó detalladamente el negocio de su padre, pude comprender que era un lugar con gran potencial, aunque de eso me había percatado viendo a los clientes vestidos con finos trajes y unas que otras caras reconocidas públicamente. Jeremy se decidió por el tercer piso y ahí continuamos nuestra charla amena, hasta que por los alta voces anunciaron los bailes eroticos que se avecinaban.
La hora del show comenzó, varias mujeres semi desnudas se deslizaban por los tubos hacíendo malabares y figuras que las hacían lucir muy sensuales.
La luz se puso más tenue y la canción al terminar dio por acabado el número. Una mujer entre la oscuridad salió con un atuendo dorado y rojo, llevaba un antifaz por lo que sus facciones no podían leerse tan fácilmente. Al contrario de las demás esta no parecía sonreír, ni emitir algún tipo de emoción. Después de un largo suspiro la cual expulsó por su carnosos labios, la mujer se movió con extrema delicadeza y a ritmo de una canción mezclada entre clásico y moderno empezó a bailar con sus pies descalzos. Parecía flotar al dar esos saltos perfectos, su figura parecía estilizada al levantar su pie hasta la altura de su rostro, luego del ballet el ritmo cambio por completo dejando escuchar una canción mucho más movida. La mujer empezó hacer figuras impresionantes en el tubo, se notaba muy experimentada y espontánea. Seguía con su rostro impasible, aunque por la sonrisa que aveces se le escapaba parecía disfrutar del momento.Las plumas de su traje la hacían parecer un hermoso angel volando, mantenía un aura de inocencia, aunque no estuviera en un lugar del todo inocente. Me había quedado completamente idiotizado observando cada movimiento que su esbelto cuerpo hacía. Era difícil decir que era una bailarina erótica con pudor que queria esconder su cuerpo detrás de esa cola llena de plumas en vez de mostrar, ya que sus movimientos no eran los suficientemente provocativos, pero las curvas de su cuerpo, el inconsciente coqueteo de sus caderas al moverse de forma deliberada y el misterio de ella misma la hacían lucir excitante, demasiado.
-¡Hey!- Jeremy me dio un codazo para que saliera de mi estado de estupefacción.-cuidado te caes con tu propia saliva.
-¿Quién es? - sonrió triunfador una vez descubrió tenia razón, estaba analizando demasiado a la mujer.
-No lo sé- se encogió de hombros y la analizó vehemente mientras esperaba su respuesta-supongo que es la nueva. Papá me había comentando que había gustado a sus clientes, sea quien sea se ve hermosa en ese atuendo.
ESTÁS LEYENDO
EL DESPERTAR DEL FENIX
RomanceSophia, una niña de bajos recursos que sufre violencia intrafamiliar es obligada a trabajar día tras día por su explotadora tia. Una prostituta con cero sentimientos y amor hacia la pequeña niña. Alejandro, un niño que la vida le ha dado de todo. Un...