Capítulo 29

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Alex.

Mara había estado buscándome seguidamente en la empresa, no se lo había dicho a Sophia para evitarle el disgusto, la había echado siendo lo más amable posible, pero seguía yendo. No sé qué quería, no sabía que pretendía, hasta que se presentó en la oficina del club en el día libre de Andrés con una lencería erótica, lo primero que pensé fue en Sophia, si llegara a venir como muchas veces lo hacía era capaz y me dejaba o si Gabriela la veía aquí de esta forma no dudaría en decirle creyendo que tenia algo con ella.

Así que rápidamente recogí la ropa que se había quitado y se la tiré en la cara, no me importaba ser un caballero cuando Mara estaba poniendo en juego por lo que tanto había luchado, y eso era traer de nuevo a mi Fénix, a la verdadera, pero cuando se estaba vistiendo la puerta se abrió y Emily al ver a Mara abrió los ojos impresionada, un frío recorrió ni cuerpo y mi corazón empezó agitarse.

-Emily, no es lo que parece.- ella me miró enojada y salió dando un portazo.

Tomé a Mara del brazo una vez se medio vistió y la saqué del club advirtiéndole que no volviera jamás, gracias a Dios Gabriela no la había visto, ni mucho menos Hellen que era la nueva integrante del grupo de bailarinas, pero Emily había creado una amistad con ella. La busqué por todo el lugar, pero no la había visto, y lo otros días siguientes en los que intenté hablar con ella, simplemente me evadia.

Desde ese día no había visto a Mara parecía que se la hubiese tragado la tierra, pero no, tenía que volver y arruinarlo todo. Había caído en su trampa como un idiota, Mara me había arrastrado hasta la alcoba amenazandome que si no la escuchaba entonces le diría a Sophia que la había engañado con ella, aunque era mentira Emily la había visto semidesnuda y ella diría lo que vio una vez Sophia se lo haya contado.

Me empezó a contar que su padre había hecho una mala inversión y necesitaba un préstamo millonario para invertir en un nuevo proyecto y recuperar todo el dinero. Insistió en que fuera en un lugar a solas porque no quería que ninguno de los invitados escuchara, pero una vez me encontré pensando en cómo haría para que Mara dejara de acosarme, ella aprovechó y rápidamente me besó al reaccionar la alejé furioso, pero en ese momento vi a mi Fenix destrozada, miré a Mara y esta sonreía, había caído en su trampa.

Salí detrás ella y la ví apoyada en las escaleras, me partió el alma verla asi, pero debía explicarle, pero mis prioridades cambiaron cuando ella me dijo que el bebé vendría y me asusté, aún no estaba a tiempo y no me perdonaría que algo saliera mal por culpa de toda esa telaraña que había tejido Mara.

Estaba sentado en la sala de espera mientras mi mujer era atendida rápidamente, había perdido la conciencia una vez dio a luz a mi pequeño Stephan, sí... Había sido un hermoso niño, pero no lo pude ver, lo llevaron al piso de neonato y lo mantuvieron en una encubadora por reglamento, pero él estaba bien.

A mi Fénix se le había bajado un poco la presión y por eso se había desmayado, agradecí que solo hubiera sido eso.
Solo esperaba que mi Fénix despertara para explicarle cómo habían sucedido los hechos.

Después de unas dos horas me llevaron a ver a mi Fénix, había retomado el color de su piel y se veia algo cansada, me acerque a ella tomando aire en mis pulmones y llenandome de valentía comence a llamarla, sentí como se removía en la cama despacio, de verdad temía que no me creyera y perderla.

Abrió los ojos mirándome con una bonita sonrisa, pero luego en un momento su rostro se contrajo y me miró llena de dolor.

-Me engañaste.- dijo dolida y la voz quebrada, negué rápidamente con la cabeza.-Si, lo hiciste.

-Dejame explicarte, no cometamos el error de hace años y por favor hablemos...

-Te ví Alejandro... ¿Me dirás que fue un espejismo?- sonrió triste.

EL DESPERTAR DEL FENIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora