Capítulo 15

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Sophia.

Me había medido desde el disfraz de sirvienta hasta el de gata y el que ni me giré a ver fue el de "Eva en el paraiso". ¿En serio? ¿Dos hojas artificiales a un dizque sostén transparente y una mini tanga con las mismas hojas? Jamás me lo hubiese puesto, aunque Brithany si estuviera feliz de hacerlo, maldita la hora en que había decidido desaparecer, jamás me imaginé diciendo estás palabras.

Justo cuando me había dado por vencida y había pensado seriamente en retirarme algo había llamado mi atención.

Unas plumas doradas sobresalían de una bolsa negra con correderas, la abrí y ante mi había un conjunto con plumas doradas, roja y anaranjada. El sostén era muy sencillo, era del mismo dorado del oro y en la parte inferior del vestuario y a comparación a los otros este llevaba un shorts licrado dorado lo suficientemente corto para parecer erótico, pero no pintaba a lo nudistas, aparte de que este traía una cola llena de plumas que parecía removible la cual podía ayudarme a cubrir el trasero.

No dudé en tomarlo y corrí antes de que alguien me sorprendiera.

Me quedé impresionada al ver mi reflejo en el espejo, no podía creer que yo era quien estaba ahí. Mis piernas se veían largas, mis senos se veían firmes y mi trasero demasiado grande ¡Dios! Tenia trasero de elefante.

Solté la trenza aún viéndome sin dejar de pensar en el momento en que me había convertido en toda una mujer, nunca me había visto tan hermosa, el cabello rebelde y ondulado caia en mi espalda, parecía una diosa...

-¡Mi DIOS!- me giré asustada al pensar que alguien me habia descubierto, pero solo estaba Gaby tapándose la boca sorprendida.

-¿No se ve bien? -pregunté insegura por su reacción.

-¿De que hablas? Estás hermosa, ese traje había venido equivocadamente en el pedido y justo lo había mandado a devolver, pero hubiese cometido una gran equivocación. Sophia te ves hermosa, créeme. Este traje está hecho para ti.- dijo girando a mi alrededor analizando los detalles,
Llegó hasta el al tocador y sacó de él un antifaz rojo.-¿En dónde tenías esas curvas?.

Me lo colocó y una vez me monté en unos tacones altísimos en los que me tambalee torpemente, pude observar mejor mi imagen.

La cola me llegaba solo un poco más arriba que esos tacones, cuando me moví un poco casi me rompia el tobillo, no sabía cómo caminar sin intentar doblarmelo.

Con ayuda de Gaby me senté en el tocador y después de retirar el hermoso antifaz comenzó a maquillarme, rubor, mascara para pestañas, delineador, labial y me diseñó las cejas, la cual nunca había tocado. Sentía que el rostro me pesaba de tantos kilos que llevaba encima.

Era increíble pensar que la chica justo ahí parada frente al espejo fuera yo y todavía era más increíble que me hubiera metido en esto teniendo de referencia mi mala experiencia con los hombres.

¿Qué pensaría Alex si me viera? ¿Por qué justo ahora pienso en él? Mia no debió decirme que me había estado buscando no podía sacarlo de mi cabeza, de todos modos no me reconocería.

Él ya no era Andru y yo no era su...

-Pareces un...-la voz de Gaby me hizo salir del trance.

-Fénix- terminé al ver mi reflejo en el espejo

-Yo iba a decir que te pusieras pavo real dorado.- la miré mal y ella sonrió divertida.

-Eres pésima para los nombres, además estas no son plumas de pavo real.

-Te llamarás Fénix.- zanjó.

-Estas loca, no me llamaré fénix, ni pavo real. Recuerda que solo es por hoy...

-Tu lo dijiste hace unos segundos. eres exactamente igual a un fénix y ese trasero que tienes... ¡Wao! ni a Brithany le hubiera quedado así... Sólo ten cuidado con la cola del vestuario, es muy larga.

Las casualidades de la vida, la triste realidad y un recuerdo instantáneo de la primera vez que me llamaron así me hizo sentir un poco de nostalgia. Gaby salió y las chicas comenzaron a entrar una por una viéndome como un bicho raro.

-¿Tú quien eres?- me preguntó Rocío, una de las bailarinas, las mire por medio del antifaz y suspiré nerviosa.

-Soy... Fénix. - no quería que nadie lo supiera ya que solamente lo haría por una sola noche.

-¿Qué hacés aquí?- insistió Kathleen.

-Daré el nuevo show estrella, no es obvio.- ellas me colocaban más nerviosa.

-Eso lo hará Brithany.- respondió de nuevo rocío marcando territorio.

-Chicas, Brithany no ha aparecido y solo seré su reemplazo por esta noche, así que déjenme en paz. Yo solo hago mi trabajo.- ellas se miraron, se resignaron y luego ignorando mi presencia comenzando a vestirse ellas también.

Después de unos minutos mi presentación fue anunciada por los altavoces del lugar.

-Entra al escenario ¡Ya!-me susurró una muy impaciente Gaby.

-¿¡Qué mierda pasa aquí!? ¿Quien es ésta?- preguntó una alterada Brithany, quien en este momento no se veía tan atractiva como siempre, de lo contrario; tenía horribles ojeras, el cabello alborotado y aún apestaba a alcohol.

-Ahora no Brithany, largo. -respondió mi jefa bajándola de la tarima.

-No puedes hacerme esto a mí, el show es mio. Seas quien seas no lo harás mejor que yo... ve y quítate esa porquería que no te queda bien maldita perra.- la miré con odio y luego la empuje molesta.

-¡Eres una zorra!- me empujó de regreso y perdí el equilibrio por los tacones, me tambalee hasta dar unos pasos hacia atras... intenté sostenerme del telón, pero no lo hice a tiempo, había caído dejando rostros sorprendidos y miradas confusas entre los clientes. Una canción empezó a sonar lenta mientras yo estaba tirada en medio del escenario sin saber qué hacer, de pronto una chispa se encendió en mi cabecita.

Sé que puedes...

Me acomodé suavemente recostada en el suelo, arquee mi espalda y luego di tres vueltas en el suelo colocando mis pies en mi cabeza con fuerza. Intentando ser sensual me quité los tacones que sé que no me hubiesen dejado bailar; como parte del show empecé a hacer el baile contemporáneo hasta que llegué al tubo y entonces hice pasos avanzados como: Dragón tail. Que consiste en quedar suspendida boca abajo con una mano sujetando el principio del tubo, una pierna hacia un lado estirada y la otra dispuesta a tocar la cabeza.

Me moví al ritmo de la canción e hice la posición de "la bailarina" y entre otras el "airon X". Nombres que había escuchado cuando las chicas ensayaban.

Escuché como aplaudían y sobretodo como todos miraban asombrados, sabía que estaban disfrutando en realidad un nuevo número porque estaban embobados mirándome.

Me sentía viva, me sentía yo. No podía decir que una vez escuché la música me llene de terror o nervios porque sería mentir. Una vez escuché la música se quitó todo miedo de mí, todo nervio y también toda inseguridad, bailaba para mí y solo por mí... no para ellos.

Ellos solo eran cabecitas sin rostros y sin voces en mi mente.

EL DESPERTAR DEL FENIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora