[13] Oportunidad

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Los ojos azulados parecían perdidos en algún punto muerto de la habitación, por buena suerte había decidido darle mayor luz a ese lugar, aunque por esos instantes nada que llamara su atención. Estaba muy ensimismado en lo que apreciaba, de ninguna manera contempló esos sucesos dentro de sus planes, pero sabía que por alguna razón debía de suceder esas cosas, especialmente cuando sintió el terrible cosmos que se desató, aunque sea por unos segundos. Sonrió suavemente, tuvo planes de averiguar por otros medios, pero jamás pensó que el ser que menos deseaba encontrarse se atreviera mover sus piezas.

No obstante, dudó si era buen plan de revelar todo lo que estaba por ocurrir, tal vez era lo más sensato pero su intuición le llevó a permanecer en calma. Ante esa situación no iba a lograr nada, ni siquiera conocer al verdadero creador de todo ese enredo de las causas y efectos.

—Todo está encajando, pero necesito que aprendan a defenderse—musitó sin despegar los ojos de los cuadros que colgaban en la pared de aquella habitación—; necesitan más estimulación, y a la vez permanecer juntos o serán más fáciles de cazarlos.

—¿Dijo algo mi señor?

De pronto el hombre bajó la mirada hacia una pequeña niña, la cual vestía trajes oscuros, su cabello era de un color rubio. La criatura no pasaba los ocho años, pero su manera de hablar era la de una erudita.

—Solo platicaba conmigo mismo—respondió amablemente, ella traía un libro bajo el brazo, parecía una mini maestra—; ¿Cuáles fueron las lecciones de hoy?

—Historia, pero espero que la señorita Pandora y el señor Kagaho me explicaran mis funciones.

—Todavía es muy pronto para eso—él la llamó con un gesto de mano, la menor se acercó—; posees el futuro de la nueva generación. Tu destino será la misma que alguno de los jueces, pero desearía más que aprendieras de Radamanthys, así serías una poderosa guerrera. ¿No es eso lo que deseas?

—Si eso es lo que necesito para aliviar mi venganza, lo haré mi señor.

—Aun eres pequeña, vive tu momento y te daré a los mejores maestros.

—El señor Kagaho es mi modelo a seguir, quiero tener la sabiduría y la fuerza de él.

La pequeña asombraba al hombre, aun cuando hacía unos pocos días la habían traído desde la superficie, pues Kagaho había hallado un fuerte cosmos residiendo en el cuerpo de la menor por lo que se dio el atrevimiento de presentarla ante él, más a Hades le fue oportuno pues alguien con el poder que dormía dentro de un menor era presa fácil para los enemigos que estaban cazando a personas como ella.

—De no sobrevivir aquella persona, estoy seguro que tú serás un perfecto contenedor—subió a la niña sobre sus piernas, sus ojos estaban muy prendidos sobre la criatura.

—¿Qué es lo que mira en esa taza, señor? —indagó la nena, bastante curiosa al ver manchas oscuras mezclándose con el líquido verdoso.

—Nada en especial, únicamente leo el futuro de algunos humanos.

La niña, llamada Mavis, no ocultó su curiosidad por lo que se asomó a ver la taza, en efecto no entendió lo que esas manchas significaban, pero poco a poco su visión se denotaba muy diferente como si estuviera leyendo alguna especie de acertijos. Hades frunció el ceño por el titubeo de la niña, pues aún no comprendía lo que Kagaho le explicó: La pequeña perdía noción del tiempo y espacio cuando quedaba hipnotizada.

—Quiere desgarrar sus almas antes de ir por los cuerpos—murmuró la niña, el joven hombre no se movió. Si eso era a lo que se refería Kagaho, seguramente iba a darse con muchas sorpresas, ella se había sumido en la posesión de alguna fuerza cósmica—; solo quedan unos cuantos pues él ya consumó al resto. Sus ojos están puestos en ellos, porque a ti ya no te ve tan cerca.

[Finalizado] Giro del Destino [Temporada 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora