[20] En donde todos duermen

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La brisa de la mañana fue bastante triste, y a él le pesó mucho saber que había cometido una nefasta equivocación, aun cuando se le advirtieron de que no era bueno confiar en la gente del exterior por obvias razones. Él intentó creer que sí podía existir un cambio, pero todo fue para mal, y ahora mismo estaba decaído por las elecciones que tomó sin pensar en un posible ataque sospechoso después de que él se lo advirtiera.

Sage supo que tal vez lo que pasaba en su mente era resultado del agotamiento, que tal vez su sabiduría irradiaba netamente por la presencia de Athena, y ahora que no estaba ella..., ya no sabía lo que era bueno hacer. Se dejó caer pesadamente sobre su asiento con la única intensión de esperar alguna noticia, pero fue imposible más cuando sintió que la estrella de Leo había desaparecido y con ello el cosmos de Alhena.

—No vengo a recriminarte—la presencia de un hombre joven hizo que el viejo lemuriano pegara un ligero gemido. Los ojos caoba del misterioso sujeto solo manifestaron una profunda lastima—, pero lo que has hecho fue algo que te pedí no hicieras. Era circunstancial que ella estuviera aquí, tu trabajo solo fue entrenarla y cuando fuera adiestrada correctamente entonces allí recién darle la facultad de ir a misiones.

—Es Athena ¿no es así?

—No es momento de hacer preguntas obvias si ya la respuesta es clara—de la sombra se hizo ver, era nuevamente él quien traía consigo el cuerpo moribundo de un cachorro—; lo encontré subiendo los escalones de tu cámara. Está muriendo.

—Ni siquiera las lágrimas....

—Ya lo usaste una vez, es lógico que no sirva en esta ocasión—Silver se acercó para entregarle al pequeño can con el único fin de lograr ayudarlo—; tal parece que este animal está unido a Alhena, y por lo que he notado ambos llegaron del futuro ¿no es así? —Sage asintió—. Lo peor de todo es que se lo mantuviste oculto a todos tus caballeros cuando te pedí que fueras a decírselos, era tu mejor opción.

—¿Cómo crees que lo iban a tomar? ¿De la mejor manera?

—Son hombres, no niños.

—Silver...—murmuró abatido—. Tengo esa sensación de volver a repetir lo que hace muchos años nos ocurrió. ¿Lo recuerdas? Cuando combatimos a lado de Athena para salvar a nuestros camaradas.

—Lo recuerdo y por eso te lo dije, te lo advertí porque siempre fuiste el más vulnerable entre los demás—suspiró y aunque no quiso admitirlo estaba igual de nervioso hasta que vio al cachorro gemir de dolor y tratar de ladrar, lo cual le provocó toser gotas de sangre—. El animal aún se resiste, es posible que Alhena este luchando por vivir.

—Será mejor que vayamos a rescatarlos.

—No, no podemos hacer eso y lo sabes—pasó sus manos sobre el animal—; lo haré dormir por el momento así no sufrirá los dolores.

—¿Entonces para que has venido aquí?

—Para que le digas de una vez a todos tus caballeros la verdad, prepáralos Sage, porque los titanes están aquí mismo, y su ojo puesto en el Santuario—sonrió con rabia contenida—. Y esa mujer llamada Catalina sabe bien de este problema, mejor que cualquiera así que sé más persuasivo, después de todo es una simple vagabunda que solo tiene la peor suerte del mundo.

El Patriarca estaba más que atemorizado en hacer lo que él decía pues era como revelar muchas cosas, a la vez ponerlos a los trece en una situación de sumo riesgo, comenzando por averiguar si alguno de ellos compartía alguna familiaridad con ella. De ser así ¿cómo podría actuar? ¿Alhena podría ser realmente sucesora de alguno de sus caballeros? Por un momento pensó mucho en Shion por la peculiar relación que tenían, hasta oyó muchos rumores de que entre ellos existía un romance imposible.

[Finalizado] Giro del Destino [Temporada 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora