—Nunca te olvides que jamás debes de injuriar contra tu propio destino—esa era la voz de su madre, suave y amigable—, porque siempre tenemos algo por hacer en esta vida. Sea para bien o para mal.
—No tiene caso entonces—recordó que en aquella vez estaba muy enojada con todo lo que pasaba en su vida escolar. Enfermó en aquella ocasión, sus padres estaban muy preocupados por las repentinas fiebres—, así como estar enfermando a cada momento.
Su mamá sonrió ampliamente, quería darle razones para seguir sonriendo. Podía recordar con claridad sus doce años de edad, aquel entonces la rebeldía era algo que no podía controlar con palabras y, aunque su papá siempre intentara corregirla, a ella le valía poco las consecuencias de las acciones. Porque muy en el fondo quería una vida extraordinaria, nunca deseó ser rica pero sí añoró aventurarse en cualquier cosa para sentirse viva.
Para saciar la curiosidad.
Para saber que tenía una razón de ser.
Para...
Ya no sabía qué decir. Cayó en cuenta de que todo era más que un sueño y el dolor atroz le consumió terriblemente desde la nuca como si quisieran arrancarle la piel, se encogió temerosa a que pudieran sacarle de la cama, ese lecho lo sentía con gran incomodidad como si fuera una mesa de piedra.
Tosió sin abrir los ojos. Le costaba respirar un poco. Sintió que su cuerpo ardía pero a la vez el escalofrió le arrasaba sin piedad, era como aquellos años en que pasaba convaleciente en cama a la espera de que papá le comprara medicinas.
—Con calma—una voz melodiosa llegó a sus oídos, era tan suave y tierna pero a la vez varonil que en un momento pensó en su hermano menor—, trata de relajarte ¿me oyes?
—Erick—musitó, su mano intentó buscar la de su hermano. No podía confundirse, era él—, dile a mamá que me duele todo el cuerpo—siguió con los ojos cerrados, necesitaba descansar—. He tenido un sueño muy raro.
—Señorita—nuevamente él le habló pero esta vez su tono fue mucho más varonil, como el de un adulto, como el de su papá—, se está equivocando. Si puede abrir los ojos sería mejor que lo compruebe.
Eso le dolió, un simple movimiento en abrir los ojos provocó que gruñera, pero al final de cuenta lo hizo. La oscuridad pudo haber consumido lo que apenas alcanzó ver, gracias a las luces de las velas que estaban metidas en unas lámparas, se dio cuenta de que estaba en una habitación.
Fría y solitaria. Sin ningún color alegre.
—Le pido que no se vuelva a desmayar ¿sí?
Y entonces movió el cuello hacia la izquierda solo para darse cuenta que un hombre de rasgos muy hermoso la estaba mirando. Cabello largo de color verde limón, ojos pardos que estaban manifestando sombras a causa del reflejo de la poca luz que emitía las velas, ya había visto ese rostro.
—¿Tú...?—titubeó con temor, entonces su mente la abordó con todo los recuerdos que podía alberga—¡¿Eres real?! ¡¿Dónde estoy?! ¡¿Y Kero?! ¡Tú...!—tosió y no pudo frenar el dolor que desgarró su debilitado cuerpo, la cabeza le iba a estallar literalmente.
—Tranquila, no se mueva mucho que me ha costado cerrar las heridas—las manos de ese joven eran realmente suaves, la sostuvo de los hombros para evitar que cayera bruscamente de la cama—. Está aún convaleciente, tiene demasiada fiebre y no contamos con la persona adecuada que pueda tratar su salud.
Asintió casi ahogando los gemidos de dolor. El joven la dejó sobre el duro lecho, la arropó con mantas aunque las miles de preguntas llegaron a su mente, y con ello el recuerdo de aquella ocasión.
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[Finalizado] Giro del Destino [Temporada 1]
Fanfiction¿Te imaginas que un dia para otro tu vida cambie? Esta es la historia de una joven que fue transportada al mundo de Saint Seiya con el fin cambiar el destino de un mundo distinto al que conoció. Viajando tres siglos al pasado conocerá que la existen...