Pasé de ser un chico ignorado, a uno muy querido y amado, sin embargo en las cuestiones amorosas podría pasar algo más...
® Novela Registrada, queda prohibido su plagio o copia.
#31 en Furry (13/05/18)
#26 en Furry (03/06/18)
#4 en Furrygay (19/09/1...
Él había empezado a desabrochar su camisa cuando una voz se alzó proveniente de la entrada.
—¡Hey! ¿¡Qué creen que están haciendo!? —preguntó aquella voz, era de Alex sin duda, me sentí aliviado.
Por su parte, el león al oír la voz se quitó rápidamente de arriba de mi y soltó una leve carcajada.
—¿¡Quién eres tu y que haces aquí!? —preguntó Alex con un tono alto y más que molesto. —¿No es obvio?, Apenas iba a empezar la acción cuando llegaste —respondió Leo un tanto altanero y descarado. —¿Qué estás diciendo? —preguntó Alex confuso. —Típico del novio cornudo que no sabe nada, yo soy el amante de Aitor —contestó descaradamente. —¿Amante de Aitor? —preguntó y me miró severamente. —¡No le creas lo que dice!, ¡Esta mintiendo! —grité.
Alex solo se limitó a mirar al suelo aunque en su rostro se podía notar una mirada sombría, esta era una nueva faceta en él, no sé porque, pero sentí miedo.
—Bueno Sr. Cornudo, ¿por qué no te vas de aquí y me dejas terminar lo que empecé? —preguntó Leo. —No... Tú te vas a ir ahora mismo —dijo Alex en un tono muy furioso, que al escucharlo hizo que un escalofrío recorriera mi espalda. —Jaja, como si es... —no terminó de hablar cuando Alex le impacto un golpe en el rostro dejándolo inconsciente casi al instante.
Miré aterrado aquella escena, esto era nuevo y temía que él fuera a hacer lo mismo conmigo o incluso algo peor, Alex sin decir nada se acercó a mí para tomar mi brazo bruscamente y me saco el mismo anillo que me había dado hace 3 años, no sé que me dolió más, si el dolor en mi brazo siendo apretado por Alex o el dolor que sentía en mi corazón.
Y sí, había vuelto a pasar.
—Quiero que tú también te vayas de aquí —me dijo fríamente. —P-pero Alex yo... —no terminé de hablar, él me miró de una manera amenazante y me gritó. —¡Que te largues de inmediato de mi casa!
Asustado y como pude, fui a la habitación principal, saqué mi maleta y empecé a guardar mis cosas en ella, lágrimas silenciosas rodaban de mis ojos, no quería que él me viese vulnerable, nadie más lo haría, no quería nada más que irme de ahí, una vez guardé mis cosas, me dirigí a la puerta, aquel lobo se encontraba tirado en el sofá, aparentemente devastado, pensé en decir algo, pero simplemente no quería empeorar la situación.
Silenciosamente crucé aquel portal sin mirar atrás en ningún momento y haciéndome dos promesas que juraría no romper:
1. No me volvería a enamorar. 2. No dejaría que nadie más me viese llorar.
Salí de aquella casa, pero me sentía muy mal realmente, como pude paré un taxi e hice que me llevará a mi antigua casa, para mí suerte seguía igual que cuando la dejé aunque con un poco de polvo por el tiempo, entré a mi casa hecho trizas emocionalmente y con la misma duda carcomiendo mi cabeza.
《¿Por qué Alex no creyó en mi?》
Dejé mis cosas esparcidas por todos lados, como pude llegué a mi antigua habitación, caí en mi cama y suspiré, podía sentir el frío de la cama aunque era algo reconfortante, extrañaba esta soledad, la tranquilidad donde nadie duda de ti o te aborrece por falsas acusaciones. Todo era tan desesperadamente hermoso. Y entonces dormí plácidamente, no sé cuántos días o horas exactamente, solo sé que dormí como nunca antes lo había hecho. Bueno, al menos hasta que un ruido me despertó.
(Ding Dong)
Desperté como alguien que se encuentra en coma después de mucho tiempo, aunque no haya tenido un como como tal, mi estómago pedía comida a gritos, tenía una sed insaciable y mi cabeza dolía a horrores, sin embargo aún así me dirigí a abrir la puerta, ahí estaba, mí mejor amiga de la universidad.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Su nombre es Sara es una Leona, lo que me gusta de ella es su carácter, franqueza, la confianza y el tipo de amistad que tenemos el uno del otro.
—¡Por fin te encuentro! —gritó y se lanzó a mi dándome un fuerte abrazo. —¿Huh?, Oh, Hola Sara jeje —dije algo irritado por la luz del sol. —Pero ¿Qué has estado haciendo?, Te busqué con Alex pero él me dijo que ya no vivías ahí y como faltaste a la universidad, me preocupé un poco —comentó un tanto alterada. —Alex... —susurré recordando lo que había pasado— Espera... ¿Cuántos días he estado faltando? —Pues con hoy son cinco días que no has ido —respondió haciendo cuentas con los dedos. —¡Maldita sea! —exclamé y me palmeé el rostro. —¿Qué te ha pasado Aitor?, Te ves horrible y no has ido a clase —comentó preocupada. —Yo... Bueno... Es que... —titubee antes de que un sonido seguido de un leve dolor en mi estómago se hizo presente.
—Necesito comer algo urgentemente, podemos ir a comer y ahí te cuento todo ¿si? —pregunté suplicante.
Ella asintió y salimos a buscar comida, llegamos entonces a un lugar de comida rápida, en cuanto ordené y llegó mi orden empecé a comer tratando de disfrutar la comida y olvidar un poco lo que había pasado, mientras comía Sara me miraba de una manera sorprendida, creo que nunca me había visto comer tanto y tan rápido. Una vez que había terminado mi comida, procedí a contarle todo lo que me había pasado, mientras lo hacía procuraba contenerme y evitar no llorar, sin embargo considero que nadie es lo suficientemente fuerte.
Ella al ver mi vulnerabilidad me sonrió y abrazó, Sara era mi mejor amiga yo confiaba demasiado en ella, sabía que ella nunca me fallaría y que siempre estaría ahí cuando la necesitase.
Le conté también lo de Leo y lo que pasó con Alex, estaba sorprendida y bastante enojada.
—Aitor, por lo que me cuentas... Creo que ese tal Alex nunca te amo verdaderamente —comentó algo apenada. —¿Nunca me amó? —pregunte sorprendido. —Solo piénsalo un poco, sí de verdad te hubiera amado cuando el estúpido león ese le dijo semejantes cosas de ti, él te hubiera creído a ti y no se hubiera dejado llevar por las palabras de ese tonto —respondió de manera fría.
«Es verdad»
Ya no quería decir nada, lo que mi amiga decía era verdad, una cruel verdad, ella al parecer comprendió mi silencio, pagó la comida y regresamos a mi casa.
—Bueno Aitorcito, mañana vendré a darte los apuntes de los 5 días que has perdido —dijo sonriendo. —Muchas gracias Sara, eres la mejor amiga en el mundo —dije abrazándola. —Jaja yo también te quiero hermanito —dijo abrazándome también.
Me sonrojé un poco ante sus palabras, ella al notar eso sonrió levemente, finalmente me despedí de ella y entré en mi habitación, me sentía de alguna manera mucho mejor que antes, había liberado gran parte de toda esa carga emocional que había estado llevando a hombros.
Sin más que hacer hasta el día siguiente decidí leer un poco hasta caer dormido.
Hasta aquí el capítulo de hoy, perdonen por no actualizar tan seguido, tuve algunos problemas de tiempo y salud, pero ya estoy mucho mejor, por cierto, gracias por ayudarme a llegar a las 100 lecturas.