Pasé de ser un chico ignorado, a uno muy querido y amado, sin embargo en las cuestiones amorosas podría pasar algo más...
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#31 en Furry (13/05/18)
#26 en Furry (03/06/18)
#4 en Furrygay (19/09/1...
Ahí estaba esa fursona parada enfrente de mi, mirándome con cierta curiosidad, no sabía qué era lo que quería de mi, ni quien era, así que era el momento de encararle y averiguar qué quería.
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Un lobo con tonalidades azules y blancas, ojos azules, notablemente más alto que yo y fornido, su ropa era un tanto peculiar, sin embargo le hacía ver bien.
—Mi nombre es Daven —dijo sin siquiera dejar de mirarme. —Daven, ese es un nombre un tanto peculiar —comenté. —Es por qué es un nombre de origen vikingo —dijo. —Muy bien "Daven", supongo que es un placer conocerte, pero tengo muchas cosas que hacer —dije dándome la vuelta.
Al hacer esto sentí que él jaló bruscamente mi brazo y en un movimiento rápido me atrapó en sus brazos, en un abrazo mejor dicho.
—No te vuelvas a ir, por favor, te he extrañado mucho —dijo de forma solo audible para mí.
Sus palabras causaron mucha confusión en mi, estaba seguro que era la primera vez que lo veía. Intenté forcejear un poco para ver si podía librarme de su abrazo pero fue casi imposible.
—¿Qué?, No se por qué dices eso, ¿Cómo que irme?, Te acabo de conocer, suéltame —reproché con tono molesto.
Al escucharme Daven me soltó, aproveché la situación y me alejé hasta que alcancé a Sara en la salida del hospital y me fui con ella, procuré que aquel fortachón no nos siguiera y con ayuda de la leona tomamos un taxi y nos dirigimos a mi casa. Como si ya la amnesia no fuera suficiente, ahora llegaba un lobo fortachón a confundirme más, mejor traté de no darle muchas vueltas a este peculiar asunto y solamente esperaba llegar a mi casa. Una vez llegamos, con ayuda de Sara bajé mis cosas y ella pagó, miré mi apartamento con cierta nostalgia, de alguna manera sabía que me pertenecía, algo me lo decía.
—Bien, aquí estamos Aitor —comentó la leona. —Sí, tengo la sensación de que ésta es mi casa —dije. —¿Necesitas algo? —preguntó ella.
Negué con la cabeza.
—Quiero estar un momento a solas y pensar bien las cosas —respondí. —Está bien Aitor, cualquier cosa te dejaré mi número, escríbeme si necesitas algo —dijo sacando un papel y anotando su número en el. —Muchas gracias Sara, sí necesito algo te lo diré —dije sonriente.
Tomé su número y le di un abrazo por pura inercia, al parecer tenía buenos amigos y eso aliviaba un poco mi pesar, despedí a Sara quien se fue caminando por esa vereda hasta girar en una calle y perderse de mi vista, giré nuevamente a ver la puerta de mi casa y saqué la única llave que tenía en mi bolsillo y abrí la puerta, me gustaba tanto el diseño que tenía que obviar que esa era mi casa, me enfoqué en echarle un vistazo y tratar de familiarizarme otra vez, con la esperanza de recuperar algunos recuerdos, finalmente llegué a lo que parecía ser mi habitación, había varios libros regados por el suelo y la cama era un desastre.