-Hola guapa -Ellie apareció y le di una sonrisa -. ¿Le contarás la verdad a Darren? -la observé algo dudosa.
-No, ¿por qué lo haría? -pregunté.
-Pues, ¿no crees que tal vez deberías aclararle que entre ustedes no sucederá nada? Es decir, quizás él está muy ilusionado con tener algo contigo y seguirá consumido en una realidad que no es más que un simple sueño -la observé por unos segundos.
-¿Por cuánto tiempo lo has estado pensando? -ella rió.
-Desde ayer. En fin, ¿sonó lógico? -suspiré y asentí.
-Sí, supongo que tal vez deba hablar con él... ¿Cómo crees que lo tomará? -Ellie hizo una mueca que no pude comprender, y quitó su vista de encima de mi.
-No creo que vaya a ser el hombre más feliz del mundo, pero es mejor saber la verdad -emitió.
-No quiero abrir la boca y destrozar la amistad que tenemos. Quizás, si no le digo nada, seguiremos siendo los mismos amigos que somos hoy -arqueó su ceja.
-Katelyn, es una amistad... -buscó la palabra correcta con extremo cuidado - sin sentimientos de amistad -bufé -. Allí viene -me susurró y bajó su vista hacia su comida.
-Buen día -Darren tomó asiento junto a nosotras -, hoy llegué muy tarde y no tuve tiempo de verlas. Me han informado que en breve subirán las notas del examen de ayer a la página -Ellie dio un chillido.
-No quiero saberlo, sé que ha sido horrible -emitió y Darren rió.
-Puedes volver a rendirlo, no es el fin del mundo. Además, si nosotros tampoco aprobamos -me observó a mi -, podremos volver a estudiar juntos y con más tiempo.
-Aún así, me harté de estudiar -reí.
-Pues, lo hubieras pensado antes de elegir una carrera tan larga, dedicada y en constante aprendizaje -al decir eso, Ellie me gruñó.
-¡Ya! -gritó Darren y observó su portátil -. He sacado 71 -emitió, con una sonrisa.
-¿Qué hay de mi? -le preguntó Ellie, desesperada, pero la mueca de él respondió su pregunta.
-44, lo siento Ellie -le dijo él y me observó -. ¿Quieres saber tu nota? -asentí.
-Última en la lista gracias a mi apellido -él sonrió.
-82 -me dijo y me sorprendí -. Eres una maldita genio.
-Ugh, los odio a ambos -nos dijo Ellie -, pero felicitaciones -me acerqué a ella y la abracé.
-Descuida, te irá bien, yo te ayudaré a estudiar -ella largó una fuerte carcajada y me observó.
-Estarás muy ocupada con... -se detuvo justo antes de nombrarlo y se mordió los labios ante mi mirada amenazante -con tu nuevo cachorro.
-¿Has adoptado un cachorro? -me preguntó Darren, sorprendido.
-No, sólo es una idea que se me ha ocurrido. Creo que debería pensarlo mejor... -mentí.
-Oh no, los cachorros son una increíble compañía, aunque necesitarán que le des mucha atención. Yo podría ayudarte, si quieres -sonreí, ante su propuesta de ayuda.
-Gracias, lo tendré en cuenta.
-Bien, iré a por algo de comida -emitió él y se marchó.
-Lo siento, lo siento, lo siento... -comenzó a susurrar ella determinadas veces.
-¿Cómo pretendes que hable bien con Darren si casi hablas sobre mi amigo? -le pregunté -. Ahora no podré aclarar las cosas o se dará cuenta que acabamos de mentirle sobre lo del cachorro.
-Lo siento mucho, por un segundo olvidé que él se encontraba con nosotras. Aún puedes adoptar un cachorro -me dijo con una leve sonrisa y la empujé.
-Juro aniquilarte la próxima vez.
-Espero que no haya una próxima vez... -asentí, estando de acuerdo con ella.
Por un segundo, pensé en enviarle un mensaje a Sean contándole como me había ido en el examen, pero de seguro estaba ocupado o no necesariamente tenía que enterarse ahora mismo, no es como si mi vida girara en torno a él.
*
<<Enfermedad genética, daña órganos, intolerancia al gluten>>
Seguía repitiéndolo uno y otra vez en mi cabeza, leyendo y releyendo el gran libro que tenía frente a mi y así poder comprender más sobre esta enfermedad.
Mi celular comenzó a vibrar y era una llamada de Sean.
-Hola... -contesté algo extrañada, ya que no esperaba que me llamara.
-Me encuentro fuera. ¿Vas a abrirme o qué? -me preguntó y sonreí.
De cualquier forma, me venía bien un pequeño descanso.
-Hoy también te ves muy bonita, ya no me sorprende -besó mi mejilla y se adentró al abrirle la puerta -. ¿Interrumpo algo? -me preguntó, al ver que las luces estaban apagadas, menos las de mi habitación. Volteó a verme y se acercó a mi -. ¿Estás con alguien? -susurró, y reí, pensando jugarle una pequeña broma.
-Sí, en verdad estoy algo ocupada -él se congeló por unos segundos hasta que reaccionó.
-Bien, lo siento -ahora él susurró -ya me estoy marchando, sé como funciona todo esto -al pasar por mi lado, cogí su brazo y comencé a reír.
-¿Cómo crees que voy a estar con alguien? ¿Crees que con todo lo que me dan para estudiar voy a tener tiempo de coquetear con alguien y además estar con esa persona? -él suspiró y rió.
-Entonces, ¿solo estabas estudiando? -me preguntó y asentí -. ¿Debería dejarte estudiar? -negué.
-Me vendrá bien tener un pequeño descanso -él sonrió.
-Puedo ayudarte a estudiar -arqueé mis cejas.
-¿Tú? ¿Estás seguro? -él comenzó a caminar en dirección hacia las luces, que era mi habitación.
-Que pase mucho tiempo teniendo sexo, no significa que no pueda ayudar a alguien a estudiar -reí y tomé asiento en mi cama.
-Correcto, como desees -le entregué unas tarjetas.
-¿Qué es esto? -preguntó, completamente desorientado y me contuve la risa.
-Cada tarjeta tiene una serie de síntomas ligados a una enfermedad. Tu me los lees y yo debo saber qué enfermedad es -él sonrió y se acomodó en su lugar.
-Muy bien, me gusta este juego. ¿Debo leerte todos los síntomas? -me preguntó.
-Cuanta más información, mejor -él asintió y comenzó a leer cada una de las tarjetas, hasta que eligió una -. Fatiga, intolerancia al frío, períodos abundantes o irregulares, piel seca... -lo interrumpí.
-Hipotiroidismo -él sonrió.
-Bien hecho, alumna -reí -. Ahora, escogeré una más difícil -volvió a leer una a una -. Pérdida de peso. hinchazón abdominal, calambres musculares, fatiga, uñas frágiles... -sonreí, ya que recordaba haberla leído hace solo unos minutos atrás, y volví a interrumpirlo.
-Celiaquía -él entrecerró sus ojos y asintió. Cogió otra tarjeta, ahora más determinado y serio, y comenzó a leerla.
-Falta de atención, hiperactividad, impulsividad -alcé mis manos en el aire.
-Básicamente, me has dicho que es trastorno de déficit de atención -él tragó saliva y buscó otra tarjeta.
-Palpitaciones, ritmo cardíaco anormal, deseo sexual... -lo interrumpí.
-Espera, no recuerdo haber leído "deseo sexual" en ninguna de mis tarjetas -él se acercó a mi y besó mis labios, suavemente. Cuando se apartó de mi, me observó y sonrió.
-Eso es porque no lo leí de ninguna -susurró y volvió a besarme.
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Sólo Tú [ST #1] ✔️©
RomantikEsta no es una típica historia de amor donde la chica tiene su primera relación íntima con el amor de su vida. En realidad, lo es, pero no en el tiempo y lugar correcto. Katelyn Robstraw, de 23 años de edad, decide darle fin a su virginidad tras hab...