Capítulo 5

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-Hola guapa -Ellie apareció y le di una sonrisa -. ¿Le contarás la verdad a Darren? -la observé algo dudosa.

-No, ¿por qué lo haría? -pregunté.

-Pues, ¿no crees que tal vez deberías aclararle que entre ustedes no sucederá nada? Es decir, quizás él está muy ilusionado con tener algo contigo y seguirá consumido en una realidad que no es más que un simple sueño -la observé por unos segundos.

-¿Por cuánto tiempo lo has estado pensando? -ella rió.

-Desde ayer. En fin, ¿sonó lógico? -suspiré y asentí.

-Sí, supongo que tal vez deba hablar con él... ¿Cómo crees que lo tomará? -Ellie hizo una mueca que no pude comprender, y quitó su vista de encima de mi.

-No creo que vaya a ser el hombre más feliz del mundo, pero es mejor saber la verdad -emitió.

-No quiero abrir la boca y destrozar la amistad que tenemos. Quizás, si no le digo nada, seguiremos siendo los mismos amigos que somos hoy -arqueó su ceja.

-Katelyn, es una amistad... -buscó la palabra correcta con extremo cuidado - sin sentimientos de amistad -bufé -. Allí viene -me susurró y bajó su vista hacia su comida.

-Buen día -Darren tomó asiento junto a nosotras -, hoy llegué muy tarde y no tuve tiempo de verlas. Me han informado que en breve subirán las notas del examen de ayer a la página -Ellie dio un chillido.

-No quiero saberlo, sé que ha sido horrible -emitió y Darren rió.

-Puedes volver a rendirlo, no es el fin del mundo. Además, si nosotros tampoco aprobamos -me observó a mi -, podremos volver a estudiar juntos y con más tiempo.

-Aún así, me harté de estudiar -reí.

-Pues, lo hubieras pensado antes de elegir una carrera tan larga, dedicada y en constante aprendizaje -al decir eso, Ellie me gruñó.

-¡Ya! -gritó Darren y observó su portátil -. He sacado 71 -emitió, con una sonrisa.

-¿Qué hay de mi? -le preguntó Ellie, desesperada, pero la mueca de él respondió su pregunta.

-44, lo siento Ellie -le dijo él y me observó -. ¿Quieres saber tu nota? -asentí.

-Última en la lista gracias a mi apellido -él sonrió.

-82 -me dijo y me sorprendí -. Eres una maldita genio.

-Ugh, los odio a ambos -nos dijo Ellie -, pero felicitaciones -me acerqué a ella y la abracé.

-Descuida, te irá bien, yo te ayudaré a estudiar -ella largó una fuerte carcajada y me observó.

-Estarás muy ocupada con... -se detuvo justo antes de nombrarlo y se mordió los labios ante mi mirada amenazante -con tu nuevo cachorro.

-¿Has adoptado un cachorro? -me preguntó Darren, sorprendido.

-No, sólo es una idea que se me ha ocurrido. Creo que debería pensarlo mejor... -mentí.

-Oh no, los cachorros son una increíble compañía, aunque necesitarán que le des mucha atención. Yo podría ayudarte, si quieres -sonreí, ante su propuesta de ayuda.

-Gracias, lo tendré en cuenta.

-Bien, iré a por algo de comida -emitió él y se marchó.

-Lo siento, lo siento, lo siento... -comenzó a susurrar ella determinadas veces.

-¿Cómo pretendes que hable bien con Darren si casi hablas sobre mi amigo? -le pregunté -. Ahora no podré aclarar las cosas o se dará cuenta que acabamos de mentirle sobre lo del cachorro.

-Lo siento mucho, por un segundo olvidé que él se encontraba con nosotras. Aún puedes adoptar un cachorro -me dijo con una leve sonrisa y la empujé.

-Juro aniquilarte la próxima vez.

-Espero que no haya una próxima vez... -asentí, estando de acuerdo con ella.

Por un segundo, pensé en enviarle un mensaje a Sean contándole como me había ido en el examen, pero de seguro estaba ocupado o no necesariamente tenía que enterarse ahora mismo, no es como si mi vida girara en torno a él.

*

<<Enfermedad genética, daña órganos, intolerancia al gluten>>

Seguía repitiéndolo uno y otra vez en mi cabeza, leyendo y releyendo el gran libro que tenía frente a mi y así poder comprender más sobre esta enfermedad.

Mi celular comenzó a vibrar y era una llamada de Sean.

-Hola... -contesté algo extrañada, ya que no esperaba que me llamara.

-Me encuentro fuera. ¿Vas a abrirme o qué? -me preguntó y sonreí.

De cualquier forma, me venía bien un pequeño descanso.

-Hoy también te ves muy bonita, ya no me sorprende -besó mi mejilla y se adentró al abrirle la puerta -. ¿Interrumpo algo? -me preguntó, al ver que las luces estaban apagadas, menos las de mi habitación. Volteó a verme y se acercó a mi -. ¿Estás con alguien? -susurró, y reí, pensando jugarle una pequeña broma.

-Sí, en verdad estoy algo ocupada -él se congeló por unos segundos hasta que reaccionó.

-Bien, lo siento -ahora él susurró -ya me estoy marchando, sé como funciona todo esto -al pasar por mi lado, cogí su brazo y comencé a reír.

-¿Cómo crees que voy a estar con alguien? ¿Crees que con todo lo que me dan para estudiar voy a tener tiempo de coquetear con alguien y además estar con esa persona? -él suspiró y rió.

-Entonces, ¿solo estabas estudiando? -me preguntó y asentí -. ¿Debería dejarte estudiar? -negué.

-Me vendrá bien tener un pequeño descanso -él sonrió.

-Puedo ayudarte a estudiar -arqueé mis cejas.

-¿Tú? ¿Estás seguro? -él comenzó a caminar en dirección hacia las luces, que era mi habitación.

-Que pase mucho tiempo teniendo sexo, no significa que no pueda ayudar a alguien a estudiar -reí y tomé asiento en mi cama.

-Correcto, como desees -le entregué unas tarjetas.

-¿Qué es esto? -preguntó, completamente desorientado y me contuve la risa.

-Cada tarjeta tiene una serie de síntomas ligados a una enfermedad. Tu me los lees y yo debo saber qué enfermedad es -él sonrió y se acomodó en su lugar.

-Muy bien, me gusta este juego. ¿Debo leerte todos los síntomas? -me preguntó.

-Cuanta más información, mejor -él asintió y comenzó a leer cada una de las tarjetas, hasta que eligió una -. Fatiga, intolerancia al frío, períodos abundantes o irregulares, piel seca... -lo interrumpí.

-Hipotiroidismo -él sonrió.

-Bien hecho, alumna -reí -. Ahora, escogeré una más difícil -volvió a leer una a una -. Pérdida de peso. hinchazón abdominal, calambres musculares, fatiga, uñas frágiles... -sonreí, ya que recordaba haberla leído hace solo unos minutos atrás, y volví a interrumpirlo.

-Celiaquía -él entrecerró sus ojos y asintió. Cogió otra tarjeta, ahora más determinado y serio, y comenzó a leerla.

-Falta de atención, hiperactividad, impulsividad -alcé mis manos en el aire.

-Básicamente, me has dicho que es trastorno de déficit de atención -él tragó saliva y buscó otra tarjeta.

-Palpitaciones, ritmo cardíaco anormal, deseo sexual... -lo interrumpí.

-Espera, no recuerdo haber leído "deseo sexual" en ninguna de mis tarjetas -él se acercó a mi y besó mis labios, suavemente. Cuando se apartó de mi, me observó y sonrió.

-Eso es porque no lo leí de ninguna -susurró y volvió a besarme.

Sólo Tú [ST #1] ✔️©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora