Hogar dulce hogar.
Mi precioso departamento, cuánto lo había extrañado.
Sean dejó nuestras cosas junto a la puerta de entrada y me abrazó por detrás.
-No puedo esperar a mudarme contigo -me susurró al oído y sonreí.
-Puedes hacerlo el lunes, tienes dos días para empacar -emití. Él me observó y besó mis labios -. ¿Has hablado con tus padres? -le pregunté y asintió, ahora algo nervioso.
-Quedamos en vernos. Creo que me necesitan, y también yo a ellos -sonreí.
-Estoy segura que sí.
-Ya debería marcharme. Volveré luego a coger mis valijas y ya estoy ansioso por el lunes -me dio un corto beso -. Nos vemos luego -se despidió y se marchó con gran rapidez.
Desempaqué mi valija y me di una relajante ducha.
Luego de unos veinte minutos, me dirigí hacia la cocina para comer algo y un celular que no era el mío comenzó a sonar; efectivamente, no era mío. Al seguirle el rastro, era el de Sean. Tenía cuatro llamadas perdidas.
No iba a entrometerme en sus asuntos, sólo iba a dejarlo en donde se encontraba. Eso pensé hacer hasta que volvió a sonar y la ansiedad me ganó. Quizás le había sucedido algo a él o a alguien más, entonces respondí.
-¿Hola? -pregunté dudosa. La persona que se encontraba al otro lado tardó algunos segundos en responder.
-¿He llamado al celular de Sean? -me preguntó una voz femenina que ya había oído antes.
-Sí, soy una amiga suya y ha olvidado su celular.
-Bien, ¿podría decirle que esta noche trabajará? -me paralicé. Así era, la voz de esa mujer era la del menú de trabajadores sexuales -. Otro empleado está enfermo y deberá venir.
-Claro, y-yo le diré... -dije, tartamudeando -. Sean quería saber cómo le ha ido la última vez -mentí y oí una risita del otro lado.
-El miércoles ha estado increíble, como siempre -intenté contener aquel nudo en mi garganta.
-Bien, estará complacido de saberlo. Le daré su mensaje -dije y finalicé la llamada.
Las lágrimas no tardaron en aparecer. Sean me había mentido en absolutamente todo, comenzando por haberme dicho que había renunciado y no había sido así. Mintió acerca su "bajo rendimiento sexual", o de otra forma jamás le hubiesen pedido que volviese a trabajar. Incluso dudaba si su pequeña hermana en verdad había fallecido. ¿Acaso todo lo que había dicho que sentía por mí era real?
Mis mejillas ya se encontraban completamente humedecidas y sólo tuve una increíble idea. Cogí sus valijas, abrí la puerta de mi departamento y las arrojé al pasillo. Vaya suerte la mía que justo apareció él, observándome con completa confusión.
-No me des esa mirada -dije con toda mi furia -. ¡Eres un maldito mentiroso! -le grité, y él intentó acercarse a mí pero lo empujé -. No puedo creer que pensé que de alguna forma sí era alguien especial para tí.
-Kate, ¿puedes calmarte? Explícame qué está sucediendo -fui por su celular y se lo entregué.
-Han llamado de tu trabajo. Otro empleado se ha enfermado y te toca a ti. Por cierto, el miércoles lo has hecho muy bien, o eso me dijeron -su rostro empalideció y tragó saliva -. Por primera vez, estoy esperando a que me des una respuesta, a que me digas que me he vuelto loca y he malinterpretado todo -él permaneció mirándome.
-Lo siento mucho... -susurró.
Esto era todo.
-No me envíes mensajes, no me llames ni vengas a visitarme. Se acabó todo, ya no volveré contigo. Sólo... coge tus cosas y déjame en paz -me encontraba cerrando la puerta en su rostro.
-Kate... por favor.
-Katelyn Robstraw para tí -finalicé y cerré la puerta.
No podía decir que no había dolido, que no había querido volver a sus brazos y hundirnos en un largo y profundo abrazo, pero Sean no merecía nada de eso.
Era una mierda, y me preguntaba por cuanto tiempo había estado planeándolo. Él jamás me había amado, había sido una completa estúpida. Cuando nadie podía creer que alguien como yo estuviera con alguien como él, yo sí lo creí. Todos debiero de burlarse y reírse de mí. Tal vez, mi prima Elena no había mentido y sí había escuchado algo que él decía sobre mi.
Ahora mismo, dudaba de todo lo que había sucedido o me había dicho.
Lo mejor que podía hacer era borrarlo de mi cabeza, por más que supiera que era un trabajo imposible. Como mínimo debía intentarlo, me lo debía a mi misma.
*
Los meses pasaron. La primera semana recibí un mensaje de su parte diciendo que quería hablar conmigo; tomé coraje y bloqueé su número. Luego de eso, no volví a saber de él. Ninguna visita, ningún llamado y mucho menos un mensaje.
El único gran problema ahora eran mis padres y Ellie.
Ellos habían quedado encantados con él y, por supuesto, no le había contado a mis padres la verdadera razón por la cual todo había acabado. Recuerdo las palabras exactas de mi madre: 'Kate, él es increíble. Arreglen las cosas y dejen los problemas en el pasado. Hacían una muy bonita pareja'.
Gracias madre, pero no era tan fácil.
Por otro lado, por supuesto que le conté la verdad a Ellie; quedó en estado de shock. Al menos, no fui la única que creyó su historia de sus sentimientos verdaderos hacia mí. Por supuesto, quería darle un muy duro golpe, y lo hubiese hecho de no haberla amenazado con un secreto oscuro de su pasado. Eso era exactamente lo que quería dejar atrás; mi pasado. Sean era parte de éste, y no volvería a viajar en el tiempo.
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Sólo Tú [ST #1] ✔️©
RomanceEsta no es una típica historia de amor donde la chica tiene su primera relación íntima con el amor de su vida. En realidad, lo es, pero no en el tiempo y lugar correcto. Katelyn Robstraw, de 23 años de edad, decide darle fin a su virginidad tras hab...