Capítulo 19

57.2K 3K 143
                                    

Nos había tomado solo dos minutos llegar allí.

Sus labios se posaron sobre los míos ni bien cerró la puerta de su departamento y una sonrisa involuntaria apareció en mi rostro.

-¿Por qué sonríes? -me preguntó él, apartado solo unos centímetros de mis labios.

-No me creo que sea real -emití. Sean acarició mi mejilla y sonrió.

-Pues creélo, porque estoy a punto de hacerte tan mía que ni te imaginas -reí.

-Muéstrame el departamento -él me observó algo confundido.

-¿Ahora mismo? -asentí -. No creo que sea el momento indicado...

Sonreí y comencé a alejarme de él.

-Lo bueno se hace esperar -emití.

Sean me cogió de la cintura y aceleró mi paso.

-Muy bien, pero lo haremos rápido -dijo -. Esta es la cocina, donde paso la mayor parte de mi tiempo -explicó.

-Apuesto a que si.

-Aquí -abrió la puerta de una habitación -, es el tocador dónde ya se me ocurren muchas cosas para hacer contigo -reí -. Esta es la sala de estar, donde me pasé semanas debatiendo si debía luchar por ti o no y, finalmente -abrió la última puerta -, esta es mi habitación, que ansío usarla -me susurró aquello último al oído.

-¿Qué menú desea hoy? -pregunté con una sonrisa traviesa.

-Mmm... Es una decisión tentadora -emitió -, pero creo que elegiré la especialidad seis -aquello me descolocó. Hasta donde me había contado, solo habían cinco lugares.

-¿Lugar seis? -pregunté, confundida.

-Sí... en el cual haremos lo que se nos dé la gana. Que si quiero acariciar tu mejilla lo haré y si quiero hacerte mía como si no hubiera un mañana, también lo haré. También cumple para ti -asentí.

-Quiero que tu tengas el control -susurré, mirándole a los ojos.

Él cogió mi cuello y besó mis labios, apasionadamente. Me levantó del suelo, rodeando sus caderas con mis piernas, y me reposó sobre su cama.

Sus labios comenzaron bajar por mi cuello, hasta llegar a mis senos. Con gran rapidez se deshizo de mi camisa y se entretuvo unos segundos con ellos, acariciándolos y besándolos. Continuó bajando sus labios hacia mi abdomen hasta llegar a mi falda.

Me quitó las botas, para poder deshacerse de él y dejarme en ropa interior.

Volvió a montarse sobre mi y acarició mi rostro.

-Soy tan afortunado -dijo y sonreí.

-Ya me conocerás mejor y cambiarás de opinión -bromeé y él rió. Cogí su rostro y lo acerqué al mío.

Me deshice de su playera y comencé a acariciar su abdomen, que ahora se encontraba desnudo. Cogí su trasero y acerqué su cuerpo más al mío.

Él se deshizo de su pantalón con rapidez, al igual que de sus zapatillas, y cubrió su miembro con un preservativo al quitarse el bóxer.

Sean se deshizo de mi ropa interior en un santiamén y volvió hacia mi.

-Hazme tuya, ahora mismo -le susurré al oído y su miembro me penetró con extrema ferocidad -. ¡Joder! -gemí.

Sus movimientos comenzaron a hacerse más rápidos dentro de mi, y sus manos en mis caderas permitían que se moviera mejor. Mis uñas se aferraron a su espalda y, en un intento de evitar un grito ahogado, las clavé.

Sus labios se posaron sobre los míos, y comenzó a gemir sobre ellos.

-Madre mía...

Su mano se acercó a mi clítoris y, con la ayuda de sus dedos, comenzó a masajearlo para darme más placer.

-¡No pares! -grité.

Sus emestidas comenzaron a ser más rápidas y estaba a punto de llegar al orgasmo.

-Vente... -le susurré.

-¡Mierda, Kate! Estoy a punto... -gimió él.

-¡Oh, por dios! -gemimos ambos al unísono, al llegar al orgasmo al mismo tiempo.

Sean besó mis labios por última vez y cayó pesadamente a mi lado.

-Definitivamente, fuimos hechos el uno para el otro -me dijo y sonreí.

-Realmente te necesitaba -murmuré y me observó.

-Al igual que yo -Sean tomó asiento en el borde de la cama y abracé su espalda, besando su hombro.

-¿Dónde vas? -le pregunté - No tienes que huír, puedes quedarte conmigo en la cama -él me observó de costado.

-¿Cómo cuando iba a tu cama por las noches y decía que era porque me dolía la espalda? -sonreí y asentí -. Bien, puedo hacerlo -él sonrió y apoyó su cabeza en mi pecho desnudo, aferrándose a mi cuerpo -. No es que no me guste estar así contigo, de hecho me encanta -comenzó a explicar -, pero siempre que acababa de tener sexo con una clienta, me vestía de inmediato y me marchaba.

-Ya, pero yo no soy tu clienta -él se encontraba acariciando mi cadera con sus dedos.

-Y me tomó tiempo diferenciarte de eso, pero no sabía cómo sentirme al respecto o qué hacer.

-Pues, a partir de ahora, cada vez que tengamos relaciones, te quedarás en la cama y me abrazarás. ¿Correcto? -él asintió -. No pensé que, el mismo día que me declararas tu amor, ya volveríamos a estar juntos. Pensé que resistiríamos un poco más, aunque sea unas horas más.

-Eso es imposible, nuestra historia comenzó con mi miembro dentro de ti, eso formó una gran unión entre nosotros -reí.

-Vaya manera de ser romántico -él sonrió y besó mi estómago.

-¿Qué piensas hacer ahora que acabaste la universidad? -me preguntó.

-Pues, ya me han designado un hospital para realizar las residencias en cuanto acabe el verano.

-Me refería más a corto plazo, como la semana entrante. Ahora tienes dos meses de vacaciones antes de comenzar a trabajar.

-Bueno, cada año mis padres y yo viajamos a las cabañas de mis abuelos y nos encontramos con toda mi familia. Es la semana entrante.

-¿Por cuánto tiempo? -Sean se alarmó un poco.

-Tres días. Has vivido un mes sin mi, sobrevivirás tres días... -y, de repente, se me ocurrió una increíble idea que a mis padres les encantaría -. ¿Qué tal si vienes conmigo? -él me observó, sorprendido.

-No, por supuesto que no. Ese es un viaje tuyo y de tu familia.

-Ese viaje siempre es muy aburrido, y me vendrá genial algo de acción -Sean sonrió.

-Entonces, iré contigo -emitió y besó mis labios.

-Te amo -le dije y sus ojos brillaron como nunca antes lo habían hecho.

-De repente, me están entrando ganas de volver a tenerte -se montó sobre mi y reí a carcajadas.

-Pues, aquí me tienes -él unió sus labios a los míos y volvió a penetrarme.

Sólo Tú [ST #1] ✔️©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora