Lunes
Desperté con el fuerte sonido de mi alarma y la apagué de un golpazo. Al observar la mañana por mi ventana, parecía que estaba más fresco que ayer, por lo que escogí un pantalón de jean, un sweater y unas zapatillas.
Me dirigí hacia la cocina para preparar un desayuno rápido y me marché, rápidamente, hacia mi universidad.
-¿Cómo ha estado tu fin de semana? -me preguntó Ellie al verme.
-Bien, aburrido como siempre...
-¿Y tu padre? -me alarmé al principio y luego recordé la mentira que le había dicho.
-Todo solucionado -sonreí -. ¿Qué tal la fiesta? -ella me dio esa mirada.
-Lo he conocido -comentó, feliz.
-¿Estás segura que es él? -ella asintió.
-Sí, es mi príncipe azul.
-¿Y qué piensas hacer? -pregunté.
-Hablar con él. Estoy segura que era amigo de Darren, por lo que hablaré con él e intentaré sacarle información -reí.
-Bien, entonces, suerte con tu nuevo príncipe azul -emití para adentrarnos a nuestra primera clase.
Al finalizar ésta, nos dirigimos hacia la cafetería para nuestro almuerzo.
-¿Tienes idea si asiste aquí? -ella negó.
-No lo creo, lo hubiera visto de ser así.
-Pues, allí viene tu oportunidad -le dije, al ver que Darren se estaba acercando a nosotras.
-Necesito hacerte una muy importante pregunta -le dijo ella, desesperada.
-Hola Ellie -emitió él y me observó -, hola Kate -le sonreí.
-¿Recuerdas el muchacho con el que estuve el sábado a la noche? -Darren asintió -. Necesito saber todo sobre él.
-Pues, es amigo de un amigo. Si quieres, puedo preguntarle sobre él -ella asintió, efusiva.
-Gracias -le dijo ella.
-Y dime Kate, ¿qué has hecho el sábado a la noche que fuera más importante que una fiesta? -me preguntó Darren -. En verdad esperaba verte allí.
-Tuve que ayudar a mi padre con algunas cosas -mentí.
-¿Y no podía esperar?
Mi padre sí, ¡pero mi virginidad no!
-De seguro sí, pero tampoco estaba de ánimo para ir a una fiesta -emití.
De repente, una sombra apareció detrás de mí y volteé, asustada.
-Katelyn... -fue lo único que dijo, y no supe cómo reaccionar.
¡Mierda, mierda, mierda! ¿Qué hacía aquí?
-Sean -me puse de pie, rápidamente -, ¿qué haces aquí? -su mirada era algo seria.
-¿Podemos hablar en privado? -asentí y cogí mis cosas.
-Los veo luego -les dije a mis amigos y nos marchamos de allí -. ¿Cómo me has encontrado? -pregunté, algo asustada.
-Katelyn Robstraw... ¿Por qué no me dijiste que habíamos ido juntos a la secundaria? -suspiré.
-¿Cómo lo descubriste? -me atreví a preguntar.
-Pues, le he estado dando vueltas al asunto por un día hasta que recordé. Tu solías estar en todas mis clases de literatura, eras muy amable conmigo -sonreí.
Era amable porque intentaba coquetear contigo...
-No te lo dije porque creí que sería mejor que no lo recordaras. Lo del sábado fue vergonzoso en términos personales, tu has estado increíble -él rió -, y no quería que lo fuera para ti al enterarte que yo era quien tu pensabas.
-¿Tú también creías que era gay? -asentí -. No era eso, es que físicamente ya no podía tener más sexo -reí.
-Ya, eso lo deduje el sábado.
-Por favor, no le cuentes a nadie que aquel es mi trabajo. Siempre lo mantuve en secreto y me gusta que sea así -reí.
-No me he hablado con nadie de la secundaria desde que finalizamos. Tranquilo, tu secreto está a salvo conmigo -él sonrió.
-Ahora cada vez que te veo no puedo evitar recordar como gemías -bromeó y golpeé su brazo con mi puño.
-Ya, no volveremos a hablar sobre lo sucedido el sábado.
-¿Por qué? Ha estado genial, ¿verdad? -me sonrojé.
-Pensándolo bien, creo que a nuestros compañeros de secundaria les gustará saber cuál es tu trabajo -él negó con la cabeza -. Entonces, no me has dicho cómo me has encontrado.
-Pues, tu nombre había estado en mi cabeza todo el día y te busqué en Internet. Si no quieres que nadie te secuestre, no deberías mostrar en tus redes sociales dónde estudias -reí.
-Deberías agradecerme. De no ser por eso, no me habrías encontrado -él asintió.
-Es verdad... ¿Es aquel tu amigo con derecho a roce... o beso? -bromeó pero no me reí. Observé y estaba hablando sobre Darren.
-Por supuesto que no, es solo un amigo.
-Pues, estás algo ciega porque me mira con muchos celos -rió.
-También siento lo mismo... como todas están mirándome en este mismo instante -él rodó los ojos.
-Estás soñando -me dijo y comencé a reír.
-Podrías darles tu número y... -él me interrumpió.
-No, tu sola tendrás mi número. Mira, no suelo hacer esto -sacó una tarjeta y me la entregó - pero, dado a que ya nos conocemos, puedes llamarme si necesitas un amigo o algo más que eso -reí.
-Ya tengo a Darren para 'algo más que eso' -bromeé y rió.
-Bien, ya debería marcharme. Tengo trabajo -emitió y asentí.
-Pásala bien -le dije y sonrió.
-Luego de lo del sábado, no sé como podré hacerlo -finalizó y se marchó.
Pensar en Sean teniendo sexo con alguien más no me molestaba hasta hace unos segundos atrás. Ahora que lo conocía más, sabía que no podría quitármelo de la cabeza de la noche a la mañana.
Volví a la mesa y ambos me observaron como si hubiera cometido algún tipo de delito.
-¿Qué? -les pregunté.
-Espero que a tu padre no le haya importado que lo hayas dejado plantado por... bien, admito que es demasiado guapo. ¿Por qué nos has mentido? -me preguntó Ellie.
-No les he mentido. Es sólo un antiguo amigo de mi secundaria -mentí, a medias.
-¿Y cómo es que nunca lo habíamos visto? -preguntó Darren y pude percibir lo que Sean decía.
-Perdimos contacto al acabar el secundario y me lo he vuelto a encontrar hace unos días.
-¿El sábado a la noche? -volvió a preguntar Ellie y la fulminé con la mirada.
-Ya, no hablaré más sobre él con ustedes. Debemos juntarnos para estudiar para el exámen -emití.
-¿Qué les parece mañana por la tarde? -preguntó Ellie.
-Tengo soccer por la tarde, pero pueden comenzar y luego las alcanzaré en el estudio -ambas asentimos.
-¿Podemos ir a tu apartamento? En mi casa estará mi hermano pequeño y enloqueceré si debo volver a verlo -asentí.
-Sí, por supuesto.
Cogí mi celular y le envié un mensaje a Sean.
《Creo que tenías razón en base a mi amigo》
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Sólo Tú [ST #1] ✔️©
RomansaEsta no es una típica historia de amor donde la chica tiene su primera relación íntima con el amor de su vida. En realidad, lo es, pero no en el tiempo y lugar correcto. Katelyn Robstraw, de 23 años de edad, decide darle fin a su virginidad tras hab...