Capítulo 20

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Durante el transcurso de la semana, diré que Sean y yo no nos vimos demasiado. No porque no quisiéramos, por supuesto que queríamos estar con el otro en todo momento, pero vernos solamente cada noche lo hacía mucho más excitante.

Mañana viajaríamos a la cabaña de mis abuelos y no podía esperar por pasar tiempo con él.

-Estás completamente enamorada -me dijo Ellie y sonreí.

-Lo estoy, ¡maldición! Jamás creí que caería tan rápido -ella rió.

-No es tu culpa. Con alguien tan guapo como él, cualquiera hubiera aguantado mucho menos que tu. Tal vez, eso hizo que se enamorara de ti. No fuiste fácil -sonreí, orgullosa.

-Tal vez... Pero dime, ¿qué hay de ti? -le pregunté -. ¿Has conocido a alguien nuevo? -ella negó.

-Creo que dejaré de buscar al indicado por un tiempo. Aparecerá cuando sea el momento, como tu -me acomodé en mi lugar ante aquel incómodo momento. Nunca me lo había preguntado.

-No se si Sean sea el indicado, nunca lo había pensado. Es decir, sí, todo es increíble entre nosotros pero prefiero disfrutar lo que tenemos ahora -Ellie sonrió.

-A veces te admiro demasiado, Kate. Darren ha preguntado por ti, quiso saber sobre ti -me dijo.

-¿Y qué le dijiste?

-Pues, que te encuentras muy bien y no le di demasiadas explicaciones. Sabes que tendrás que mantener todo tranquilo entre ustedes, ¿verdad? -suspiré y asentí -. Desearía que me hubieran designado al mismo hospital que a ustedes, pero mi promedio no fue suficiente -sonreí.

-Oye, seguirás siendo mi mejor amiga aunque no estemos en el mismo lugar. ¿Quién sabe? Tal vez, acabemos trabajando juntas en el mismo hospital en un futuro -ella asintió.

-Ten mucho sexo estos tres días -me dijo, de repente, y comencé a reír a carcajadas.

La noche llegó y, como siempre, estaba preparando las valijas a última hora. Sean pasaría a recogerme mañana a primera hora, y mis padres se habían emocionado bastante al saber que él lo haría y no ellos.

El timbre del departamento sonó y me encontré confundida ya que no esperaba a nadie. Al abrir la puerta, me encontré con un Sean vestido de paciente hot y no pude evitar reír.

-¿Qué haces vestido así? -le pregunté y me observó algo ansioso.

-¿Me dejas pasar, por favor? -asentí y abrí la puerta para que se adentrara. Al cerrarla, lo observé -. Quise hacer algo bonito por ti y, al pensar que no habría nadie a estas horas, decidí que era buena idea vestirme de paciente hot con casi todo mi trasero a la vista. Al subir aquí, me encontré con Nina de nueve años del primer piso, con la señora y su gato del segundo piso, y con Ralph y su verruga a llegar a tu puerta -reí.

-Pues, espero que todo eso haya valido la pena... -le dije, a lo que él sonrió.

-Tu dime -se acercó a mi y besó mis labios, suavemente -. ¿Ya has preparado todo para mañana?

-Estaba en eso, estaba acabando de acomodar mi valija -él entrecerró sus ojos -. Si, puedo seguir luego -le dije, como si hubiera leído su mente.

Sus labios volvieron a posarse sobre los míos y nos dirigimos de camino hacia mi habitación.

-Necesito tu ayuda -me dijo al separarse unos pocos centímetros de mi y me asusté -. Necesito que me desvistas para poder operarme -sonreí y comencé a hacer eso.

-¿Mejor? -le pregunté y asintió, con una gran sonrisa. Sus besos ahora se encontraban en mi cuello y sólo quería tenerlo.

Su celular comenzó a sonar y lo apagó con rapidez.

-¿No quieres atender? Puede que sea importante -le dije y negó, volviendo a mis labios.

Su celular volvió a sonar y ahora sí lo cogió.

-Lo siento -me dijo y se marchó de la habitación.

Me encontraba sola, excitada y con una valija aún sin terminar de empacar. Comencé a coger más ropa y a guardarla, hasta que Sean volvió a aparecer.

-¿Todo en orden? -le pregunté y tomó asiento en mi cama. Me acerqué a él e imité su acción -. Sean... ¿sucedió algo? -sus labios volvieron a los míos, ahora con gran desesperación.

Su cuerpo se posó sobre el mío y comenzó a desvestirme con completa rapidez. Sus besos comenzaron a hacerse presentes en mi estómago y mi respiración comenzó a agitarse. Me quitó la ropa interior y protegió su miembro. Besó mis labios y me penetró con ferocidad.

-¡Oh! -gemí.

Sus penetraciones comenzaron a hacerse cada vez más rápidas y fuerte, hasta que su cuerpo se detuvo y comenzó a llorar sobre mi hombro.

-Sean... -salió de dentro de mi y ahora podía observarlo mejor. Cogí su rostro y limpié sus lágrimas -. Puedes hablar conmigo -le susurré.

Por primera vez, me observó y se acomodó en su lugar.

-Supuse de que iba el llamado, pero no quería cogerlo al ver que era mi madre -emitió.

-No comprendo...

-¿Recuerdas a Tania? -reí.

-Por supuesto que sí, tonto. Es tu hermana pequeña -sus ojos se aguaron más -. Mierda... ¿qué le sucedió? -me asusté.

-Hace un año atrás tuvo un accidente de auto con sus amigos. Dentro iban cuatro; dos murieron en el momento y mi hermana con una amiga quedaron en coma... -sus manos comenzaron a temblar -. Tania acaba de irse -me acerqué a él rápidamente y lo abracé.

-Por dios... Lo siento mucho. Mira, puedo llamar a mis padres y decirles que no podremos ir mañana y que... -él me interrumpió.

-No, quiero ir. Me vendrá bien para despejar mi mente -cogí su rostro y lo acaricié.

-¿Qué puedo hacer para que te sientas mejor? -él me dio una pequeña sonrisa e hizo que me recostara. Abrazó mi cuerpo, apoyando su cabeza sobre mi pecho desnudo.

-No lo merecía -emitió.

-Por supuesto que no -besé su cabeza -. Nadie merece morir, pero ahora ella se encuentra en un lugar mejor.

-Me sentía mal al pensar así, pero quería que lo hiciera. Sentía que sólo estaba quedándose por nosotros, para darnos tiempo a que aceptáramos que ella ya no iba a estar más con nosotros. Ella siempre se preocupó mucho por los demás, siempre lo hizo. Quería que fuera feliz y libre, quería que se marchara -explicó.

-No tienes que sentirte mal por pensar así, tiene su lógica. Ya duerme, mañana te encontrarás mejor -Sean besó mi estómago y volvió a apoyar su cabeza en mi pecho.

Sólo Tú [ST #1] ✔️©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora