❥ ?¦14¦?

582 92 45
                                    

SungJong siente el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, este trabajo de medio tiempo sumado a su trabajo principal, el mantenimiento de la casa y el cuidado de SungGyu lo estaba agotando física y mentalmente. Sabe que SungGyu no es un niño pequeño que necesita niñera, pero él se lo prometió a su madre: Lo cuidaría como ella lo hizo.

Comprende la situación de su hermano pequeño, él había convertido su sobrepeso en una especie de barrera entre él y el mundo, todo tenía su origen en las emociones que se vio obligado a reprimir desde que era un pequeño crío. Por ello, su madre, siempre había procurado hacerlo sentir amado y comprendido, para que no tuviera la necesidad de refugiarse detrás de esa armadura invisible que lo aislaba de los demás.

SungGyu siempre fue un niño especial, incapaz de reconocer la maldad en los actos ajenos o en las habladurías detrás de sus espaldas. Pero los niños son crueles. Y nunca faltaba quien enfatizara sus diferencias con los demás niños de su edad.

SungGyu es muy enano.

¿Por qué tienes que ser tan gordo?

Tu voz es igual a la de una niña.

¿Vas a ir a llorar con tu mamá para que te defienda, gordo?

Fue así que SungGyu descubrió que él no era como los demás, que su singularidad era motivo de burlas y con el tiempo terminó convirtiéndose en una pequeña isla donde no habían puentes que pudieran llegar. Al parecer, la única persona que lo aceptaba en el mundo era su madre. Sólo eran su madre y él.

Por eso ahora era su responsabilidad velar por el bienestar de su hermano menor.

–Hyung, tienes ojeras –afirma cuando lo mira mover el cursor del mouse demasiado concentrado como para notarlo–. ¿Qué haces?

–No son ojeras Sunggie, es creatividad acumulada bajo mis ojos –intenta bromear, pero no funciona así que suspira derrotado–. Estoy leyendo las ofertas de trabajo en línea.

–¿Otro trabajo, SungJong? Así terminaras viviendo más afuera que aquí en casa.

–Quizás si tú no comieras tanto, SungJong no necesitaría buscar otro empleo –DongWoo entra en ese momento al comedor bebiendo una botella de agua.

–¡DongWoo! –lo regaña.

Su hermano DongWoo, había realizado su duelo de una forma un poco diferente a él, había desarrollado el tipo de personalidad que debería tener "el hombre de la casa". Firme, responsable, trabajador, sin lugar para los juegos ni los errores. Cuidaba de ellos y de su integridad, pero no de sus emociones.

–No dije nada que no fuera cierto. Admite que vas al supermercado mayorista dos veces al mes para acumular provisiones y ahorrar pero nunca es suficiente. –Él no tenía la intención de herir a su hermano menor, lo quería, pero no soportaba ver en lo que se estaba convirtiendo.

–Compro por mayor porque es más barato y nada más, deja de molestar a SungGyu.

El menor los observa discutir, siente que tiene algo que hace que, adónde vaya, siempre termina haciendo pelear a los demás. Hace tiempo que las palabras de DongWoo le dejaron de parecer dolorosas porque la mayor parte del tiempo eran ciertas. Así que los dejó intercambiando reclamos y salió de casa.

Pensar en su peso era algo permanente y reiterativo, algo de lo que no podía escapar. Todo a su alrededor le recordaba constantemente que tenía obesidad. La ropa, las parejas, la comida, la gente, los asientos del autobús. No había nada que lo hiciera olvidar.

Los últimos días los había pasado acompañando a HoWon en los tramites hospitalarios de su madre, habían tenido que autorizar un sinfín de ordenes médicas para que siguiera un tratamiento fisiológico y tratar de recuperar algunas funciones de su cuerpo que ya no le respondían. La burocracia era una basura. Lo habían descubierto ambos. O quizás ellos eran demasiado ingenuos, pero finalmente lograron conseguir la aprobación de todo.

❥ | ➳[WooGyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora