❥ | ➳[WooGyu]

❥ ?¦50¦?

SungGyu colocó la última caja en el camión de mudanzas con un suspiro que variaba entre el cansancio y la melancolía. No era fácil decir adiós al lugar que lo vio crecer durante dieciocho años, pero sabía que no tenía que mirar hacia atrás, esa sería una etapa de su vida que siempre atesoraría en su corazón pero que debía terminar. Si las cosas no se acaban no podemos avanzar. Estaban allí SungJong y DongWoo, ellos eran parte de sus recuerdos también y tenerlos era suficiente para poder crear nuevos. Ahora también tenían a WooHyun y a HoWon, Kahi y de alguna extraña manera a MinHo y ChangMin, después de todo, todas las personas que pasan por nuestras vidas para bien o para mal contribuyen a nuestro crecimiento.

Cuando WooHyun bajo del camión, lo vio secarse el sudor de la frente con la manga de la camisa y luego sonreír satisfecho. Él estómago se le revolvió, tenía ganas de abrazarlo, de aferrarse a él y darle las gracias por haber llegado a su vida, a pesar de sus malos inicios, él había podido enfrentarse a sí mismo y sabe que también WooHyun aprendió y creció interiormente en muchos aspectos. 

–Terminamos, esa era la última –WooHyun habló sacándolo de su letargo, al parecer estaba más melancólico de lo quería aceptar. SungGyu asintió y le dio una mirada que a los ojos del mayor llego desgastada–. ¿Estas bien? Sabes que tu mamá estará donde ustedes estén y sean felices – Sus manos rodearon su cintura atrayéndolo hacia él–. Y yo estaré contigo para acompañarte ¿Bien?

–Bien –Contesto antes de sentir el beso en su frente. 

–Sunggie, es hora cariño –SungJong estaba subiendo al camión–. Te estaré esperando allá –indicó dándole una mirada tranquilizadora acompañada de una tenue sonrisa.  

–Iré con WooHyun luego de unos minutos.

–Vayan con cuidado –DongWoo cerró las persianas del camión y se subió a la cabina junto a su hermano y el conductor, el lugar no era lejos pero muchas cosas eran inciertas y al ser todos inexpertos eso les dejaba bastante lugar para el miedo. 

SungGyu y WooHyun tomaron sus manos, el sol de primavera ya calentaba el aire a su alrededor y cierta calidez les inundaba, era la de los nuevos comienzos, las de las nuevas oportunidades y la tranquilidad de saber que todo tiene solución y, tarde o temprano, los problemas terminan por esfumarse. Así era la vida después de todo, el tiempo pasa y trae consigo nuevos retos y aprendizajes. 

SungGyu le dijo adiós a su antiguo hogar y saludo al mañana, los dedos que se entrelazaban con los suyos tenían el calor de la esperanza. 

–Así que dejarás de trabajar en lo SungYeol ¿Cómo te sientes con eso? –WooHyun quería escucharlo, a pesar de que sabía que estaba bien no dejaba de preocuparse, quizás la adaptación no sería tan sencilla. 

–Voy a extrañar mucho a SungYeol... 

–Ajam, sólo a SungYeol –Murmuró cambiando la mirada hacia otro lado. SungGyu sonrió y le pegó suavemente con su hombro. 

–También voy a extrañar tus besos robados cada vez que entraba a buscar algo.

WooHyun tiró de su mano y le dio un rápido beso al que no tuvo tiempo de corresponder.

–Entonces voy a tener que robar muchos de esos cada vez que tenga oportunidad –dijo con una voz tan seductora que lo obligó a sonrojarse. 

Antes de llegar a su nuevo hogar, el mayor los desvió hacia el centro buscando quien sabe qué entre las tiendas del lugar. SungGyu preguntó hacia dónde se dirigían pero en ninguna oportunidad recibió una respuesta certera y sus nervios empezaban a atacar silenciosamente. 

Él podía ver cómo la gente que estaba a su alrededor los miraba tomados de la mano, podía hacerse una idea de lo que ellos pensaban o murmuraban a su paso.