❥ 🍧¦43¦🍧

546 80 13
                                    

–No creo que esa sea la solución, SungJong.

–Ah ¿Sí? ¿Y cuál se supone que es? ¿Esperar a que termines de entregar hasta el último recuerdo de nuestra madre? –SungJong reclama a un enfurruñado DongWoo–. O no, ya sé... a que repentinamente tengas un golpe de suerte y ganes un premio millonario que nos ayude a recuperar todo de las manos de tus acreedores... eso debe ser, DongWoo, estoy seguro.

–¡Por supuesto que no! Deja de decir tonterías, vamos a salir de esto. Solo dame algo de tiempo. 

–¿Tiempo para qué? Si tienes un mejor plan es hora de decírnoslo ahora. 

SungGyu se encontraba entre sus dos hermanos, en silencio, contemplando asustado el arrebato de SungJong y la molestia en los ojos de DongWoo. Él nunca los había visto discutir y mucho menos pelear de ese modo. Pero ahí estaban, ambos enfrentándose por la desesperación de encontrar una solución a un problema que los estaba dividiendo como familia. 

Él había permanecido callado hasta ese momento, no porque no quería entrometerse, sino porque no sabía qué decir o como solucionar esto. Sentía culpa, por parte, porque él había tomado un problema en sus manos y este se había desbordado de sus posibilidades. 

Cuando su madre vivía, ellos no habían pasado necesidades, ella siempre tenía alguna solución para todo. Aun cuando el dinero escaseaba ella sacaba algún conejo de la galera y con ingenio y creatividad, lograba encontrar algo, además de su trabajo, su luchadora progenitora preparaba pasteles, remendaba ropas y elaboraba increíbles artesanías que los turistas les arrebataban de las manos. 

No podía decir que desbordaban en lujos pero por lo menos siempre tenían un plato de comida caliente en sus mesas y un techo sobre sus cabezas. 

Pero pronto no tendrían nada. 

El genial plan de SungJong había sido permitirle a MinHo permanecer bajo el mismo techo mientras terminaban de reunir el dinero, ellos tenían el cuarenta por ciento del pago. Aún falta un largo trecho para terminar de recaudar lo demás. Él tendría que vivir allí por lo menos medio año hasta que completaran el total. 

La idea de DongWoo era un poco más inestable, recuperar todo a través de una apuesta aún mayor que incluyera todos los bienes. 

Pésima idea. 

Su propia idea, que aún no había comentado con los mayores, era sacrificarse por todos y ceder al bendito cortejo. ¿Por qué el tipo de pronto lo quería a él? Nadie jamás lo había deseado tanto, al punto de manipular todo para tenerlo. Quizás, algunas semanas atrás, en la cumbre de su inestabilidad emocional, SungGyu se hubiera aferrado al hombre y se sentiría tan halagado que no hubiera dudado ni un segundo sobre la extrañes del caso. Pero no, tampoco era una buena idea, no cuando estaba traicionándose a sí mismo. 

Este SungGyu estaba en reconstrucción y en un auto descubrimiento constante. Siempre iba a tener una sombra oscura y pesada sobre su cabeza que le recordaría su condición, pero también sabía que había mucha luz en él y estaba dispuesto a dejarse iluminar por ella. 

Existe algo extraordinario acerca del amor propio, lejos de lo que SungGyu pensaba, además de aceptarse, el amor propio se trata de dejar de luchar contra uno mismo, dejar de pretender ser lo que no somos y abrazar nuestras diferencias, respetar lo que nos hace auténticos, dejar de forzarse por llegar a donde están los demás y respetar el ritmo propio de nuestra vitalidad. 

Amor propio es saber que estamos en el lugar y en el momento en el que tenemos que estar porque todo en el universo es perfecto y todo tiene su razón de ser y cuando llegas a este nivel de autoconfianza es cuando por fin te liberas... eres libre de cosas, personas, situaciones y empiezas a ser fiel a ti mismo, a poder expresar, a escuchar tu voz interior y equilibrar tu vida entre lo que piensas, sientes y haces para fluir en armonía. 

❥ | ➳[WooGyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora