❥ | ➳[WooGyu]

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–¡SungGyu! –Lo llamó mientras corría hacia el chico.

SungGyu no escuchó la primera vez que su nombre salió de los labios de WooHyun, tampoco la segunda ni la tercera, demasiado absorto en sus propios pensamientos derrotistas como para ser consciente de algo más que no fuera su propia autocompasión. Sus pestañas se batieron confundidas cuando fue tomado toscamente por otros brazos deteniendo por completo su caminar. 

–Hey ¿Vas a ignorarme así? Vengo gritando tu nombre hace cien metr- ¿SungGyu, estas llorando? –La preocupación abandonó su garganta y bajó solo un poco la mirada para poder encontrarse con los ojos cristalinos que ahora se aguaban delante de él. 

–No, no es nada. Hace mucho frio esta noche. –Suspiró, en realidad la temperatura era ideal para dar un paseo por la noche, pero en su alma hacia frio...congelaba–. Ve a casa WooHyun. 

La sonrisa que sus labios adjudicaron fue tan frágil y fatídica que su propio ser se llenó de dolor. Estaba roto. SungGyu comenzó a caminar, retomando su ruta nuevamente bajo los ojos tristes de WooHyun, llenos de tristeza ajena. 

–Hey, SungGyu... No te vayas, por favor... no te vayas. –Suplicó, caminó apresuradamente hasta tomar con suavidad su brazo y detener solo un poco su caminar. 

Justo bajo la luz de un farol su rostro lucia más mortificado que entre la oscuridad de la noche, sus parpados caían pesadamente sobre unos ojos inflamados de llanto retenido y por sus mejillas se entrecruzaban rutas de lágrimas que fueron surcando su rostro. Había llorado demasiado, pero ¿por qué? 

–Quiero ir a casa WooHyun, yo de verdad tengo frio... quiero... –Exhaló–. Quiero dormir ¿Bien? Estoy cansado –Esquivó los ojos que lo escaneaban volviendo a caminar. 

Sabía que el mayor lo seguía mas no dijo nada, no quería saber porque WooHyun estaba ahí y no quería confundir su curiosidad con preocupación. Podía escuchar sus pasos detrás de él pero no tenía el valor suficiente para gritarle que se largara, que no quería verlo, que tenerlo cerca solo lo lastimaba más, que su simple presencia era un recordatorio de todo lo que anhelaba y le era negado por su propia naturaleza cobarde. 

La llave se introdujo lentamente en la cerradura y rogó al universo que sus hermanos no estuvieran despiertos, no se sentía capaz de enfrentarse a un interrogatorio sobre el horario de llegada y las condiciones en las que lo hacía. Sabía que quizás era algo tarde pero no lo suficiente para preocupar a nadie y es que MinHo había insistido tanto en pasar por esa maldita cafetería que finalmente no salió hasta que se comieron toda la tarta de limón y merengue. 

No había nadie, la soledad de su comedor le recordaba a él mismo. Había olvidado completamente al chico que lo perseguía hasta que un pie impidió que cerrara la puerta. 

–WooHyun ¿Qué quieres? Es tarde.

El mayor no respondió, una mirada fue suficiente para que la voluntad de SungGyu flaqueara y le diera completamente la espalda para que entrara. Así era siempre, así seguiría siendo. Caminó hasta su cuarto siendo seguido por el otro que cerró la puerta una vez que estuvieron dentro. 

SungGyu no volteo ni una sola a vez a mirarlo, sus movimientos eran simples, como quien está solo en la intimidad, así que WooHyun solo se limitó a contemplarlo sin saber exactamente qué decir y cómo empezar a hablar. 

Lo vio dejar su mochila junto a una silla y quitarse el ligero abrigo que traía sobre sus hombros, abrió su armario tirando sobre la cama una camiseta y unos short de pijama, su mirada seguía impávida y no había molestia en su accionar ¿Así estaba SungGyu? Lucía neutro, desahuciado... no tenía su brillo característico.