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Un beso.

SungGyu está recibiendo un beso extraordinario, los labios de MyungSoo dejaban sentir la experiencia, era suave y la boca del menor podía acoplarse bien a su ritmo porque era un buen guía. Su mente se despejó por unos segundos y sintió como aquel contacto lo estaba llevando más allá de lo que su mente podía soportar. 

Poco a poco el mayor empezó a empujarse por sobre SungGyu hasta quedar levemente recostado sobre él mientras sus labios se acariciaban con vehemencia subiendo paulatinamente la velocidad y la temperatura. Las manos de MyungSoo acariciaron su rostro con delicadeza y fueron trazando una ruta cadenciosa desde sus brazos hasta su pecho y descendiendo lentamente hasta su abdomen introduciéndose bajo la tela de su camiseta. 

Lo detiene. Cuando SungGyu siente que las grandes manos de su amigo están sobre su barriga se ve obligado a reaccionar y lo empuja para apartarlo. Sus labios están entumecidos y rozagantes, brillando por la humedad de la mezcla de salivas y MyungSoo siente que quiere volver sobre él y devorarlos nuevamente, pero la incomodidad se hace palpable y tiene que abstenerse de reincidir para no hacerlo sentir mal. Está notando el pánico en los ojos almendrados del chico bajo sus brazos. 

–¿Qué está mal, SungGyu? –MyungSoo pregunta intrigado, realmente él no sabía hasta donde pretendía llegar pero lo desconcertó ser apartado tan bruscamente cuando los dos parecían estar disfrutándolo. 

–No quiero que hagas esto por lastima. 

–¿Qué?

MyungSoo se ve aturdido por la reciente conclusión, claramente no lo había besado por lastima, tampoco sabía muy bien porque lo había hecho, pero definitivamente no era por las razones que SungGyu estaba pensando. 

–Vete por favor –suplica mientras trata de apartarlo para ponerse de pie y hacer lo que acostumbra: Huir.– Vete. 

Sentencia antes de salir de su cuarto dejándolo solo con sus pensamientos. MyungSoo se pone de pie y duda entre salir detrás de él o marcharse. Quizás no era el momento, pero no dirá que se arrepiente porque de verdad no lo hace. 

A SungGyu le hace falta entender que detrás de la categoría de persona en la que decide ubicarse está él, escondido bajo capas y capas de marginación y auto-desprecio. Así que da un suspiro para liberarse de la frustración y sale tranquilamente por la puerta de la habitación. Se despide de SungJong y HoWon que a simple vista comparten una charla acompañado de una taza de té y vuelve a su casa tratando de procesar los hechos recientes. 

SungGyu se encuentra sentado sobre la tapa del inodoro mientras recarga su espalda hacia atrás. Una de sus manos delinea suavemente los bordes de lo que son sus labios, quizás no había sido como lo esperaba, pero eso no significa que fuera menos espectacular. Ni en sus sueños se había imaginado que su primer beso seria de esa manera y por un minuto piensa que, si esa era la intención de MyungSoo, lo había logrado pues él pudo despojar completamente el suceso con WooHyun de su mente. 

WooHyun

Muchas veces, antes de dormir, a SungGyu le gusta imaginar historias con el mayor. El sueña despierto y dibuja en su mente escenas en donde WooHyun lo descubre y se enamora poco a poco de él, donde SungGyu es el protagonista y nada sale mal. Esas noches (que son casi todas las noches) él se imagina siendo alguien qué, a pesar de sus defectos, es atractivo a los ojos de los demás, que nadie lo rechaza y es aceptado. En esos sueños llega a tener más de un pretendiente y es Namstar quien debe luchar por su amor y no al revés. 

Pero es precisamente eso, un sueño. 

En el mundo real los chicos como SungGyu deben conformarse con cualquiera que se atreviera a mirarlos y con suerte tal vez pudiera llegar a amarlo, la gente que no encaja con los cánones estéticos de la sociedad debe ser agradecida de que alguien alguna vez la mirase y no fantasear ni anhelar algo que no podrá tener nunca. 

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