Capítulo 2: Un Raro Encuentro

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Me sudaban las manos, ésa linda chica se acercaba a mi para poder hablar y yo ni sabía qué decirle. Hasta entonces ella me saludo, creo.

-Bonjour, je vois que c'est la première fois que vous regardez la Tour.

¿Qué fue lo que dijo?
Aclaremos algo, nací aquí pero mi idioma natal es el holandés e inglés. Sólo por ser parisino no significa que deba aprender el francés.
No tuve otra opción que responderle en inglés, pues es el idioma más hablado en todo el mundo.

-Lo siento, no entiendo lo que dices, verás, yo no sé muy bien el francés.- Me moría de vergüenza.

-Oh, tú parles anglais, excusez moi, je pensais que vous parliez français.

Y otra vez habló en francés, pero creo que me debió entender. Si le escuche "anglais" puede que me dijo algo sobre el inglés.

Que pérdida de tiempo, yo queriendo hablar con una chica hermosa que habla otro idioma. Me estaba dando por vencido hasta que me volvió a hablar, pero para mi sorpresa, ella sabe inglés.

-Por si no entendiste lo que te dije antes, era que si no habías visto antes la Torre.- Maravilloso ahora si puedo entenderme con ella.

-Ah eso, pues no, ésta es la primera vez que la veo en 16 años.- Martín idiota, a la joven no le interesa.

-Oh vaya. Es preciosa, vengo aquí muy amenudo cuando quiero...-hizo una pausa y luego añadió- pues...cuando quiero estar sola.

La noté algo nerviosa, pero tal vez sólo recordó algo.

-Bueno, me llamo Martín Bellamy es un placer...eh disculpa no sé tu nombre.

-Oh, mis modales- Dios, es preciosa- Me llamo Mónica Albizatti, encantada de conocerte Martín.

Pasé tanto tiempo con Mónica que no me di cuenta de la hora. Mi madre me estuvo buscando hasta que me encontró sentado con una chica. Le sorprendió porque no sé hablar muy bien el francés.

-Hijo, tu padre ya vino por nosotros, es hora de que lo conozcas.

** El Momento Ha Llegado**

Por un segundo creí que me desmayaría, pero en frente de Mónica obvio que no. Siempre esperé éste momento. No tuve tiempo de explicarle a Mónica de que soy un parisino que creció en Ámsterdam y que no habla francés sino que holandés e inglés.

Me despedí de ella, era una lástima, creo que no volveré a verla, bueno eso pensé hasta que ella me dijo...

-Martín, me la he pasado de maravilla, ¿puedes darme tu número? Así podré mandarte un mensaje.

-Claro Mónica, es ...- ¿Qué, acaso quieren mi número? Por favor, Mónica me lo pidió amablemente y ustedes no, ahora sigamos.

Después de levantar mi mochila de una banca, pude divisar la silueta de un hombre alto, de cuerpo perfeccionado, era mi padre.

No lo podía creer cierto. Yo soy igual a él, nuestro color de piel, color de cabello; excepto los ojos que yo saque el color de mi madre. La adrenalina volvió chicos.
Era algo inesperado, tanto así que la alegría de ver a ese hombre venir a mi, sólo me daban ganas de llorar.

Nos Conocimos En París /TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora