Haise despierta e inmediatamente sus fosas nasales son inundadas con su aroma favorito. Abre los ojos y su sonrisa aumenta al ver que él todavía está dormido, aun así, la está sosteniendo contra su cuerpo. Su cabeza descansa contra su pecho con su brazo alrededor de su torso, sus piernas están entrelazadas, estando lo más junto humanamente posible. Con cuidado de no despertarlo se sube encima de él, dejando sus labios a centímetros.
—Buenos días. —la saluda, aun con los ojos cerrados. —¿Quieres tener un lazy day conmigo?
—Buenos días. —Haise susurra contra sus labios. —Si. —se lame sus labios.
—¿Me vas a besar o solo te me quedaras viendo? —dice entre risitas, medio abriendo sus ojos.
—Aliento mañanero. —le recuerda, trazando las comisuras de sus carnosos labios.
—¿Sabrán mal los besos con aliento mañanero? —abre los ojos, encontrándose con una Haise sonriente.
—No lo sé...—
Sin decir nada más Christopher toma sus labios entre los de él, uniéndolos en un beso con aliento mañanero y para él no hay nada más íntimo que esto. Poco a poco el beso sube de tono, haciendo que el castaño recorra su cuerpo desnudo con sus manos. Traza su columna de abajo hacia arriba, mandando escalofríos por todo su cuerpo.
—Siento tu erección. —ella susurra contra sus labios entre risitas.
—También siento la tuya. —él agrega, refiriéndose a sus senos erectos contra su pecho.
—Pero estás consiente que mi erección se baja sin necesidad de hacer algo. —lo mira con los ojos entrecerrados.
—¿Eso quiere decir que no me ayudaras con mi problemita? —hace un puchero tan adorable el cual no combina con lo que le está preguntando.
—Es divertido verte así de desesperado. —se muerde su labio inferior sensualmente.
—No hagas eso. —saca su labio de entre sus dientes delicadamente. —que no me voy a poder contener ...—
—No te contengas. —susurra contra sus labios, frotando su feminidad contra su erección.
Como puede, mete su mano entre sus cuerpos, tomando su erección en su mano. Christopher deja salir un ronco gemido al contacto y eso enciende cada hormona de su cuerpo. Con su pulgar juega con la punta, haciendo que este gotee. Ella vuelve a ver al castaño, ojos cerrados, boca medio abierta, pero lo que más la excita son los roncos gemidos saliendo de esos labios carnosos. Mueve su mano más rápido, haciendo que apriete los ojos y muerda su labio inferior.
—Gime para mí. —susurra contra su oído.
—Oh. —Christopher deja salir un gemido desde lo más profundo de su ser. —Oh Haise, oh Haise...—sigue diciendo entre suspiros. —Me harás que me corra. —agrega en un hilo de voz.
Eso forma una sonrisa en los labios de la pelinegra, de la nada detiene sus movimientos. Espera hasta que Christopher la vuelve a ver para sentarse encima de él. Lo jala por los hombros, haciendo que se siente. Une sus labios en un ferviente beso mientras se levanta un poco para guiar la erección de su compañero adentro de ella. Poco a poco baja sobre esta, saboreando la sensación de ser abierta por semejante premio. Con un poco de dificultad flexiona sus piernas para poder montarlo a gusto.
Comienza con un lento vaivén ya que el placer está mezclado con dolor. Pero sus movimientos ganan velocidad al sentir la lengua de Christopher en su pezón derecho. Lame, succiona y muerde este, dejando marcas un tono rojizas a su paso. Ella aprieta su erección más fuerte, sintiendo como el orgasmo se está formando en su vientre. Él sigue golpeando su punto rico con cada embestida, haciéndola gemir cada vez más fuerte. La pelinegra lleva sus manos hasta su ancha espalda, acariciando cada centímetro de esta con las yemas de sus dedos, entierra sus uñas en su piel al sentir su orgasmo explotar. Christopher envuelve su brazo alrededor de su torso, atrayéndola más cerca. Sigue sus embestidas hasta que se corre adentro de ella y como él siempre lo ha dicho no hay mejor sensación que esa.

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PLAYBOY +18 HAISETOPHER ||THE PLAYBOY SAGA #1||
FanfictionTHE PLAYBOY SAGA ♥️ LIBRO 1: PLAYBOY +18 || HAISETOPHER || Haise Gómez. Su primer error fue no hacer amigas que le advirtieran de Christopher Vélez. Su segundo error fue caer en las garras de Christopher Vélez. Su tercer error fue pensar que tendría...