«cincuenta y cuatro: ¿problemas?»

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Christopher examina las facciones de Haise, trazando estas con las yemas de sus dedos mientras que ella lava su cabello con champú. Masajea su cráneo en círculos, haciéndolo jadear de placer. Enreda sus dedos en su sedoso cabello, disfrutando la sensación de estar haciendo esto otra vez. El castaño se acerca a ella, dejando sus narices tan cerca que se pueden rosar contra la otra. Delicadamente pone sus carnosos labios sobre los de ella, sorprendiéndola por la acción. Sus labios se mueven al compás de los contrarios, mandando una corriente de electricidad por todo el cuerpo. Haise lo empuja debajo de la regadera para sacar el champú de su cabello.

—¡Mala! —Christopher susurra, tratando de evitar que le caiga agua en la boca.

Ella lo saco de la regadera y acto seguido quito el agua de sus ojos. Christopher abre los ojos, mordiéndose el labio inferior al ver a Haise desnuda. Rodea su brazo por sus caderas, acercando su feminidad a su amiguito peligrosamente.

—¡Chris! —ella pretende estar fastidiada, pero en realidad no quiere que esto acabe. —Tengo que ponerte acondicionador. —como puede, toma el acondicionador, poniendo un poco en sus manos. —A ver, aléjate un poquito. —

—No. —acerca su cuerpo más a el de ella. —Lo tendrás que poner así. —

Con dificultad, ya que el castaño la pega más a su cuerpo en cada oportunidad que tiene, logra su propósito. Sus carnosos labios se posan en la piel erizada del cuello de la pelinegra, succionando y lamiendo ese punto dulce.

—¡Chri- oh! —un gemido se escapa de los labios de Haise.

Una sonrisa se forma en los labios del nombrado, quien deja un beso en lo que pronto será un chupetón.

—Y dices que yo soy la mala. —ella lo mira con los ojos entrecerrados, poniéndolo debajo de la regadera.

Termina de lavarle el cabello y lo saca de la ducha. Rápidamente se lava su propio cabello mientras que Christopher la espera afuera, ya que si lo deja allí adentro con ella nunca saldrían de la dichosa bañera. Toma una toalla para secarse el cabello, saliendo desnuda de la ducha.

Mira al hermoso castaño por el espejo de su baño con una sonrisa ladina en sus labios. Le sonríe como una niña enamorada. Él envuelve sus brazos alrededor de su cintura, descansando su mentón en su hombro. Inhala su olor, mandando una corriente de electricidad por todo su cuerpo.

—Chepa y los niños vendrán pronto. — Haise se muerde sus labios para suprimir el gemido que quiere escapar de sus labios.

Christopher acerca su cuerpo más a el de ella, besando su cuello de arriba hacia abajo. Ella se deja llevar, disfrutando cada caricia. Poco a poco baja por su espalda hasta llegar a los cachetes de sus nalgas. Toma uno entre su mano mientras lame, succiona y besa el otro. Haise tira la cabeza para atrás de placer, acariciando su clavícula y cuello.

—Oh Christopher. — jadea, trazando su clavícula.

—Sh. —él muerde el cachete, haciéndola gritar.

—¡Oye! — lo agarra del cabello. —Sin marcas. —

—Hasta ahora te quejas. — la mira con los ojos entrecerrados. —Mira las marcas que tienes en la clavícula. —

Traza una con la yema de su dedo, sintiendo ese rico ardor. El móvil de Haise suena y por el tono de llamada sabe que es Emiliano. Sin decir nada camina hasta la mesita de noche y toma el móvil.

—¿Hola? — Haise trata de decir en un tono calmado. —¿Todo bien? —

—Si, mami...— Emiliano pausa. —¿Todo bien por allá? —

PLAYBOY +18 HAISETOPHER ||THE PLAYBOY SAGA #1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora