«quince: fin de semana inolvidable»

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No está segura de lo que pasará entre ellos dos este fin de semana, pero sabe que se quiere divertir. Todavía está esperando que Christopher llegue a la piscina. Esta recostada en una toalla, tomando sol. Está completamente desnuda y no se preocupa que algún vecino pervertido la pueda ver ya que las distancias entre las casas son grandes.

—Y por eso es que no te quedan líneas. —escucha la voz de Christopher, lo que hace que vuelva a verlo.

—Exacto. —sube sus lentes de sol a su cabello. —y tú también deberías de tomar sol para que tu cuerpo no esté tan pálido. —lo ve de pies a cabeza.

—¡Ugh! —jadea frustrado. —¡estoy más que bien, así como estoy! —se tira a la piscina, haciendo que le caiga agua a Haise.

—¡Oye! —se queja enojada. —ya me mojaste toda. —

—¿Qué no entraras a la piscina? —

—Ya no me queda de otra. —se pone de pie y coloca su traje de baño.

Christopher sale de la piscina y sin pensarlo dos veces la agarra de la cintura y se tira con ella a esta. Haise aguanta la respiración antes que su cuerpo toque el agua. Abre los ojos y mira que Christopher ya está flotando a la superficie. Mueve sus brazos para darse impulso y sacar su cabeza del agua.

—Eres un tonto. —se quita el cabello de la cara.

—Pero que hermosa te ves. —se acerca a ella, pone sus brazos alrededor de su cintura, atrayéndola más cerca.

—Lo sé. —pone sus brazos alrededor de su cuello.

Mira detalladamente cada milímetro de su cuerpo. Su cabello mojado, que casi le llega a los hombros, unas que otras gotas en sus hombros haciendo que sus pecas en estos resalten más. Haise ya no se puede resistir más, junta sus labios en un caluroso beso. Lame, muerde, succiona sus labios pidiéndole entrada. Christopher gime de placer al sentir su lengua sobre la de ella, peleando por dominio. Haise enreda sus dedos en su cabello mojado, haciéndolo jadear cuando ella jala este, moviendo su cabeza para un lado. Poco a poco mueve sus labios a su mandíbula, dejando rastros de besos y saliva en su cuello.

—¡Oh! —un jadeo sale de lo más profundo de su ser. —Haise. —

Haise hace su misión de dejar marcas por todo su cuello y hombros.

—Eres toda una vampira. —dice entre risas al notar las marcas en su clavícula.

—Ni empieces que tú me has dejado más marcas a mí. —traza sus dedos sobre su "obra de arte".

—¿Lo has hecho en la piscina antes? —le pregunta con una sonrisa pícara en los labios.

—Me lo hiciste en la piscina hace días. —le recuerda, jugando con el agua.

—Técnicamente no fui yo. —trata de hacerse el gracioso.

—Eres un idiota. —le tira agua en la cara, bajándose de él.

—Hey! —se limpia la cara con su mano. —¿entonces? —

Sin decir nada vuelve a unir sus labios, mientras su mano baja por su columna hasta llegar a su trasero. Lo masajea de una forma espectacular por debajo del agua. Las manos lujuriosas de Haise bajan de su cuello a su pecho. Acaricia sus pezones antes de seguir su recorrido por su bien marcado abdomen. Llega hasta dónde está el elástico de su bóxer y juega con este.

—¿Te lo quito? —se muerde sus labios sensualmente.

—No sé qué estas esperando. —

De un jalón le baja el bóxer hasta las rodillas, Christopher hace el resto. Con cuidado toma su erección entre su mano, acariciándola de arriba hacia abajo. Él jala el cordoncito de su sostén y se lo quita de un tirón. Cuándo sus senos hacen contacto con el agua estos se ponen erectos. Le sonríe y baja su mano hasta su feminidad, su dedo anular invade su entrada lentamente con movimientos circulares, que al mismo tiempo que se movían el agua de la piscina se escapa entre ellos. Haise se siente en la gloria, sentir el agua y sus dedos adentro de ella es algo realmente excitante.

—¡Oh Christopher! —jadea, cerrando los ojos e imaginándose su erección en lugar de sus dedos.

Él nota como el éxtasis se apodera del cuerpo de Haise, lo cual forma una sonrisa en sus labios.

—Tranquila. —le susurra al oído. —que apenas estamos empezando. —

—Oh. —pone su mentón en el hombro de Christopher.

Saca su mano de sus bragas, acariciando su abdomen. Juega con el elástico de sus bragas por unos segundos antes de quitárselas de un jalón. Trata de poner su erección adentro de ella, pero estando de pie no quedan al mismo nivel y no es posible hacer eso. La sube a su cintura de un jalón, entrando en ella en el mismo movimiento.

—¡Oooohhhh! —jadea al sentirlo tan adentro de ella.

—¡Dios mío Haise! —dice en un gritito ahogado, caminando para la pared.

—¡Aaaahhhh! —arquea su espalda al sentir esa rica sensación.

Christopher se empieza a mover, saliendo y entrando de ella. Siente el agua entrar por su vulva, haciéndola sentir más excitada. De la nada Christopher se detiene haciendo que ella lo vuelva a ver. Una sonrisa pícara se forma en sus labios cuando vuelve a ver para abajo y ella entiende que es lo que él quiere decir. Envuelve sus brazos alrededor de su cuello y empieza hacer movimientos con sus caderas. Lo monta por unos segundos antes de apretar más su miembro con sus paredes. Mira los gestos retorcidos de Christopher, y sabe que se está muriendo por ser el quien domina la situación.

—No. —susurra a su oído, mordiendo su lóbulo. —sé un buen chico. —

—¡Aaahhhh! —recorre cada milímetro de su cuerpo con sus manos. —¿qué me has hecho? —le acaricia la mejilla suavemente.

Ella no dice nada, se sigue moviendo de arriba hacia abajo como si su vida dependiera de eso. Los dos están a punto de llegar al éxtasis, así que ella se sigue moviendo y Christopher empieza sus envestidas otra vez. En cuestión de segundos los dos llegan al orgasmo, ella con escalofríos por todo su cuerpo y él con una sonrisa placentera en sus carnosos labios.

—¡Dios mío! —Haise dice entre risitas, bajándose de él. —¿a dónde quedaron mis bragas? —trata de buscarlas debajo del agua.

—Aquí están. —Christopher apunta al suelo de la piscina.

Haise trata de nadar hasta dónde están, pero el agua se le sigue metiendo entre las piernas. La sensibilidad alborota hasta la última hormona de su cuerpo.

—Necesito tu ayuda. —dice cuándo saca su cabeza a flote. —¿me recoges mis bragas? —

—Pero si no esta tan hondo. —Christopher la mira confundido.

—Lo sé. —toma un respiro profundo. —pero el agua se me mete entre las piernas. —

—Que agua más suertuda. —dice con aire de seductor.

—¡Christopher! —se queja en un gritito ahogado, sonrojándose un poco.

—Pero si estabas tomando el sol desnuda hace unos minutos, ¿por qué no sales así de la piscina? —

—Eso era para provocarte. —dice sin vergüenza alguna. —tenemos que salir de la piscina y poner más cloro en el agua ... —

—¿Para limpiar lo que acabamos de hacer? —lo interrumpe.

—Si, Christopher. —asienta con la cabeza. —así que anda, saca tu bóxer y mis bragas. —

Haise sale de la piscina mientras que Christopher nada hasta el fondo de esta para recoger sus prendas interiores. Envuelve una toalla en su cuerpo y espera a que su compañero salga de la piscina. Mira embobada como saca su cabeza a flote primero, tira la ropa interior, por un lado. Y con sus dos manos acomoda su cabello para atrás, aunque unos que otros mechones se le caen a los lados. Se queda así unos segundos con los ojos cerrados, haciéndolo lucir como un ángel.

—A ver a qué horas te sales de la piscina. —Haise trata de decir en tono fastidioso para cubrir el hecho que se está enamorando de un mujeriego.

PLAYBOY +18 HAISETOPHER ||THE PLAYBOY SAGA #1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora