«cuarenta y ocho: todo parecía muy bueno para ser verdad»

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Al cuarto día de su estadía en Londres Christopher se encuentra con una sorpresa en su habitación de hotel. Su prometida lo está esperando desnuda en su cama y le da gracias al cielo que Emiliano no subió con él a la habitación como siempre lo hace.

—Hmm... —Christopher se limpia la garganta. —Emiliano está a punto de subir. —

—Oh. —Sara toma las sabanas para cubrir su cuerpo.

—Será mejor que te vistas. —cierra la puerta de la suite que divide el cuarto y la sala.

Sara se levanta de la cama y camina hacia él para saludarlo de beso en los labios. Entra al baño para darse una ducha caliente antes de vestirse. Christopher escucha el timbre de la puerta y sabe que es Emiliano. Se asegura de dejar la puerta de la habitación cerrada antes de caminar para esta. Al abrir, se encuentra con un Emiliano confundido, mirándolo con el ceño fruncido.

—¿Todo bien? —le pregunta preocupado.

—Si. —asienta con la cabeza, abriendo la puerta del todo poniéndose de lado para dejarlo pasar. —Solo que Sara está aquí. —

—Aquí. —él repite con el corazón en la mano.

—Si y obviamente se vino para Londres sin avisarme. —hace una mueca. —Ella te ha querido conocer desde el primer día. —

—Ya la conozco. —recuerda cuando se presentó con él y Haise en Barcelona.

—Y sé que ese encuentro fue un poco incómodo, pero ella quiere ser parte de esto ya que ella es parte de mi vida. —

—Yo también quiero ser parte de tu vida y nunca te haría escoger entre ella o yo. —Emiliano recuerda los valores que su madre le inculco.

—Tu madre debe de estar orgullosa de la persona que eres. —Christopher le da un abrazo. —¿Nos esperas aquí? Iré a ver si ella ya está lista. —

En menos de 5 minutos Christopher regresa con Sara a su lado. Ella camina hasta donde Emiliano esta, con prisa y lo saluda de beso en la mejilla. Él regresa el gesto solo por ser educado.

—Estoy encantada de volverte a ver. —le pone su mejor sonrisa. —Eres idéntico a mi prometido. —le examina el rostro.

—Eso es lo que dice todo el mundo. —Emiliano finge una sonrisa.

Después del incómodo saludo van a uno de los restaurantes del hotel para cenar. La cual es igual de incómoda, aunque Christopher y Sara tratan de seguir la conversación. Emiliano hace lo mejor para no ser sarcástico, pero Sara lo hace imposible. Es igual de sarcástica y atrevida como lo es de bonita y eso lo enciende de coraje. Haise lo educó bien, así que trata de recordar eso cada vez que se tiene que morder la lengua para no contestarle mal a la prometida de su padre.

—¿Ordenaras postre? —Christopher le pregunta a Emiliano, quien asienta con la cabeza repetitivamente. —¿Suflé de chocolate con frambuesas? —

—Suena delicioso. —asienta con la cabeza.

—¿Quieres compartir uno? —

—¿Sara no comerá? —vuelve a ver a la nombrada.

—No mi niño... —niega con la cabeza. —Hay que guardar la dieta. —

Ordenan el suflé y este llega a la mesa en menos de 5 minutos. La mesera les deja dos cucharas y se retira del lugar. Comparten el suflé entre ellos dos, pero una que otra vez Sara hace que su prometido comparta con ella también. Cuando la noche llega a su fin Christopher lleva a Emiliano al apartamento.

—Él es encantador. —Sara comenta acercándose peligrosamente a Christopher. —Imagínate si lo pudieras tener contigo todo el tiempo. —

—¿Qué quieres decir con eso? —él le pregunta confundido.

—Haise fue una egoísta al no decirte que tenías un hijo... —

—Sara... no empieces. —niega con la cabeza.

—Tu compañía tiene el mejor bufete de abogados y créeme que no será difícil para ellos quitarle la custodia de Emiliano a esa tipa. —

—¿Y quien te dijo que yo le quiero quitar la custodia? —le pregunta en tono furioso. —Haise ha hecho un tremendo trabajo al criar a Emiliano y no es justo que yo de la nada venga a querérselo quitar... —

—¿Pero ella si tenía derecho a escondértelo? —lo interrumpe fastidiada. —Él creció sin ti en su vida porque la egoísta de su madre no te dejo estar ... —

—Tú no tienes la menor idea de lo patán que era cuando tenía 17 años... ella me lo dijo. —Christopher miente para que Sara deje de hablar mal de Haise. —Ella me dijo que estaba embarazada y ¿quieres saber lo que yo le dije? —la mira fijamente. —Que se encargara de él. —

—¿Le dijiste que abortara? —Sara le pregunta sorprendida.

—No en esas palabras, pero sí. —él dice avergonzado. —¿Ahora entiendes porque no tengo el derecho de quitarle la custodia? —

—Como tú mismo lo dijiste. —Sara le acaricia la mejilla. —Eras una persona diferente cuando tenías 17 años, pero ahora sabes lo que quieres y lo que más deseas es estar con tu hijo por el resto de tu vida. —

Por un segundo Christopher se pone a pensar en lo que Sara está diciendo.


____


—¡Mamá! —Emiliano dice al nomás cruza la puerta principal del apartamento.

—¿Todo bien? —una Haise preocupada sale de su habitación.

—Christopher me presento a Sara. —suelta de una sola vez.

—Oh. —se cruza de brazos. —¿Y como estuvo?—

—No me cae. —Emiliano roda los ojos. —pero aun así fui educado con ella. —

—Ese es mi chico. —Haise le da un beso en la frente.

—No sé por qué la tuvo que traer. —bufa por lo bajo.—Ella es ... —trata de encontrar la palabra correcta para describirla, pero no la encuentra. —Y lo peor de todo es que yo no le caigo bien, pero por quedar bien con Christopher pretende que sí. —

—¿Por qué dices eso? —

—Porque hoy en la cena solo me miraba con odio. —se encoge de hombros.

—No le hagas caso. —Haise trata de aconsejarlo. —ella es la que pierde de conocer al chico más dulce del mundo. —

—¡Mamá! —Emiliano se queja como siempre lo hace. —tú me haces pasar vergüenza. —

—Ay, pero si no hay nadie aquí.—Haise llena de besos su rostro.

—Quisiera que él y tu estuvieran juntos. —él dice de la nada lo que hace que Haise lo deje de besar.

—¿Yo y quién? —trata de hacerse la que no entiende.

—Tú y Christopher. —suelta en un hilo de voz.

—Él y yo... —empieza, buscando la manera correcta de explicar esto a su hijo. —no estamos destinado a ser. —le da una sonrisa triste. —Él y yo solo somos unas personas que estuvimos destinados a conocernos, pero no a estar juntos. —

—¡Pero tienen un hijo juntos! —él protesta como niño caprichoso.

—Lo sé. —le da un beso en la frente otra vez. —Y ese hijo es lo más hermoso que me pudo pasar en la vida. —

—Tú estás enamorada de él ¿no es así? —la mira con los ojos entrecerrados.

—¿Quién no lo estaría? —Haise por fin se da por vencida.

—Él también está enamorado de ti. —sonríe de oreja a oreja.

—¿Te lo ha dicho? —

—No. —niega con la cabeza. —Solo basta ver cómo te mira. —

—¿Y como me mira? —pregunta con una ceja arqueada.

—Como si tú fueras su todo. —entierra su rostro en su pecho.

En esos momentos Haise se arrepiente de no haber hablado con Christopher de lo que sentía por él, como Richard siempre se lo recomendó. A lo mejor Emiliano hubiera crecido con su padre y ella hubiera tenido el final feliz que toda adolecente sueña, pero ahora ya es demasiado tarde.

PLAYBOY +18 HAISETOPHER ||THE PLAYBOY SAGA #1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora