«cincuenta y tres: solo un poco de tu amor»

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Entre besos y caricias han llegado hasta la habitación de Haise. Delicadamente Christopher la pone sobre su cama, separándose un poco de ella. La admira por unos segundos, notando como su pecho sube y baja tratando de controlar su respiración. Traza sus dedos por su pómulo, dándose cuenta que sigue igual de hermosa. Baja hasta sus labios y traza la comisura de estos, haciéndola gemir. Todavía sigue respondiendo a sus toques como lo hacía antes.

—¿Solo te me quedaras viendo o me harás el amor? —ella lleva sus manos hasta el botón de sus jeans.

—Te haré el amor. —baja hasta tener sus labios cerca de los de ella. —de todas las formas posibles. —sigue examinando su rostro.

—¿Y eso es lo que estás haciendo ahora? —le pregunta en un tono coqueto. —¿Haciéndome el amor con la mirada?—

—Por supuesto. —susurra otra vez.

Atrae sus labios en un beso necesitado, necesitan que el sabor del otro se quede impregnado en sus bocas. No deja caer el peso completo de su cuerpo sobre ella, ya que quiere recorrer cada milímetro de este con su lengua. Al sentir que Haise ya tiene desabotonado sus jeans se ríe contra sus labios. Juega con el elástico de su bóxer por unos segundos antes de meter sus manos debajo de este.

—Oh. —se escapa un gemido de la boca de Christopher.

El aroma de Christopher, tan varonil y sensual, embriaga sus sentidos y por un segundo se olvida que estaba jugando con el elástico de su bóxer. Haise saca sus manos de su bóxer y traza su bien marcado abdomen. Se nota que ha seguido trabajando en el todo este tiempo que ha pasado. Une sus labios en un beso desenfrenado, pero a los segundos él se separa de ella al sentir como sus dedos juegan con sus pezones.

—H-haise-e. —tartamudea con la voz entre cortada.

—Tu ropa me estorba. —susurra contra sus labios, tratando de agarrar el dobladillo de su camisa.

Toma el otro extremo con su otra mano y quita la camisa de un solo jalón. Christopher se tiene que levantar un poco para poder quitarse la fastidiosa prenda. Ella examina cada milímetro de su cuerpo, lamiendo sus labios con lujuria. Le excita la forma en que la cadena de plata que trae puesta le cuelga por su clavícula, haciéndola más marcada. Se siente un poco raro que él sea el que este sentado encima de ella.

—Ahora eres tú la que me está haciendo el amor con la mirada. —Christopher dice entre risitas.

—Cállate y deshazte de esos jeans. —trata de quitarse su camisa, pero el agarre de Christopher la detiene.

—Ni se te ocurra. —traza su abdomen con la yema de sus dedos. —Ese es mi trabajo.—

Se baja de la cama y de un solo jalón se quita los jeans, dejándose el bóxer puesto. Se arrodilla enfrente de ella, tomando uno de sus pies entre sus manos. Recuerda cuando descubrió que ella tiene cosquillas en estos y sin pensarlo dos veces le da un beso en la parte de arriba. Haise trata de ahogar su risa, pero le es imposible cuando los dedos de Christopher están trazando la parte de abajo, esa parte sensible.

—He matado antes por mantener este secreto. —vuelve a decir, como lo hizo hace 12 años.

—¿Serias capaz de matar al dios del placer? —cuestiona con la ceja arqueada, poniendo una carita chistosa.

—No. —niega con la cabeza, retorciéndose contra la cama.

—Me gusta esa respuesta. —Christopher regresa a sus labios.

El beso empieza por estos, pero recorre su mandíbula hasta llegar a su cuello. Deja rastro de saliva y besos hasta llegar a su clavícula en donde le deja una marca roja que con el contacto del aire se volverá morada. Toma la piel entre sus labios, jalando y succionando, haciéndola gemir de placer. Con una mano levanta su camisa para poder quitársela sin despegar sus labios de su clavícula. Se inclina un poco para que él pueda sacar la dichosa prenda la cual tira por un lado. Toma la camisa de tirantes que ella trae puesta, quitándosela de un jalón. Se lame los labios al verla nomás en sostén. Lleva sus manos hasta la parte de su espalda donde esta el broche del sostén. Lo desabotona y lentamente le quita la prenda, admirando sus senos erectos por el contacto de sus dedos. Baja a su cuello otra vez, inhalando su olor que la vuelve loco.

PLAYBOY +18 HAISETOPHER ||THE PLAYBOY SAGA #1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora