5.ATADOS PARA SIEMPRE

794 109 62
                                    



Toda la vida huyendo de algo que ya estaba irremediablemente atado a mí. Huyendo de los hombres, de los compromisos y justo en este pueblo donde pensaba que había encontrado mi liberación, era en realidad una cruel trampa del destino.

Descubrí que no solo mi vida había sido mentira, sino que la gente que amaba eran en realidad unos asesinos. Aunque nunca me llevara del todo bien con mis padres, yo los quería.

Pero ahora no sabía nada de mí y me aterraba que Sebastián supiera mas de mí que yo misma. Aquella ventaja lo hacía ser ganador de este juego cruel.

Él parecía tranquilo y feliz, como si aquellas palabras las hubiera tenido guardadas mucho tiempo y por fín pudieron salir. Se le veía aliviado muy por el contrario que yo, que mi mirada estaba perdida en aquella luna resplandeciente.

Pero a pesar del miedo, era cierto que sentía que estaba como en casa, pero quizás era una sensación fruto de la belleza del lugar. Al saber que este pueblo estaba ligado a mí, no me quedaba más remedio que quedarme para saber más.

La charla había acabado, por lo que decidí que era hora de enfriar la mente y descansar. Cuando me levanté del asiento, Sebastián me sujetó de la muñeca.

—Quiero que sepas que no estás sola, Serena. Nunca lo estuviste. Desde que supe de tu existencia he luchado duro para ser el mejor hombre para ti.

Yo no pude decirle nada, aún seguía con la palabras atoradas en mi garganta. Él lo sabía y me sonrió,levantándose del asiento.

—Te acompaño, te ves muy pálida y no quiero que te marees por el camino.

No necesito de tu ayuda; puedo sola.

-Sé que puedes sola, pero deseo cuidarte y eso es lo que haré te guste o no-Dijo de forma firme.

Me tomó de la cintura para evitar que me tambaleara. A pesar de mis gruñidos, él no se vio intimidado y continuó ayudándome a caminar. Era cierto que no me encontraba nada bien y me costaba andar, pero no quería ser una dama desvalida.

Cuando llegamos a mi cuarto, Sebastián me tomó del mentón para mirarlo. Con una sonrisa tímida me preguntó:

-¿Quieres que te prepare un baño?, la bañera da a las estrellas y sé que la vista te va a encantar. Después de ese espectáculo te aseguro que dormirás como nunca.

Le tomé la palabra y asentí, pero que no se esperara compartir aquella bañera conmigo. Eso nunca iba a pasar...

Sebastián salió del cuarto de baño sin su camisa, ¿Se podía saber la razón de tal atrevimiento?

Mi cara de profundo disgusto le hizo sonreír, lo que me hizo gruñir aún más alto; estaba a punto de echarlo de una patada.

-Tranquila Serena, con el vapor del agua caliente me dio calor; soy una persona muy calurosa.

-Que sea la última vez que entras a mi cuarto y te desnudas así.

-Técnicamente estas es mi casa, puedo ir como quiera.

-Pero este es mi cuarto, así que de puertas para dentro, es mi territorio-Le dije señalándolo con mi dedo acusador.

-Pero como tú eres mi mujer tú eres ahora parte de mi territorio.

-¡Oh vamos Sebastián, porque los "ecos del bosque" dijeran que debíamos estar juntos no tiene por qué ser así!

Sebastián endureció su expresión, caminando a pasos agigantados hasta quedar a mi altura.

-Jamás Serena, jamás desprestigies la naturaleza que nos dio la vida.

-La naturaleza me dio una existencia vacía encerrada en una vida llena de mentiras. Ahora lo único que parece real es mi reflejo, ¡apenas sé quién soy!-Le grité

-No necesitas un nombre o un pasado para saber quién eres. Mírate ahora; eso basta para saber quién eres.

-¡Para ti es fácil porque sabes de dónde vienes y dónde vas!¡Eres un maldito hombre y eres libre por el solo hecho de tener un miembro entre las piernas!¡Yo debo de seguir reglas que odio y que condicionan mi existencia!

-No es tan fácil como lo pintas. Ser el rey de este pueblo requiere responder por los míos; por todos los habitantes. Si tomo una decisión, las consecuencias caen sobre mí, imagínate cada día y noche solo, sin tener una mujer a tu lado con la que compartir las penas. Con quien compartir las pérdidas o las decepciones.

-No te hagas la víctima Sebastián, no has tenido mujer porque no lo has querido. Estoy segura que más de una mujer ha pasado por tu cama o acaso niégalo, ¡Niega que eres un maldito cerdo como todos los hombres!

-Te equivocas antes de hablar; jamás estuve con nadie porque mi cuerpo no respondía ante nadie. Sentía que no podía estar con otra, hasta que fui a por ti y te vi por primera vez. Sentí como mi cuerpo estuviera vivo, como si tu piel y la mía formaran parte de la misma esencia. Nunca supe lo que era desear a alguien hasta que te vi correr a las caballerizas. Sabía que aquellos bellos ojos serían mi perdición, que no descansaría hasta que tú cayeras en mis brazos.

Esta vez yo era la que me acerqué desafiante ante el rostro serio de Sebastia'n. con la cabeza bien alta y la dignidad de un titán me atrevi a contestar aquella sarta de estupideces.

-Jamás caeré Sebastián, porque sé que si lo hago me usarás y te divertirás el tiempo que quieras. Cuando yo me enamore como una idiota o mi cuerpo esté ensanchado por los hijos que te dé, lleno de marcas, tú te divertirás con las más jóvenes del pueblo mientras que yo estaré esclavizada a ti y a nuestros hijos. Cuando ya no sea la bella Serena que conoces, ya no te pareceré tan apetecible ni deseable y yo me quedaré sola de nuevo pero aún peor, porque me arrebatarás algo que evito con todas mis fuerzas que pase. Me arrebatarás el amor, la confianza; me pisotearás como si fuera la peor de las basuras y tú...ti seguirás siendo Sebastián el invencible, el hombre que todas desean. Pero yo...yo seré aquello que nadie quiere por estar usado y roto.

-Yo no quiero usarte, quiero amarte hasta que tu cuerpo y tu alma se crea de una vez que no me perteneces sino que nos pertenecemos. Yo soy tan tuyo como tú eres mía. Tú también puedes usarme e irte con otro cuando no sea tan joven o cuando te canses de mí, pero jamás te abandonaré. Y menos a nuestros hijos. Tus marcas serán para mí las marcas de una guerrera que dio su vida por mis hijos y eso lejos de parecerme feo, me parecerá lo más bello de tu cuerpo. Da igual lo ensanchado que esté tu cuerpo; eres tú, tu mirada encendida lo que me vuelve loco. No necesito verte desnuda para sentir mi piel vibrar en tu presencia. Espero que algún día dejes de defenderte como los haces y te des una oportunidad de vivir, ese día sentirás como por fin eres libre.

Sebastián se marchó sin esperar mi respuesta y yo me quedé de nuevo perdida en aquellas palabras. Decidí ir al baño para intentar aplacar aquella ira que sentía, aquellos malditos desplantes que se estaban convirtiendo en una costumbre me hacían sentir realmente alterada. Cuando entré, las velas adornaban todo el cuarto. En el techo, el cristal estaba abierto para que el fresco de la noche se colara y pudiera ver mejor las estrellas. Las toallas estaban perfumadas con el perfume de Sebastián y pétalos de rosa recién cortada flotaban en el agua. Encima del lavabo una nota escrita con elegante e intrincada caligrafía estaba firmada por Sebastián.


"Espero que algún día podamos compartir un baño como este una noche estrellada. Nada me haría más feliz que compartir un trozo de cielo contigo"

Sebastián

Aquella nota no tenía nada de ardiente ni nada obsceno. Era amorosa y sencilla.

Tomé la nota y la guardé en el bolsillo del vestido antes de quitármelo y sumergirme en aquellas aguas de olor a rosas.

The Black Queen of The  Wolves (Is it love?Sebastián) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora