19.DESPLANTES

592 85 41
                                    

Capítulo dedicado a @Diozaretht espero que te guste (L)


Aquella mesa parecía que estaba puesta para todo el pueblo; parece ser que los hombres lobo tienen un buen apetito.

La cerveza rondaba por doquier brindando y cantando a salud de Sebastián. Nicolae, Drogo y Peter estaba realmente graciosos en ese estado de embriaguez. Minerva no paraba de reírse viendo como su marido hacía un intento de serenata; era tiernos verlos así.

Sebastián se encargaba de que todos tuviésemos que comer y que beber, llenándome la jarra cuando daba el último trago; era realmente atento.

-¿Te gustó la cena, mi reina?-Me preguntó al oído.

-No está mal, quizás muy sosa-Le contesté malhumorada.

-Veo que mi Serena gruñona ha vuelto-Decía divertido mientras que apartaba el pelo de mi cuello y me daba un pequeño beso.

-¡Sebastián no me toques!¡No me gusta que lo hagas!

-Ya veo, por eso tienes la piel erizada y noto como el calor va aumentando dentro de ti.

-¿Cómo sabes eso?-Le pregunté mientras que me alejaba de él.

-Tenemos un vínculo que se va estrechando conforme tu conversión está más cerca y ahora que te he marcado, sabré perfectamente dónde y cómo estás.

-¿¡Estás loco!?¿Cómo haces eso sin mi permiso?-Le grité con un enfado monumental.

-Lo hice para protegerte, Serena; pronto serás una loba y si te escapas o te ocurre algo lo sabré.

-Entonces si me enamoro de otro no puedo hacer nada con él, ¿No?

La mandíbula de Sebastián crujió de la rabia, brillando con intensidad aquellos ojos dorados. Me tomó de las muñecas llevándome a la pared más alejada de donde estaban todos.

-Suéltame ahora mismo....

-No vas a enamorarte de otro ni aunque quieras. Escúchame bien, estoy siendo muy paciente, he aplazado la boda por ti, te estoy dando tu espacio, pero si me entero que coqueteas con otro juro que lo descuartizaré a él y te encerraré a ti bajo este techo y no saldrás en todo el tiempo que yo diga. Recuerda que soy el rey Serena y que por ley puedo tomar lo que quiero y cuando quiero, pero soy lo suficientemente benévolo para no hacerlo, pero no tientes a la suerte.

-Voy a hacer lo que me dé la gana y tú no vas a detenerme-Le dije con los ojos desafiantes.

-Créeme que no vas a hacerlo, no podrías estar con otro. No puedes luchar contra lo que sientes al igual que yo tampoco. Acéptalo de una maldita vez y deja de sufrir de esta manera tan idiota.

-Pues déjame marchar y dejaré de sufrir.

-Si hago eso es justo lo que pasará; no sobrevivirás sin mí. Dentro de tres días lo comprobarás por tu propia mano.

-No quiero ser una loba Sebastián; me dan miedo-Le mentí.

-Mientes muy mal Serena, si te diesen miedo no te hubieras acercado a ese lobo y lo hubieras abrazado. Vi como lo mirabas, con el cariño que lo hacías. Podía sentir como deseabas que te visitara cada noche.

-¿Me estabas espiando?-Exclamé mientras golpeaba su torso con fuerza.

-Yo era ese lobo, Serena; esa es una de las pruebas en las que se demuestra nuestro vínculo. Tu loba interior me reconoció como su macho, sin necesidad de saber quién era. Podrás intentar alejarte de mí, pero cuando no lo soportes más volverás tu solita a mí y te tragarás tu orgullo.


Sebastián se alejó de mí y se marchó de nuevo a la cocina para seguir comiendo y bebiendo con el resto, dejándome con sentimientos encontrados y la mente en otra parte

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sebastián se alejó de mí y se marchó de nuevo a la cocina para seguir comiendo y bebiendo con el resto, dejándome con sentimientos encontrados y la mente en otra parte.

El resto de la noche Sebastián no me miró ni una sola vez. Era extraño en él, pero sospechaba que aquella conversación le había molestado. Al menos me dejaría tranquila aquella noche y me serviría para pensar en todo esto que estaba sucediendo.

La actitud fría de Sebastián hacia mí era diferente con el resto; con los demás estaba igual de amable que siempre. Minerva lo miraba extrañado, acercándose a mí y sentándose a mi lado.

-Si los hombres son difíciles los hombres lobo ni te imaginas-Me dijo con una sonrisa.

Yo permanecí en silencio mientras bebía de mi jarra.

-Serena, Sebastián tiene mucho carácter; es difícil de domar pero desde que tú viniste está mucho más amable. No siempre lo ha sido; siempre nos ha ayudado pero ha tenido un humor de perros.

-¿Eso es un chiste?

-Es un chiste y la verdad. El estar solo lo amargó mucho pero cambió desde que viniste al pueblo. No te preocupes; esos cambios locos de humor son normales y más que en tres días hay luna llena. Se ponen más irascibles y posesivos que de costumbre.

-Ahora entiendo que se molestase cuando le saqué el tema de coquetear con otro.

-Créeme podrías haber iniciado la mayor guerra de la historia.

Sonreí levemente sintiéndome extrañamente triste. La fiesta privada se prolongó unas horas más, hasta que todos se marcharon y nos quedamos solos Sebastián y yo. Él se marchó sin decirme nada ni mirarme a su cuarto, dejándome sola plantada como una idiota. Aquel gesto me hirió pero yo misma me lo había buscado; era justo lo que estaba buscando, que me dejara en paz.

Pero el efecto que había conseguido era más bien el contrario, porque ahora mi cabeza daba aún más vueltas que antes.

The Black Queen of The  Wolves (Is it love?Sebastián) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora