36.VENDIDA

476 71 22
                                    

Lord Byron en la foto(L)


SERENA

Mientras que estaba subida al caballo, el maldito de Byron me susurró algo en una lengua extraña haciéndome caer dormida. Estaba tan asustada, tan perdida sin Sebastián. No deseaba casarme con ese grandioso imbécil y lo peor de todo, es que aquel especie de hechizo me demostraba que no era exactamente humano y eso lo temía.

Estaba segura que aquel maldito iba a llevarme de nuevo a casa para que mis padres descansaran tranquilos al tenerme bajo el mismo techo. Estaba segura que estos meses las malas lenguas les pusieron la cabeza del revés y deseaban poder enmendar eso.

El problema es que yo ya no era virgen y además estaba embarazada y eso en la realeza es algo que es imperdonable. No sabía cómo se tomarían la noticia, aunque de momento no pretendía decirles nada; de hecho, lo ocultaría lo más que pudiera.

De momento, mi estómago seguí siendo plano pero no tardaría mucho en ir sobresaliendo. Pedía a los cielos de que el vínculo que me unía a Sebastián le permitiera saber donde estaba.

Un leve zarandeo me hizo abrir los ojos. Al despertar vi de nuevo aquel techo conocido; era mi habitación, había vuelto a ese frio castillo.

Mi madre estaba a mi lado junto con Byron; ambos parecían visiblemente preocupados.

-¡Mi amada hija! ¿Pero qué te hicieron esos desgraciados?, no imagino el terror por el que pudiste pasar-Me dijo mientras intentaba coger mis manos bajo mi mirada de odio.

Yo la miré con asco, ¿Cómo podía llamare hija después de haber asesinado a mis padres biológicos y haberme arrancado de mi lugar de origen?

-No me llames hija porque no lo soy, ¡Matasteis a mis padres biológicos y me separasteis de mi gente! ¡Me ocultasteis que yo era una loba! ¿Sabéis el miedo que pasé por vuestra culpa?

Verónica comenzó a ponerse seria sentándose a mi lado mientras que Byron se limitaba a mirarme en silencio. Esta situación me exasperaba profundamente.

-Serena, tu padre y yo no podemos tener hijos y era un anhelo tan fuerte que no pudimos evitar llevarte con nosotros. No podíamos permitir que una criatura inocente como tú se criara con semejantes salvajes. Nuestro mundo es tranquilo, mesurado y seguro; todo está organizado y estructurado para no sufrir ningún tipo de sobresalto o problema. En ese mundo no hay jerarquías, ¿Cómo es posible que no las haya? ¡Son criaturas sin civilizar, hija mía y me niego que tú seas igual!

-¿Por qué me he convertido ahora en loba y no antes? ¡Respóndeme!

-Porque te alejamos de tu lugar de origen y sobre todo del que iba a ser tu pareja de vida. Al hacer eso, el lobo pierde poco a poco sus poderes siendo un humano normal y corriente. A Sebastián no le pasó nada porque es el hijo del alfa y su poder es el más elevado que existe entre los lobos. Pero tú al no pertenecer a una línea sanguínea de alfas tú fuiste una loba normal.

-¿No lo entiendes verdad? ¡Durante mis 25 años de existencia no he sido feliz! ¡Sólo estos pocos meses he sentido realmente lo que es el amor de verdad y la felicidad más absoluta! ¡Y ahora me la arrebatáis!

-¡Eres la única hija que tenemos! ¡Nos debes de suceder al trono!

-¡No soy vuestra hija biológica así que no tengo ninguna obligación!

-No te preocupes por eso querida, tenemos un plan para que nunca nadie lo descubra.

La palabra plan comenzaba a quemarme. Aquella mujer me había demostrado ser capaz de todo, ¿Pero hasta qué punto podría llegar?

-Verás querida hija, este castillo es un castillo de vampiros. Sí, como lo oyes; todos nosotros somos vampiros, así que si te casas con Byron y él te convierte, ¿Quién va a seguir pensando que tú no eres verdaderamente mi hija?

No podía ser....¿Vampiros?¿Me había criado con vampiros?

Me levanté de la cama y comencé a correr, pero al instante los brazos de Byron me atraparon con fuerza evitando moverme.

-¡Suéltame maldito hijo de puta!

Su boca se acercó a mi oído susurrando con un toque seductor:

-Tranquila pequeña loba, voy a saber domarte bien para que te calmes y seas como a mi me gusta. Se acabaron los juegos, Serena; a partir de ahora eres toda mía y de nadie más.

Comenzaba a sentir la desesperación por mis venas...por dios Sebastián sácame de aquí...

-Llévatela Byron, ya sabes lo que debes hacer para que ese desgraciado no la encuentre. No quiero que la transformes hasta después de la boda. Que tengáis buen viaje, ah e hija; nos veremos en una semana. Pórtate bien y se una buena mujer para Lord Byron.

-¡Voy a destrozarle a la mínima oportunidad! ¡No vais a domarme como si fuera un perro, yo tengo sentimientos y eso es algo que no me vais a arrebatar!

Byron me tomó en brazos con tanta fuerza que parecía que las costillas iban a quebrarse. Esta vez, no tomamos un caballo sino un carruaje, sacando de su bolsillo una cuerda con la que comenzó a atarme las manos.

Él me miró de forma indecente mientras que una sonrisa maligna comenzó a dibujarse en sus labios. Comenzaba a temerme lo peor...

Él se me acercó sin previo aviso, pegando su cuerpo contra el mío intentando moverme para que él no me tocara, pero su brazo se colocó tras mi espalda aferrándome con fuerza.

-Hora de despedirte de tu querido Sebastián...

Entonces sus colmillos se clavaron en mi cuello haciendo derramar unas lágrimas de dolor.


ÚLTIMOS CAPÍTULOS

The Black Queen of The  Wolves (Is it love?Sebastián) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora