14.NO TE DETENGAS

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Espero que disfruteís el capítulo con esta joya de canción que he descubierto, os prometo que os gustará, es sencillamente preciosa(L)


Me desperté cubierta de sudor y con un calor de mil demonios. Me encontré a Minerva tejiendo en la butaca que había cerca de la chimenea; estaba en el cuarto de Sebastián.

Aquel nerviosismo comenzó a martillearme pero esta vez en la parte baja de mi estómago. Un delicioso aroma se olía por toda la casa, haciéndome estremecer de puro gusto cuando alcanzaba mis fosas nasales.

Minerva me miró con cara divertida.

-Veo que te gusta el olor de Sebastián, ¿Eh?-Dijo guiñándome un ojo.

-No sé de qué hablas...huele a madera recién cortada.

-El olor característico de Sebastián.

-Eso no es cierto, su casa huele así desde que entré y no es raro porque estamos en una casa hecha de madera.

-Ya...claro-dijo en voz baja mientras seguía tejiendo.

-¿Dónde está Sebastián?

-Se fue a dar un paseo y ahora estará ayudando con el tema de la fiesta; comenzaremos la celebración a la una de la madrugada, justo cuando la luna esté en lo más alto.

-¿Y eso a que se debe?-Pregunté curiosa.

-Es una simple costumbre.

No sabía porque pero aquella respuesta no me convencía. Tenía la imperiosa necesidad de ver a Sebastián, tenía la sensación de haberlo visto hacía una eternidad. Aquel cambio tan brusco en mi me estaba asustando pero era la más absoluta realidad.

Me levanté de la cama con un ardor insoportable. Minerva me miraba extrañada, soltando la prenda que tejía.

-Querida, ¿Te encuentras bien?

-No lo sé, me siento como si tuviera fiebre, me duele el cuerpo....Tengo palpitaciones, me siento, tremendamente nerviosa...

-Ve a ver a Sebastián, él te ayudará.

-¿Cómo estás tan segura?-Le pregunté extrañada.

-Haz lo que te digo y lo sabrás-Dijo con una pequeña sonrisa.

Hice caso del consejo de Minerva y salí corriendo de la casa. Todo el mundo estaba danzando por todas partes y muchos músicos estaban tocando en cada rincón del lugar. Sus cantos alegres y risueños me hacían sentir feliz. De nuevo el calor me hizo sentirme mareada; necesitaba encontrar a Sebastián cuanto antes.

 De nuevo el calor me hizo sentirme mareada; necesitaba encontrar a Sebastián cuanto antes

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Seguí corriendo hasta el lago, una voz interna me decía que estaba allí. Él estaba bañándose a la luz de la luna con su bello cuerpo reluciente y cubierto de agua. No tenía nada de ropa que pudiera impedir su absoluta admiración; me estaba quemando por dentro.

Mis manos fueron directamente a los botones de mi vestido, deslizándolos uno por uno. Mi impulso actuaba ahora por mí, comprendiendo el esfuerzo que Sebastián había hecho todo este tiempo por mí. Estaba desesperada, aquel olor a madera martilleaba mi bajo vientre haciéndome suspirar con profundidad.

No pensaba en si alguien me pillaría desnuda, solo podía ver a mi hombre delante de mí.

Comencé a caminar sigilosamente en su dirección. Cuando metí un pie en el agua, él se giró con su mirada oscurecida.

Mi ardor se hizo más fuerte, secándose mi boca del profundo deseo que sentía.

Sebastián comenzó a caminar despacio temiendo que yo fuera una ilusión que desaparecería de su vista cuando me tocase. Al percatarse que no era un sueño, acarició mi cabello con una mirada cargada de deseo.

No pude decirle nada, pero no era necesario. Él me tomó de la cintura y comenzó a besarme con desesperación mientras que sus manos apretaban mi trasero. Comencé a gemir con fuerza de forma indecorosa y escandalosa mientras que mi piel burbujeaba con ardor a pesar de estar rodeada de agua.

Me hizo sentar encima de él para tener su cuerpo y el mío totalmente pegados. Sus labios recorrían una y otra vez mi cuello y mis labios húmedos e hinchados.

-Dios...como te deseo Serena...he deseado tenerte así desde hace tanto...en mis sueños me perturbabas con tu indecente belleza. Me vuelves loco, me haces sentir tanto deseo...creo que un día enloqueceré de verdad.

-Yo también lo creo...-Le dije con la voz entrecortada.

Mientras que besaba mi cuello sentía su sonrisa pegada a mi piel; era como una promesa silenciosa de todo lo que iba a hacerme.

Me tomó en brazos llevándome a la orilla, acostándome en la misma para poder verme mejor. Él se colocó encima de mí, notando cada parte de su cuerpo tan ardiente como el mío. Nuestras fiebres solo podían calmarse con nuestros cuerpos. Sentía como el dolor de mi bajo vientre aumentaba peligrosamente, arañando la espalda de Sebastián como si fuera una fiera salvaje. Sebastián apretaba mis piernas mientras que frotaba su miembro contra mi entrada. Las sensaciones del ardor de Sebastián junto con el agua fresca que nos rodeaba era tan excitante.

Estaba embriagada por su aroma, por la sensación de su piel contra la mía.

-Sebastián...hazme el amor por favor...necesito sentirte...te necesito por favor...

Él tomó mi rostro con sus manos, dándome el beso más dulce y largo que me habían dado nunca.

The Black Queen of The  Wolves (Is it love?Sebastián) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora