Teoría del sueño

Capítulo 15

CAP. 15

Val se despertó después de casi dos horas de descanso y habría seguido durmiendo de no ser por el estridente ruido que provenía del centro del Agujero, la Sala, quizás la parte más grande de todo el recinto. Miró su reloj pero hacía ya varios días que no funcionaba. Solo lo hacía de manera automática. Había dormido demasiado y se había olvidado de la fiesta y de Troy, que seguramente la habría buscado para acompañarla. Rápidamente se quitó la ropa y se puso algo limpio. Era un vestido de manga larga de color blanco y tenía algunas flores de color azul marino. No tenía zapatos así que se dejó sus zapatillas, casualmente de color azul marino con los cordones blancos. Bajó de la cámara y se encaminó por el pasillo, camino de la Sala. Parecía estar caminando hacia un matadero pero no le quedaba otra opción. Si se quedaba allí alguien iría a buscarla tarde o temprano, bien para hablar con ella o bien para matarla. Probablemente la segunda opción era la más acertada.

Casi había llegado cuando notó un olor nauseabundo, aún más asqueroso que el que había allí normalmente. Al mirar a su izquierda vio a una chica vomitando mientras la implacable Crystal le sujetaba el pelo. Parecían estar borrachas y al ver que iban armadas decidió no acercarse. Las chicas del grupo no la habían tratado demasiado bien y no sería diferente en aquella ocasión.

- Maldita niñata – comentó la chica que vomitaba - ¿Cómo lo consigue?

- ¿A qué te refieres? – preguntó Crystal mientras seguía a Val con la mirada.

- Pues que, sin pretenderlo, resulta demasiado atractiva – comentó Grace, la chica que vomitaba.

- Debería haberle sacado un ojo cuando tuve ocasión – comentó Crystal de forma cruel.

- Solo habrías conseguido que Trueno te metiese una bala en la cabeza, como a Connie. Ahora estarías bajo tierra con ella si le hubieses tocado un pelo.

Val ya nos las oía pero intuía que no dirían nada agradable sobre ella. A medida que avanzaba el ruido aumentaba, y solo cuando descubrió a la gente saltando y bailando se dio cuenta del alcance de aquella fiesta. La música esa estridente, demasiado metálica para su gusto pero ellos parecían divertirse.

Estaba todo abarrotado y la gente bailaba de manera desenfrenada, con sus armas fielmente pegadas a sus cinturas, sus piernas y sus espaldas. Era macabro y resultaba muy peligroso pero decidió entrar y caminar entre ellos, buscando una cara conocida, la única que la haría sentir tranquila... Troy. No lo vio por ningún sitio y ya empezaba a llamar la atención de algunas personas, que no dudaron en girarse hacia ella. Quizás no había sido buena idea ir allí sola. Podrían matarla en aquel justo instante y nadie sabría nunca quién ha sido. Además ahora no contaba con la protección de Trueno por lo que era un blanco más fácil si cabía. Quizás debería pedirle perdón a Trueno por lo ocurrido aunque no creía que él fuese a confiar en ella. ¡Y todo por vengar a una chica que no había dudado en darle una paliza días antes! ¡Soy una verdadera estúpida! Pensó mientras se escondía en un rincón.

Se sentía demasiado perdida e indefensa así que decidió irse. No quería estar allí rodeada de lobos hambrientos y ansiosos por cortarle el cuello e hincar su cabeza en una pica. Se sentía sola, desprotegida y al borde del llanto.

Lo que no sabía es que, desde el mismo momento en que había puesto sus pies en la Sala, él la tenía en su punto de mira. No le dijo nada y se limitó a observarla mientras ella deambulaba por la zona, hasta que se vio acorralada en un rincón. Se percató de que Ball también la observaba pero al contrario que él, Ball estaba dispuesto a acercarse. Fue sorteando a la gente hasta llegar hasta ella, seguro de sí mismo y aunque a Trueno le extrañó, ella le dedicó una leve sonrisa. Quizás Ball lo malinterpretó porque, después de algunos minutos de breve conversación se abalanzó sobre ella. Trueno se atragantó con la bebida que llevaba en las manos y que estaba a punto de beber pero rápidamente se tranquilizó para no llamar la atención.