Teoría del sueño

Capítulo 13

CAP. 13

El frío era considerable. La última semana había nevado con fuerza y la nieve se había acumulado llegando a medir hasta medio metro. Era imposible caminar y muchos transportes públicos habían reducido sus líneas a la mitad pues la gente no salía de casa a menos que fuera imprescindible. A Austin le costaba pasar un solo día sin ir al hospital pero había empezado a ir de nuevo a las clases y eso le mantenía ocupado. Además, sus encuentros con Gwen era cada vez más continuos y ya no se limitaban únicamente al hospital sino que habían salido varias veces al cine, a cenar y a casa del hermano de Gwen, James y su esposa Teresa. Incluso había pasado tiempo cuidando del pequeño Robert mientras James y Teresa hacían algunas compras para la próxima navidad, que estaba cerca.

Sería la primera en la que no pondrían el árbol de Navidad ni colgarían calcetines en la chimenea, ni invitarían a los vecinos para dar la bienvenida al año nuevo que estaba por llegar. Todo eso a Austin le daba igual ya que era Val la que ayudaba a su madre a decorar la casa y el jardín delantero y no sería él quién rompiera esa tradición. Si Val no estaba allí no habría Navidad, al menos para él. Aunque Gwen no tenía pensado dejar que Austin se pasase aquellos días encerrado en casa, deprimiéndose por todo lo que le ocurría. Entendía perfectamente que estuviera triste y era comprensible que no tuviera ánimos para celebrar la Navidad pero eso no quería decir que no pudiera disfrutar de una noche con ella.

- ¿Austin? – preguntó Gwen al entrar en su dormitorio y no verle. ¿Estaría en el baño?

- Estoy aquí – respondió el desde el quicio de la ventana. Estaba en la parte posterior, sentado sobre el pequeño porche de la entrada, o mejor dicho, sobre el tejado.

- ¿Qué haces ahí? Está cayendo mucha nieve. Entra o te congelarás – le apremió la chica.

Austin le hizo caso y entró en su dormitorio. Estaba desordenado. Había estado estudiando para algunos exámenes y aún tenía el escritorio lleno de libros y apuntes de varias asignaturas. No necesitaba estudiar demasiado pues poseía una memoria prodigiosa y aprobaba sus exámenes casi sin inmutarse. Pero no había nada en las Ciencias Económicas que despertara algún interés en él. Solo números, exactos y sin posibilidad de error.

- ¿Qué te pasa? – preguntó Gwen dejándose caer sobre la orilla de la cama.

- He estado pensando – dijo Austin mientras se acomodaba en la silla reclinable donde estudiaba - ¡Creo que voy a dejar Economía!

- ¿Qué? – murmuró ella – No puedes. Tienes una memoria increíble y la oportunidad de ser alguien. No lo tires por la borda. Val no querría eso.

Austin sintió un escalofrío. Gwen acababa de usar el nombre de Val para hacerle cambiar de opinión.

     - No uses el nombre de Val de ese modo. Ella no tiene nada que ver con esto. Es solo que no hay nada que me motive a seguir estudiando Economía. Nada que valga la pena.

- ¿Y qué vas a hacer? – preguntó ella, ansiosa por saber qué pasaba por la mente de su novio - ¿Buscarás trabajo o qué?

- No he dicho que vaya a dejar de estudiar Gwen. Simplemente voy a cambiar de carrera – la informó. Eso la sorprendió. Creía que se refería a dejar de estudiar – Voy a matricularme en Medicina. Y después me especializaré en Neurología.

- ¿Así que Val no tiene nada que ver? – inquirió Gwen de forma retórica - ¡Vamos Austin! ¿Crees que podrás salvarla? Que despertará del coma porque tú estudies su caso. Aunque fueras el mejor neurólogo del mundo no podrías hacer nada. No puedes hacer nada para que despierte.