Capítulo 10

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CAP. 10

Val deambulaba por los túneles sin saber a dónde ir. Tenía que salir de allí, sentir el aire frío en su cara y poder respirar algo que no fuera el aire viciado del lugar. Estaba buscando aquel pequeño hueco por el que había subido el día anterior con Trueno a los baños. Quizás desde allí pudiera encontrar una escalera hacia la azotea, donde estaría más segura. Después de varios giros y de pasar por el mismo sitio varias veces encontró aquel resquicio de libertad. Comenzó a trepar con ganas aunque sin fuerzas. Cada vez se sentía peor pero a medida que subía y dejaba de oler a sudor, humedad y comida chamuscada se iba sintiendo mejor.

Ya casi estaba en la sala de contadores cuando uno de sus pies resbaló. Tuvo que agarrarse con tanta fuerza a la piedra que se hizo un corte en la palma de su mano derecha. Ella no se percató así que siguió subiendo hasta que llegó a su destino. En cuanto salió al pasillo comenzó a buscar alguna escalera hacia arriba. Estaba oscuro así que sería de noche. La encontró junto a los baños, hecha trizas pero con algunos escalones aún en pie, los suficientes como para ascender sin peligro.

Subió dos plantas hasta que encontró una puerta de latón negra, la puerta que la llevaría a la libertad, o al menos a lo más parecido.

La empujó un poco y al ver que no ofrecía resistencia la abrió por completo. Una ráfaga de aire frío le golpeó en la cara, lo que hizo que se despejara por completo en una milésima de segundo.

- ¡Menos mal! – dijo en voz baja mientras caminaba por la azotea con los brazos extendidos. Estuvo así durante unos minutos, todo el tiempo que pudo hasta que la interrumpieron.

- ¿Qué haces aquí? – preguntó la intrusa. Era Crystal, que la miraba furiosa.

- ¡Qué susto me has dado! – balbuceó Val - ¿Cómo me has encontrado?

- Solo he tenido que seguir el reguero de sangre – advirtió la joven señalando la mano de Val - ¿Qué estás haciendo aquí? – volvió a preguntar - ¿Acaso esperas a alguien?

- No – respondió Val sintiéndose cada vez más pequeña - ¡Solo quería respirar aire puro!

Crystal se quedó mirándola un momento. Sería tan fácil empujarla y deshacerse de ella que nadie jamás pensaría que había sido un asesinato. Aquella niña era tan torpe que podría haberse caído ella sola mientras curioseaba.

- ¿Qué pasa aquí? – intervino otra tercera persona. Era Trueno, que empuñaba su AK_47 a la perfección.

- Yo solo quería tomar el aire un poco – dijo Val apretando sus manos una contra la otra.

Al verla Trueno un deseo irrefrenable de protegerla. Parecía tan indefensa ante la figura imponente de Crystal que descartó totalmente la posibilidad de que fuera una espía de los Orxs. Si así fuera no estaría asustada sino desafiante y no se dejaría amedrentar por Crystal.

- ¿Estás herida? – preguntó al ver sus manos de un color rojo oscuro. No había mucha visibilidad pero incluso a oscuras Trueno habría detectado aquel olor. Era algo que había aprendido a perfeccionar - ¿Ha sido ella?

Crystal se sintió ofendida por la pregunta aunque habría sido capaz de hacerlo de tener los medios y la oportunidad.

Val negó con la cabeza, empezaba a tener frío allí arriba.

Crystal, que tuvo que presenciar como Trueno envolvía la mano de Val con esmero decidió marcharse pues si tenía que presenciar aquello un segundo más sí que se abalanzaría sobre la chica que estaba quitándole todo la atención que debía caer sobre ella.

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