XXXV

353 64 11
                                    

Todo siguió cuando de vez en cuando te peleabas con mi compañero para llamar mi atención.

No era divertido, para nada.

Un día en el que ambos se habían puesto a mover mi silla de un lado a otro por ver de qué lado me quedaba, me cansé y los mandé a tomar paseo a ambos.

Desde entonces las cosas siguieron un curso calmo, tan calmo que mi compañero se aburrió de mí y de a poco se iba mudando cada tanto con otro compañero.

Vos aprovechabas esas veces para venir a sentarte a mi lado.

Y así pasaron los días hasta que un día los profesores decidieron dejarte definitivamente conmigo.

Otra vez.

Por eso, con esa acción, mi plan de tratar de controlar mis sentimientos y mantenerme alejada de vos se fueron al caño.

Y mucho.

Las cosas que nunca le dije (y probablemente no le diré) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora