LXVIII

265 43 5
                                    

Una noche de verano, nos juntamos en casa de P a comer ya que hace tiempo que no nos veíamos debido a las vacaciones.

Estábamos sentadas afuera tomando aire y cansadas de jugar a las cartas nos pusimos a reflexionar sobre nuestra vida amorosa mientras comíamos helado.

En un momento un compañero nuestro, F, llegó y se puso con nosotras como una especie de terapeuta, como si fuera un experto en el tema.

Primero empezó con M, siguió con AL que no abrió la boca para nada, y terminó conmigo, que al fin de cuentas le confesé sobre vos.

Sin más dijo que debería intentar olvidarte, porque no lo veía fácil.

Como si no lo supiera ya.

Así que fue cuando decidí que de verdad me sentaría con P.

La primera parte del sueño se hacía realidad.

¿La especie de profecía también lo haría completamente?

Las cosas que nunca le dije (y probablemente no le diré) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora