LXXXVI

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La segunda clase de natación se hizo presente, y yo tenía la esperanza de que con AL nos quedáramos las dos observando como nadaban los demás.

Pero ella no entró, así que me tuve que quedar observando sola.

Y bueno, otra vez no pude quejarme. Además de que ahora te tuve más cerca.

Me siento muy acosadora escribiendo esto.

En fin, no fue tan malo después de todo. Básicamente me la pasé sentada en las escaleras de entrada a la pileta, pero era divertido ver como intentaban ganar todas las actividades.

También no puedo quejarme por esos pequeños momentos en los que vos te burlabas de mi condición y yo te tiraba agua como venganza, para luego comenzar una guerra.

Obviamente la peor parte me la llevaba yo, aun así, fue agradable.

Muy agradable.

Las cosas que nunca le dije (y probablemente no le diré) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora