Capítulo 16. Como uña y mugre.

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Cuando te levantas con el pie derecho, sientes que de verdad la vida te sonríe, una de las pocas veces que agradecía venir a trabajar con la cabra al mando; vamos a disfrutar este breve espacio, en fin, les decía que la vida me sonreía, ¿Quieren saber por qué?

Tralalala, tralalala.

Sandra se le había pegado a Braulio como una sanguijuela, no lo dejaba respirar, decía que como ahora eran los mejores amigos; algo así como uña y mugre; no sé en qué momento le dijo que podían ser amigos, pero bueno, seguimos; ella quería pasar un rato con su ahora mejor amigo; ¿Qué tiene la gente en la cabeza?, ya saben ese viejo refrán, el que no quiere chocolate, se le dan dos tazas; Sandra le estaba haciendo ver su suerte, no lo dejaba ni a sol ni sombra.

-Braulio cariño, que te he traído una taza de café, tal como a ti te gusta.

¿Dos de azúcar y tres de crema?

¡Lo recuerdo muy bien nunca se me va olvidar!

Aunque Braulio hacia como que no escuchaba, no dejaba de teclear en la computadora, pensaba que en cualquier momento iba a salir echando chispas por los oídos, la voz que siempre lo llevaba a los puntos más dulces del universo, ahora lo atosigaban hasta el cansancio, solo llevaba un día en el hotel y ya le quería prohibir la admisión.

-Braulio cariño.

¡Y dale con lo de cariño!

Braulio seguía en lo suyo en la computadora, si hacia como que no estaba ahí de seguro desaparecería, oigan su forma de pensar; no oigo, no oigo, soy de palo tengo orejas de marrano; eso hasta en sus pensamientos suena infantil, pero es gracioso, lo tiene al borde de la locura.

-Braulio cariño, ¿Me estás escuchando?

No se imaginan las caras de Braulio, pobre tipo está que se lo lleva la chinga..., le pregunta a Dios, en que le ha fallado, en que momento de su vida cometió algún acto de mala fe, para que le estuviera pasando esto.

¿Será que me puedo señalar?

¿Me pongo una fechita con luz de neón?

Venga Braulio, no te hagas el chistoso todos sabemos que conmigo has cometido varios, solo el de pensar mal de mí es un acto de mala fe.

-Mira que me he quedao por estar contigo.

-Puedes quedarte todo el tiempo que quieras, yo me largo de aquí.

-No te vayas Braulio, vayamos a recorrer la zona arqueológica, he escuchado que es muy hermosa, que es flipante.

¿Se referirá a los delfines?

¿Es por lo de flipper no? ¿O eso no tiene nada que ver?

Bueno, en fin.

-Mira que ya he mirado fotos en el móvil y he llegado a la conclusión de que me gustaría ir.

-Busca a alguien más que te lleve.

-Quiero que me lleves tú.

-¡Déjame vivir en paz!

Ni yo lo hubiera dicho mejor.

-Debes repensar tu actitud.

-El problema no es mi actitud, Sandra.

-Vamos a pasarla bomba, tomaremos muchas selfis para montarlas a Instagram, esta oportunidad no deberíamos dejarla pasar.

Mira que a esta tía le entraba por un oído y quien sabe por dónde le salía, le ha valido un rábano que Braulio la haya mandado a paseo; así dicen los españoles y como ahora estamos con Sandra, vamos a tener que hablar de este modo, para que la podáis entender.

-No creáis que te quiero molestar, quiero que nos llevemos bien como amigos.

-Yo no te he dicho que podemos ser amigo, te dije que lo iba a pensar; no me has dejado hacerlo.

-No lo penséis mucho, vamos a tomarnos el día libre para conocer el sitio.

-Yo ya lo conozco.

-Mucho mejor así no tendré que buscar un guía.

-Las cosas no son tan fáciles como pretendes creer, necesito espacio.

-Ya te di demasiado espacio, solo te pido que seamos amigo.

-Déjame y lo pienso.

-¿Otra vez con esa gilipollez?

-Ya te dije que necesito tiempo para pensarlo y si no te gusta ahí está la puerta, yo no te invité.

-Solo por esta vez te dejaré en paz, si me lleváis a la zona arqueológica.

Es necia la tía. Braulio no sabe qué hacer, Sandra de verdad está empezando a rebasar su vaso, debe hacer todo lo posible para no responderle con groserías, ¿O eso es lo que necesita para poder librarse de ella? Respira profundo, pasa su mano por su cabello de por si alborotado, ahora si la mira y le dice con resignación.

-Tal vez en otra ocasión, ahora estoy muy ocupado, no voy a dejar de hacer mi trabajo para cumplir uno de tus caprichos.

-Porque no le llamáis a Esteban para que se haga cargo del hotel o pídeselo a la tía de recepción, la pelinegra, sé que ella también ayuda en eso.

¿Yo soy la tía de la que está hablando?

Porque la única pelinegra aquí soy yo.

-Sofía tiene su puesto de trabajo.

¿Dijo mi nombre verdad?

¿Ya no estoy en la lista de los innombrables, como Voldemort?, eso es un avance.

-Que se haga cargo la otra chica.

-No pueden dejar su lugar, aquí me encargo yo del hotel, no puedes venir a mover a la gente a tu antojo.

¡No he dicho nada eh!

Él solito cae en contradicción.

-Entonces me podéis llevar mañana.

Yo ya le hubiera dado un par de zapes, la necedad que se carga esta tía es acojonante, vaya, se necesita de toda la paciencia del mundo para aguantarla, no sé por cuanto tiempo estuvieron de novios, pero una novia así no se la aguanta cualquiera.

Braulio era demasiado joven para sufrir de una úlcera, pero traten de decirle eso a su estómago. Todo quemaba. Su vida estaba empezando a ser normal, ya saben el dicho que dice; el ser humano se acostumbra a todo, él ya estaba empezando a vivir su vida sin ella.

-A ver Sandra, esa no es una opción, no voy a ir contigo a ningún lado, métetelo en esa cabecita hueca tuya.

-Pero...

-Esta conversación está terminada, aquí nadie va a brincar cuando truenes los dedos, ahora si es mucho pedir, desearía que me dejaras solo.

Sandra no podía creer que el gran amor de su vida, él hombre que alguna vez adorara el suelo que pisaba, la tratara de esa manera, vamos que un error lo comete cualquiera; ya le había pedido perdón, se estaba humillando a cada paso que daba, pensó que le había dado el tiempo necesario para que reflexionara que era lo que iban a hacer, pero se daba cuenta que no había vuelta atrás.

Literalmente, quería patear su propio culo.

Aún recuerda cómo se conocieron, ¿Les puedo contar?, les pregunto porque es una cuestión importante, algo así como muy profundo, tan profundo como se tiene que tomar en cuenta el primer amor, ¿Qué puede ser más profundo que tu primer amor adolescente? ¿no?, ok, entonces continuemos.

Gracias por leer.

Ele.

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